“No hemos tenido ninguna respuesta, que podía ser negativa incluso —remarcó García—. Fastidia mucho y se entiende como una falta de respeto que no haya nada. Se entiende como una ninguneada o subestimación que ni siquiera un secretario nos levante el teléfono y nos diga: ‘No insistan, no se puede’”.

Que la medicina veterinaria colabore en un contexto en el que se necesita personal e infraestructura no es algo insólito. La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera a veterinarios como agentes primarios de la salud. También hay casos concretos. En La Pampa, el Ministerio de Salud convocó a esta profesión a participar de la campaña de vacunación. En Estados Unidos, Joe Biden hizo lo propio para una campaña que comenzará el 1.º de mayo y que apunta a llegar al Día de la Independencia de aquel país con más población cubierta con las dosis. No son estos los únicos ejemplos.

“Hemos sufrido el fallecimiento de colegas”

Por otra parte, la demanda de ser incluidos dentro de los grupos prioritarios para la vacunación se basa en que las y los médicos veterinarios ejercen una profesión regulada por el Ministerio de Salud, ya que este organismo es el que les entrega las matrículas. “Por un lado, es una actividad regulada dentro de Ministerio de Salud, pero por otro lado, no se considera dentro de las actividades de salud”, graficó García.

Los veterinarios no solo trabajan en lo que se denomina clínica de pequeños animales, que es adonde llevamos a nuestras mascotas. También tienen una gran presencia en la industria cárnica y ganadera. Hay muchas actividades relacionadas con estos sectores que no se podrían realizar de no ser por ellos. Todas las tareas que cumplen en el mercado laboral, a excepción de la docencia, implicaron una presencialidad ininterrumpida desde que comenzó la pandemia.

García señaló que hay 870 matrículas de médicos veterinarios activas en la provincia, entre los que se encuentran grupos de riesgo, determinados por la edad opor tener enfermedades de base. “Lamentablemente, hemos sufrido el fallecimiento de colegas por COVID-19 —agregó el dirigente—. Era un conflicto que se solucionaba con muchísimo menos que 800 vacunas”.