En el marco de la Agenda de Economía Bolivariana, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, anunció una serie de medidas económicas con el objetivo de enfrentar y dar una solución a la crisis en la que se encuentra su país. Además, dio a conocer medidas compensatorias para evitar que las mismas impacten negativamente en la población. Entre el conjunto de medidas, se encuentran: el aumento del precio de la nafta, una devaluación del 37 %, un ajuste en los precios de los productos regulados por el Estado, una reforma en el sistema alimentario, el aumento del salario mínimo, de pensiones y de otros bonos alimenticios, y un plan de obras públicas.    

Una de las medidas que más repercusión e indignación causó en el pueblo venezolano refiere al aumento del precio de la nafta. Siendo Venezuela uno de los países con mayor reserva de petróleo del mundo, desde 1996 que el precio del combustible se mantiene inmóvil. Según cifras oficiales, la inflación desde entonces ha sido del 10 000 %. El combustible ahora costará 1 bolívar por litro (0,15 dólares aproximadamente) para la de 91 octanos y 6 bolívares (0,95 dólares aproximadamente) para la de 95 octanos. Esta última es la que usa el 70 % de los conductores, según el diario local El Nacional.

Se trata de un aumento del 1,328 % y el 6,085 % respectivamente, un incremento que muchos venezolanos temen, pues aumentaría los precios del transportes y, por consiguiente, de todos los bienes y servicios, que de por sí ya son caros debido a la inflación.  

Otro de los anuncios del mandatario es sobre la devaluación. Y es que, con el objetivo de que los ingresos del Estado aumenten, Maduro anunció una reestructuración del sistema de cambio de divisas. Esto representa una devaluación del 37 %, pero no erradica del todo el control de cambios ejercido por el gobierno.

El sistema que antes contaba con tres tasas de cambio oficiales ahora tendrá dos: la de 6,3 bolívares por dólar pasa a 10 bolívares por dólar; la de 12 bolívares (Sicad) se elimina; y la de 200 (Simadi) se mantiene, pero será "flotante". La tasa de 10 bolívares será destinada a medicinas, programas sociales, alimentos y maquinaria para producir, dijo Maduro. La de 200 se destinará al resto de los servicios.

Por otra parte, a partir del 1.º de marzo, el gobierno anunció que el salario mínimo pasa de 9649 bolívares a 11 578 bolívares, y que el bono de alimentación pasa de 6750 a 13 275. Es decir: quienes reciben ambos ingresos, que son la mayoría de los venezolanos, tendrán un sueldo de 24 853 bolívares al mes, que a la tasa flotante de 200 bolívares significa 124 dólares. En cuanto al ajuste de precios de productos fijados por el Estado venezolano, que son alrededor de 100, serán revisados debido a que tienen un precio inferior al del mercado. Según el mandatario, se busca un aumento de productos “con base a su precio real”.

En cuanto a la reforma del sistema alimentario, el gobierno planea reestructurar el sistema de distribución y venta de alimentos del Estado, creando una corporación dedicada al tema y  permitiendo la intervención de las otras redes de mercados estatales, Mercal y Pdval. Con respecto al plan de obras públicas, el gobierno aprobó 190 mil millones de bolívares para este sector, con el fin de desarrollar la infraestructura y generar fuentes de empleo de calidad para el pueblo.

Según los analistas y consultores, quienes recomendaron durante años estas medidas, lo que Maduro busca es aumentar los ingresos del Estado para aliviar el déficit fiscal, que es el incentivo principal de la inflación más alta del mundo.