Cada mes, 20 personas pertenecientes a los 18 departamentos de la provincia asisten a algún organismo público que aborda la problemática de la violencia de género en búsqueda de asesoramiento y ayuda. Los datos fueron aportados por la titular de la Dirección de la Mujer, Silvina Anfuso, quien explicó que en Mendoza existe desde 2012 el Registro Único de Casos (RUC), pero que hubo un subregistro de las atenciones durante los años anteriores. A partir de 2016 se retomaron las estadísticas con rigurosidad.
 

Quiénes consultan

Anfuso explicó que la mayoría de los requerimientos de asistencia e información son por parte de mujeres sin una actividad económica fija –desocupadas o subocupadas–. Sin embargo, explicó que este dato debe cruzarse con los informes de empleo de los departamentos para tener una información más precisa al respecto.

El rango de edad de las mujeres que acuden por esta problemática oscila entre los 25 y los 44 años, siendo la franja que va desde los 35 y 39 donde se inscribe la mayor parte de los casos. Según la funcionaria, esto se debe a que es en esta etapa de la vida cuando la mujer asume las tareas reproductivas y se da la mayor tensión en el ámbito familiar.
 

El abordaje

Consultada acerca de cuál es el camino a seguir cuando una persona acude a pedir asistencia, Anfuso explicó que hay diferentes vías, según sea la gravedad del caso. Si corre riesgo la vida de la mujer, lo primero es radicar la denuncia en la oficina fiscal que corresponda.

Anfuso aclaró, además, que si una mujer acude a un hospital o centro de salud con lesiones producto de la violencia de género es obligación de los profesionales que la atiendan realizar la denuncia policial. “Muchos agentes públicos piensan todavía que se trata de un delito del ámbito privado y que hay que pedir consentimiento a la víctima para denunciar. Esto no es así. La violencia de género es un delito del ámbito público y es obligación de los profesionales que intervengan en la atención colocar la denuncia”.

La situación cambia si la mujer acude sin lesiones físicas a pedir ayuda. En este caso también es importante acompañar a la víctima, pero el proceso puede ser más lento, acomodándose a sus tiempos y otorgándole herramientas de desvinculación con el agresor. Entonces, cuando hay violencia física y riesgo en la integridad e incluso en la vida de la víctima, los pasos a seguir son denuncia policial e intervención de la Justicia de Familia para que se dicten las medidas tutelares (exclusión del hogar del agresor, prohibición de acercamiento).

En cuanto a la ayuda económica que el Estado puede brindar a las víctimas, Anfuso manifestó que la Dirección de la Mujer cuenta con presupuesto propio para dar asistencia al menos en el momento de la crisis, para que se produzca la desvinculación. Esto se tramita a través del área de Mujer de cada departamento. “Las áreas Mujer de los municipios ayudan a despejar los 'pero' que las víctimas expresan para no separarse del victimario”, destacó la funcionaria.
 

La Universidad participará en el RUC

A partir de este año, la UNCUYO participará en el Registro Único de Casos de violencia de género. Lo hará sumando las atenciones que en este ámbito de estudio se realicen por esta causa. Para la titular del Instituto de la Mujer, este paso es fundamental para cruzar datos sobre los perfiles de las mujeres que consultan.