Yo, millennial

Por Rodrigo Armiento

Yo, millennial

Foto: Axel Lloret

Sociedad

Especial Legajo millennial

Unidiversidad

Rodrigo Armiento, estudiante de Comunicación Social de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNCUYO

Publicado el 25 DE JUNIO DE 2017

Por Rodrigo Armiento, estudiante de Comunicación Social de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNCUYO

 

Suena la alarma del despertador tres veces, hasta que por fin tomo coraje y decido salir de la cama. Mientras desayuno, reviso los mensajes importantes en mi celular. Enciendo el televisor y sintonizo los canales locales para ver las noticias. Antes de salir a la calle, recuerdo que debo descargar un material de trabajo desde la computadora. A una amiga se le acaba de pasar el micro por estar distraída con su celular, lo sé porque acaba de tuitearlo. Sé que el colectivo llegará pronto por la aplicación destinada a los horarios y recorridos. Una vez arriba, me pongo los auriculares y enciendo la radio. Algunas personas viajan leyendo el diario digital, chequeando sus redes sociales o jugando algún videojuego. Otras van leyendo un libro en formato digital o viendo un video en YouTube. Algunos hacen todo eso a la vez, e incluso mantienen una charla con la persona que está a su lado. Al fondo, un grupo de jóvenes de secundaria sube las primeras selfies de la mañana a Instagram. El día ha comenzado y desde el primer momento nos acompañan las tecnologías.

Estas situaciones cotidianas son sólo una muestra de lo que implica haber nacido en tiempos de transformación tecnológica, en pleno auge de la era digital. Fue a partir de 1977 que la informática se pudo expandir masivamente gracias a la facilidad de adquisición y uso de los ordenadores personales. En la década de 1980 nació Internet, y en 1991 se creó la World Wide Web, que permitiría el acceso a los contenidos en red.

Nos llaman millennials. Somos la generación que llegó al mundo durante las revoluciones informáticas que sucedieron en las dos últimas décadas del siglo XX.     

Hemos sido (y somos) una generación frecuentemente criticada por parte de muchos teóricos especializados en el tema y por las generaciones anteriores a la nuestra. A los millennials se nos asocia con la pérdida de valores y con la destrucción de los vínculos sociales. Para muchos, ya no somos capaces de comprender el mundo real y mucho menos el pasado. Argumentan que el exceso de información al que estamos expuestos produce un efecto inverso al conocimiento y que eso nos ciega de tal forma que todo lo que nos rodea se vuelve irrelevante. Nuestras prioridades no van más allá de los likes y los seguidores que podamos reunir. Dominados por las nuevas tecnologías, el futuro se nos presenta como catastrófico.

El problema está en imponer barreras que no permiten ver más allá.

En el uso responsable y consciente de las tecnologías está la posibilidad de enfrentar las dificultades que se presentan. Por otra parte, creo que, como millennials, supimos sacarles partido a los beneficios que nos ofrece la era digital. Nuevos campos y relaciones laborales, acceso a la información pública, mayores compromisos sociales y/o políticos (como las marchas contra la violencia de género convocadas a través de las redes), desarrollo y difusión de nuevos proyectos u organizaciones –entre otros– son ejemplos que ilustran este uso provechoso.

“Necesitamos actuar con los ojos bien abiertos para que utilicemos más la tecnología, en vez de que sea la tecnología la que nos utilice a nosotros”, escribió el sociólogo Neil Postman en un documento titulado “Las 5 advertencias del cambio tecnológico”. Nuestra generación no debe dejar de tener un pensamiento crítico hacia las transformaciones tecnológicas aún vigentes, para así poder aprovechar mejor sus beneficios.

edición u 20, millennials,