Según datos publicados por el Ministerio de Salud de la provincia, en Argentina mueren al año 1800 mujeres de cáncer de cuello de útero. En Mendoza la tasa de mortalidad de mujeres por esta enfermedad es de 6 x 100.000 habitantes. Siendo las mujeres entre 23 y 37 años de edad las más afectadas. Se estima que el 80% de las mujeres sexualmente activas ha estado en contacto con el virus, pero la mayoría de las infecciones por VPH retrogradan solas, hasta el 70%. Cuando se detecta este virus, a través de un Papanicolau, hay que controlarlo. Para que esa lesión se transforme en cáncer deben pasar 10 años. Los especialistas aseguran que antes de los 30 años las lesiones suelen curarse solas debido a la mayor fortaleza del sistema inmunológico, mientras que con posterioridad si son detectadas y tratadas a tiempo tienen una cura total a través de procedimientos poco agresivos y de bajo costo.

Se conocen alrededor de 170 tipos de HPV; la forma más común de contagio es la transmisión sexual, sin embargo puede darse de otras maneras como elementos contaminados en lugares públicos, compartir ropa íntima, toallas, baños o por contagio de la madre a su hijo durante el parto vaginal.

Desde hoy la Argentina da un paso más tendiente a la prevención de su contagio y a garantizar mayor equidad entre los diferentes estamentos sociales a partir del lanzamiento de la vacunación que previene el contagio del Virus de Papiloma Humano (HPV).

“La población objeto de esta incorporación de vacunas al calendario son las chiquitas de 11 años que han nacido a partir de enero del año 2000. Esto significa, más o menos, unas 15.500 niñas en la provincia de Mendoza”, explicaba el doctor Cerchiay. “El esquema de vacunación son tres dosis, se coloca el primer día la primera dosis, al mes la segunda y luego de 6 meses la tercera dosis. De esta manera se completa el esquema que nos va a asegurar la eficacia de la vacuna”, agregaba.

Además de ser un avance en la prevención de unas de las enfermedades causales de mayor mortandad en las mujeres, es una medida integradora ya que se incorpora al calendario de salud. “Incorporar una vacuna al calendario de salud, significa primero, que ya queda implementada la medida desde hoy al futuro; segunda que es obligatoria y tercero que es gratuita. O sea, que todas las chiquitas que estén englobadas en esta resolución ministerial; es decir las chicas de 11 años nacidas a partir de enero del 2000, se van a beneficiar con esta medida de aquí en adelante”, decía el director del Hospital Notti.

“La vacuna está autorizada a partir de los 9 años de edad, pero a título individual, y de ahí para arriba se puede colocar hasta los 45 años. Pero, a nivel del programa de salud y para que esto tenga realmente un impacto y tenga eficacia, está demostrado que la edad más adecuada es en las niñas púberes antes de la iniciación sexual”, decía el profesional de la salud pensando en este plan de prevención a niveles sociales.

Con la vacuna no alcanza. “Muchas veces cuando se habla de una medida de prevención como una vacuna, uno piensa que con eso es suficiente, en realidad hay que seguir con las medidas de educación para la correcta higiene en la práctica sexual y los controles ginecológicos que se sugieren a partir de los 30 años de edad con el respectivo Papanicolau y Colposcopia para la detención de cualquier lesión incipiente y así poder establecer un tratamiento oportuno y no llegar al  momento del cáncer del cuello uterino”, advertía el doctor.

Mito peligroso. En la web circula un mail donde se alerta sobre los efectos secundarios de la vacuna, anunciado desde trastornos mentales hasta muertes. El mail dice que incluso el Centro de Control de Enfermedades de EEUU está al tanto de esto y desestima el uso de la vacuna. Al respecto NU Digital consultó a Rubén Cerchiay. “Eso es una enorme mentira, no es cierto. Eso es una cadena de mails que está influenciada por quien la escribe, que es un médico que se llama Joseph Mercola, un médico reconocidamente incluso por la OMS (Organización Mundial de la Salud) como grupo “anti-vacuna”;  y que toma datos reales y son tergiversados en perjuicio de las vacunas. En este momento hay registro de más de 15 millones de vacunas aplicadas en el mundo donde no hay reporte de muertes atribuidas a la vacuna. Incluso si entran en la página de los Centros de Control de Enfermedades norteamericanos van a ver que no hay reportes de muertes por esa vacuna”, aclaraba el profesional de la salud.  

Si bien el impacto de la vacuna se podrá evaluar en los próximos 15 o 20 años, ya hay pruebas contundentes que determinan que las mujeres inmunizadas, en otras partes del mundo donde desde hace años se lleva adelante este plan, no han presentados hasta ahora ninguna lesión precancerosa.