Walter Manucha: “Debemos aumentar la confianza entre lo público y lo privado”
El investigador del Imbecu y flamante vicedirector del CCT-Mendoza fue incorporado como miembro asociado a The World Academy of Sciences (TWAS). Hablamos con el científico y nos explicó la importancia de que una investigación sea validada por pares. Además, remarcó que la ciencia argentina debe mejorar su divulgación y, por sobre todo, puso en valor el conocimiento generado en Conicet.
El científico Walter Manucha fue reconocido por la prestigiosa Asociación Mundial de Ciencias. Foto: Unidiversidad
Al principio le costó creerlo, incluso llegó a dudar, pero era cierto, y la noticia lo llenó de orgullo. Al iniciar septiembre, Walter Manucha, investigador del Conicet Mendoza, recibió la noticia de que fue incorporado como miembro asociado a La Academia Mundial de Ciencias (TWAS). Días después, habló con Unidiversidad y no dudó en afirmar que siente felicidad. Asimismo, el también docente de la UNCUYO habló sobre la actualidad y cuáles son los desafíos para el campo científico argentino.
Vamos primero con una presentación formal. Manucha es el director del Instituto de Medicina y Biología Experimental de Cuyo, Imbecu (Conicet-UNCUYO). Su especialidad es la farmacología y es, además, el flamante vicedirector del CCT Mendoza, tarea en la que acompaña a la directora Andrea Pattini (Inahe).
El investigador mendocino ha tenido más de 150 publicaciones relevantes en su campo. En la TWAS, donde fue recibido y hasta felicitado por personas que no conoce, hay ganadores del premio Nobel. “Me escribió la gente de esta academia; me propusieron, me evaluaron y me dieron la bienvenida. Pero también me escribieron miembros de otras latitudes, dándome una bienvenida como una gran comunidad de respaldo”, contó. "Estoy dentro de un grupo de 900 o 1000 personas en todo el mundo que fuimos seleccionadas y evaluadas, y que nos da la posibilidad de pertenecer, de participar y de aportar, porque, ahora, también puedo aportar porque entramos en evaluaciones internacionales como jurados”, agregó.
En el universo de la ciencia, la evaluación entre pares es una tarea cotidiana a la que cada científico y científica está acostumbrado. Ese ida y vuelta valida y enriquece la producción de conocimiento, pero ese valor sustancial que genera el intercambio entre expertos en alguna disciplina científica, en particular a la hora de publicar una investigación, lleva tiempo. Un tiempo que hoy, con el tono que marca el mercado, parece difícil de asimilar.
“Cuando uno termina con un trabajo científico, lo presenta frente a otros en un ámbito de pares. Por ejemplo, yo hago enfermedad cardiovascular, farmacología, y lo presento en reuniones de esa naturaleza ante pares evaluadores, que devuelven críticas constructivas. Uno reelabora ese trabajo, finalmente lo redacta y lo pone en conocimiento frente a los que serían pares evaluadores internacionales. Si la investigación sale en una revista especializada, uno vuelve a ser evaluado por la comunidad internacional”, detalló Manucha, que insistió en que son tiempos necesarios y que, en esa dinámica, a veces se les hace difícil generar impacto en la sociedad.
Walter Manucha en el sala del Consejo Directivo del Imbecu, en el CCT Mendoza. Foto. Unidiversidad
Como ejemplo para dar cuenta del trasfondo de estos tiempos, Manucha trajo a la conversación a Bernardo Houssay. “Él nunca pensó, supongo, el impacto global que iban a tener sus investigaciones”. Houssay, también farmacéutico, ganó un Nobel (en 1947) y puso a la medicina argentina en el mapa mundial.
Entonces, empieza un juego en el que uno de los grandes desafíos es aggiornarse a los tiempos y las demandas del mundo contemporáneo para hacer ciencia aplicada. “Creo que tenemos que encontrar un término medio en el que un laboratorio, eventualmente, puede seguir haciendo ciencia básica y, por otro lado, tener la posibilidad de que algo rápidamente pueda ser transferido a la comunidad. Hay algunos laboratorios que tienen en su ADN solamente la ciencia básica y no van a poder transferir rápidamente”, afirmó.
