Volver a mirar a los ojos: la medicina de familia está cambiando paradigmas en la salud
La UNCUYO cerró el 2024 con una serie de hitos para las ciencias médicas. El Centro Universitario en Salud Familiar y Comunitaria ofrece ahora la residencia en medicina de familia, especialidad que tendrá cátedra propia en 2025. El médico e investigador Lucas Marucci, premiado por el CEM, es protagonista de estos logros. Hablamos con él sobre los desafíos del abordaje comunitario e integral de la salud.
Lucas Marucci es médico, docente e investigador. Foto: Unidiversidad
En una posta sanitaria aislada en el secano lavallino, en la zona de tierras huarpes que se conoce como Lagunas del Rosario, el médico Lucas Marucci tomó una decisión que venía madurando hace un tiempo: su destino en el mundo de las ciencias de la salud estaba en la medicina de familia. Su pulsión por el servicio comunitario le venía brotando y su trabajo en aquellos parajes con escasos recursos le ayudaron a confirmarlo. Algunos años después, la UNCUYO se sumó al impulso de personas como este joven médico y formalizó en 2024 la residencia en Medicina de Familia en un centro de salud de su propio campus.
Formalmente, Marucci es médico especializado en Medicina Familiar y Comunitaria. También es becario doctoral en el Incihusa-Conicet. Pero en esencia, es un servidor público, en un amplio sentido. “Entendía que la formación que me estaban dando estaba más centrada en atender enfermedades y no personas enfermas”, nos contó cuando le preguntamos qué lo motivó a seguir esta especialidad. “Esa falta de aspectos vinculados a pensar más en lo integral fue lo que me llevó a una búsqueda de ver qué especialidad elegía”, agregó.
Cuando egresó de la Facultad de Ciencias Médicas, Lucas encontró en el secano lavallino y en colegas que ya tenían su recorrido la guía para absorber de qué se trataba esto de tener “una mirada integral”.
Para entender qué es la medicina familiar, tomamos una definición fuera de manual, pero no por eso menos certera. Este enfoque de las ciencias médicas, del arte de curar, en algunas instituciones de otras provincias, también se le llama medicina general.
“Esta especialidad tiene una particularidad que pretende un enfoque integral de todos los problemas de salud, tanto de las personas de la familia, como de las comunidades donde uno se encuentra inserto al momento de trabajar. Y eso la diferencia un poco de las otras especialidades, porque las otras especialidades, por lo general en el campo de la salud, están más abocadas a aspectos clínicos que tienen que ver con la parte biológica de las personas y de sus enfermedades. En cambio, esta rama brinda algunas herramientas para pensar la salud de una manera integral de todos los grupos etarios, desde infancias, adolescencias, adultos, adultos mayores a mujeres en edad reproductiva”, describió Marucci.
Además, sumó una variable de análisis clave para brindar un diagnóstico: “Contempla el entorno donde esa persona está inserta, tanto en su familia como en su comunidad. A diferencia de otras especialidades, eso no está tan disponible”.
Lucas Marucci investiga en el Conicet el acceso a la IVE en el Sistema de Salud de Mendoza. Foto: Unidiversidad
Entonces, el concepto “integral” es el leit motiv de esta especialidad que, a partir de 2025, tendrá su propia cátedra obligatoria en la Facultad de Ciencias Médicas. Como nos relató Marucci, históricamente, “la Facultad ha tenido una mirada en su formación más pensada y centrada en los aspectos biomédicos de los problemas de salud y no tanto en brindarle a los estudiantes herramientas para pensar los contextos, para pensar la salud comunitaria o pensar la salud desde el punto de vista de las políticas públicas”.
Este cambio de paradigma, de ofrecer opciones que pasen de la hiperespecialización a una mirada integral, a observar el contexto, a fomentar una óptica más “humana”, tiene unas décadas y ha empezado a ser una tendencia global, con países modelos en Europa y en algunas comunidades de Latinoamérica.
Saber mirar, escuchar
De su paso por la ruralidad y ese contacto particular sin tiempos cronometrados con cada paciente, Marucci aprendió a agudizar los sentidos, a aprehender algo de lo que coloquialmente podría llamarse “vieja medicina”.
“Tiene que ver con cómo se concebía la medicina en sus orígenes, que era escuchar a la persona, poder mirarla a los ojos, poder entrevistarla para intentar comprender su contexto, qué está pasando y, sobre todo, hacer un buen examen físico que permita llegar a un diagnóstico en situación. Esto, en la medicina actual, cada vez se está perdiendo más, no solo acá, en los países de Latinoamérica, sino a nivel mundial”, relató.
