Hace unos años, diversos funcionarios de diferentes agrupaciones políticas firmamos un documento que establecía la necesidad de avanzar con políticas de largo plazo para transformar nuestro país. El por entonces Jefe de Gobierno de CABA, Mauricio Macri, fue uno de los firmantes. Hoy recordé ese documento y encontré mucho de lo allí expresado en las palabras del Presidente. Por eso celebro esta nueva oportunidad para construir grandes acuerdos por sobre las diferencias.

El desafío planteado excede ampliamente a la clase política -oficialismo y oposición- e involucra a todos los sectores del tejido social: sindicatos, empresarios, comerciantes, entre otros. Por eso creo que es una gran oportunidad y requiere de la buena voluntad y solidaridad de las partes para con el todo.

En el Congreso de la Nación tenemos un rol importante en la construcción de instrumentos legales que den forma y sustento a las reformas propuestas. Estas leyes deben surgir de la discusión y el acuerdo de todos los sectores porque se plantean cambios de fondo para beneficio de las generaciones futuras.

Desde los sectores sindicales y empresariales, la cooperación y el acuerdo también son imprescindibles. Necesitamos que prevalezca el interés general por sobre los intereses particulares, sin perder de vista en ningún momento los derechos legítimamente adquiridos.

Necesitamos grandeza para que no quede en buenas intenciones. Esto es clave, porque como dijo el Presidente cuando presentó las reformas, “si no hay consensos básicos sobre el rumbo y los objetivos que compartimos para el desarrollo de nuestro país, no habrá sustentabilidad pública, ni inversiones y productividad, ni seguridad jurídica o competencia empresaria. No habrá equidad social ni una verdadera salida de la pobreza y la desigualdad”.

Por eso el acuerdo de políticas de Estado requiere una mirada a largo plazo que trascienda gestiones y tenga como Norte el desarrollo sostenido e integral de Argentina.