Yo comunico, tú comunicas
El director del Imbecu tiene muy en claro que, desde Conicet, han generado una amplia experiencia en comunicación, pero muy orientada hacia el mundo científico. “Estamos muy entrenados en una metodología de trabajo que es muy competitiva y evaluada, pero por pares. En cambio, estamos menos acostumbrados, menos fogueados en que esa transferencia de conocimiento sea al ciudadano de a pie. Esa persona se merece que, desde las universidades y desde las instituciones científicas, se trabaje y se baje conocimiento para que el impacto sea más directo”, remarcó.
El científico reconocido por la TWAS cree que hay una deuda pendiente en esa tarea que hoy pareciera englobarse en el concepto de “divulgador científico”. Según destacó, hay en la tarea cotidiana de un médico un lugar donde mirar. "El médico tiene que desarrollar una capacidad que quizás no todos la desarrollan con la misma facilidad, de poder comunicarle al paciente qué es lo que tiene, cómo tiene que afrontar una enfermedad, qué tiene que tomar y cómo lo tiene que hacer”, ejemplificó.
Estado de situación
Están claras las dificultades que genera trabajar con un presupuesto reconducido (pauta de 2023), en un año donde el proceso inflacionario no afloja. El cambio de mando en el Ejecutivo nacional aún genera mucha incertidumbre en instituciones como el Conicet y el futuro no está claro. Manucha, que acaba de asumir como vicedirector del CCT-Mendoza, tiene su mirada para aportar y también sus temores.
“Mi explicación a esa situación es la siguiente: hay cosas que están bien en relación con enero, febrero, y tienen que ver con los gastos de funcionamiento, ya que podemos pagar la luz, podemos pagar el gas, podemos hacer muchas cosas que tienen que ver con el funcionamiento de un edificio, de una oficina o lo que sea. Pero ahí está la diferencia con una institución como el Conicet, ya que somos evaluados por resultados, y esos resultados, ¿de qué dependen? De experimentos. Y esos experimentos dependen de insumos que son críticos. Vos podés tener la idea, pero no todo lo hacés a través de redes neuronales o inteligencia artificial. Nosotros tenemos un laboratorio que hace eso y, con que ya tenga las máquinas, todo lo demás es tiempo y cabeza, pero el resto de los 18 laboratorios que hay acá necesitan insumos en dólares; lamentablemente, hay muy poco nacional, todo viene de afuera”, explicó.
Entonces, aparece una de las palabras más vilipendiadas: subsidios. Para Manucha, una parte importante de los desafíos que afronta el campo científico argentino es cómo vincula y hace interactuar los subsidios de origen estatal con los subsidios de fuente privada. El director del Imbecu habló de una “reconversión”, porque, muchas veces, ese actor privado no está interesado en formar un recurso humano altamente capacitado. Esa tarea, con menos lógica de mercado, recae en instituciones como Conicet. Y recae, en particular, en las y los becarios que, en su vocación por investigar y doctorarse, ven sus planes complicados.
Manucha tiene un gran desafío por delante como directivo del CCT Mendoza. Foto: Prensa Conicet
De esta manera, con presupuesto congelado y con pocas expectativas de que el timón vire de rumbo, Manucha opta por tener una mirada positiva; desafiante, pero positiva. “Yo siempre digo y se lo he dicho a mucha gente: ni todo lo privado es tan fantástico ni todo lo público es descartable. Creo que debemos aumentar la confianza, algo que no se tenía, al menos en términos generales, entre lo público y lo privado. Mejorar la confianza es creer en que el otro puede hacer algo por nosotros y viceversa. Ser empáticos, de eso va a surgir algo positivo”, afirmó.
El científico dijo que otro gran desafío es plantear políticas para seducir a más personas a postularse como becarios y hacer ciencia. “El sistema científico apuesta por esa persona para que se capacite, se doctore, se forme y después sea, de alguna manera, incorporada en una empresa, en una industria o, eventualmente, ingrese en el sistema científico, pero no está diseñado para que todo el mundo entre al sistema”, explicó. En este caso, Manucha contó que la nueva gestión del Conicet está pensando en algún tipo de instancia previa al doctorado para hacer más corto ese tránsito a la inserción en el mercado.
De todas maneras, el foco tiene que estar en proteger lo más valioso, que es la producción de conocimiento científico, porque la ciencia tiene una dinámica que, como una pesada rueda, cuando se detiene, es muy difícil de volver a mover. Manucha lo advirtió mejor: "La ciencia es una concatenación de eventos para llegar a una conclusión. Si vos, en esa concatenación, quitás varios eslabones, va a costar mucho tiempo volver a recuperarla. No podés apagar la tecla, volver a encenderla y que el resultado sea el mismo”.
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