En la charla con Unidiversidad con este investigador de la salud colectiva se cruzan anécdotas sobre momentos en los que nos enfrentamos a situaciones de trato despersonalizado. Esas charlas suelen repetirse en mesas familiares o de amigos, donde alguien pasó por un consultorio y dijo 'ni me miró y me pidió un montón de estudios'.
“Muchas veces, las personas pasan antes por una serie de máquinas o de exámenes complementarios. A veces, los médicos ni siquiera las miran a los ojos, ni siquiera las interrogan. Se arriba a diagnósticos que muchas veces, a pesar del avance que implican, no permiten llegar al verdadero problema, porque esos avances no permiten contextualizar el problema, en el contexto familiar, individual o comunitario que está transitando una persona esa enfermedad”, completó.
Desde el campus de la UNCUYO a los barrios
Un ejemplo de este cambio de paradigma se dio en la UNCUYO, donde el Centro Universitario en Salud Familiar y Comunitaria Dr. Pedro Eliseo Esteves (CUSFyC) fue elegido como sede de residencia para el entrenamiento especializado en Medicina de Familia. Para Marucci, quien es parte de esta iniciativa junto a un importante equipo multidisciplinario, esto es un “hito” para la provincia y para la casa de estudios, ya que es la tercera residencia de este tipo a nivel nacional.
“En 2018, el decano que estaba en ese momento, el doctor Pedro Eliseo Estévez, impulsó la creación de un Centro de Salud Familiar y Comunitaria para que funcione en la misma Facultad, para que los estudiantes de carreras de Ciencias de la Salud puedan rotar ahí y se impregnen un poco de este paradigma vinculado al contexto, a la comunidad y a la medicina familiar”, detalló el joven médico.
Aquel sueño de Estévez es hoy una realidad y con este bonus de contar con la “primera residencia de medicina familiar en una universidad pública, en articulación con el Ministerio de Salud de la provincia”.
“Este posgrado se da en un contexto particular —dijo Marucci—, ya que este centro que funciona en el campus ha tomado como población destinataria de sus acciones principalmente a los barrios del Oeste (de la Ciudad de Mendoza), ya sea Flores, Olivares, Soberanía o Santa Rita, pero también la zona de los barrios que componen La Favorita. Y estamos trabajando en esos barrios, intentando fomentar esta especialidad, pero además cambiando el enfoque. ¿Qué quiere decir esto? No solo pensar en qué problemas de salud tienen esas comunidades, sino también pensar en qué cosas producen 'salud' en esas comunidades. Nosotros los llamamos activos de salud. Un ‘activo’ pueden ser personas, organizaciones sociales, referentes barriales, instituciones educativas, de salud, de deporte, de cultura “.
El piedemonte y los barrios del Oeste son parte del lugar de trabajo de Marucci. Foto: Unidiversidad
En el horizonte como gran objetivo está, en palabras del médico, “trabajar en conjunto con esos activos para promover la salud de la comunidad”. Ese trabajo se da al generar espacios y encuentros, como la llamada “mesa de gestión”, para que referentes y vecinos tomen líneas de acción concretas, para que la llamada salud “no solo pase por los centros de salud, sino que pase por todos los actores que hacen a la vida comunitaria”.
Un reconocimiento y una alerta
El 2024 fue un año espectacular para las y los impulsores e integrantes del Centro Universitario de Salud Familiar y Comunitaria (CUSFyC). Al pleno funcionamiento del centro se sumó la oficialización de la residencia en medicina familiar. Como corolario, Lucas Marucci fue postulado para participar de los premios Jóvenes Mendocinos Destacados, que promueve el Consejo Empresario Mendocino (CEM). El médico fue reconocido y celebró este premio que, según manifestó, incluye a todo el equipo de la Facultad de Medicina, del CUSFyC y del Incihusa-Conicet.
A su vez, Lucas no evitó poner el acento en que todos estos logros han estado en peligro y alertó: “Todo esto es posible porque hay una universidad pública que está pensando qué es súper necesario. Hay todo un campo científico encabezado por el Conicet que está siendo sumamente atacado, injustamente, por el Gobierno actual. Creo que, justamente, la salida es con más ciencia, con más educación pública y poniendo en valor estos espacios que son los que permiten que en definitiva si hay una crisis, podamos salir adelante”.
Para saber más de las tareas del CUSFyC en los barrios del Oeste de Capital, hacé clic en los siguientes enlaces
Proyecto “Mi Favorita Salud 2024”
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