La causa que investiga presuntas corrupciones durante la era kirchnerista, conocida como “cuadernos de las coimas”, ya cuenta con 16 empresarios arrepentidos, además del autor de los diarios, Oscar Centeno. El último en sumarse a la lista fue el mendocino Francisco Rubén Valenti, expresidente de la metalúrgica Impsa, en tanto que el actual líder de esa empresa, Enrique Pescarmona, busca declarar bajo la misma figura.

El 1.º de agosto pasado trascendieron imágenes de fotocopias de unos cuadernos escritos por Oscar Centeno, quien era el chofer de Roberto Baratta, segundo del Ministerio de Planificación, dirigido por Julio de Vido durante la era kirchnerista. En estos diarios, Centeno anotaba el movimiento de dinero negro que se movía entre empresarios y funcionarios y funcionarias kirchneristas. A continuación, la lista de todos los arrepentidos en la causa.

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Oscar Centeno: fue el primero de la seguidilla de detenciones que ordenó el juez a cargo de la causa, Claudio Bonadio. Fue también el primero en convertirse en imputado arrepentido con el fin de reducir su posible condena a cambio de aportar información verídica, sustanciosa y constatable que sea útil para el avance de la investigación.

Juan de Goycoechea: empresario de Isolux, cuya sede en Buenos Aires aparece nombrada reiteradas veces en los cuadernos. Al declarar como arrepentido, quedó en libertad.

Ángelo Calcaterra: es exdueño de la empresa constructora Iecsa y primo hermano del presidente Mauricio Macri. Se presentó espontáneamente en los tribunales de Comodoro Py para confesar que había pagado coimas y declarar como arrepentido. Habló de "aprietes" y de "extorsión" de exfuncionarios que exigían dinero para las campañas electorales de 2013 y 2015. Quedó en libertad.

Javier Sánchez Caballero: es el ex-CEO de Iecsa. Su nombre aparece mencionado no solamente en los cuadernos del chofer de Baratta, sino también en las causas Odebrecht, en la que se investiga el pago de coimas de la constructora brasileña en distintos países de Latinoamérica y en la investigación de Lava Jato. También quedó libre, al igual que de Goycoechea y Calcaterra.

Héctor Zabaleta: es el exdirector de Techint, empresa donde se consignan varias veces entregas de bolsos con dinero, según los cuadernos de Centeno.

Aldo Roggio: titular de una de las constructoras más grandes de la Argentina, Grupo Roggio, declaró como arrepentido y admitió haberle pagado coimas al exsecretario de Transporte, Ricardo Jaime. Detalló que debió acceder a la “exigencia” de efectuar pagos a Jaime, por su expreso pedido, a partir de una reunión mantenida en su despacho al inicio de la gestión.

Armando Loson: el presidente del Grupo Albanesi esclareció haber sido extorsionado por funcionarios kirchneristas para aportar dinero para las campañas electorales. Estos pagos se habrían realizado en la sede de la empresa de la calle Alem de Buenos Aires.

Jorge Neyra: es ejecutivo de la empresa Electroingeniería. Su nombre aparece en los cuadernos de Centeno porque participó de los últimos movimientos de dinero antes de la muerte del expresidente Néstor Kirchner.

Juan Chediack: fue presidente de la Cámara Argentina de la Construcción (CAC). Confesó ante Bonadío haber integrado el "club de la obra pública", que cartelizó los precios y las licitaciones, y admitió haber pagado coimas.

Carlos Wagner: también exdirigente de la CAC, explicó en su declaración cómo se cartelizaron las obras y describió el sistema de pagos regulares que los empresarios hacían en las oficinas del financista Ernesto Clarens.

Claudio Glazman: director de Sociedad Latinoamericana de Inversiones SA. Le habría pagado más de 6 millones de pesos a Baratta.

Gabriel Romero: de la empresa Emepa. En su declaración, además de la confesión de haber pagado coimas, declaró que los empresarios no solo lo habrían hecho para formar parte del "club de la obra pública", sino también para obtener leyes a su favor.

Claudio Uberti: es el extitular del Órgano de Control de Concesiones Viales (Occovi) y fue el primer funcionario kirchnerista en declarar como arrepentido. Confesó que le llevaba a Néstor Kirchner los bolsos con la plata que recaudaba en las concesionarias viales y que hacía esas entregas en el despacho presidencial de la Casa Rosada o en la quinta de Olivos.

Francisco Rubén Valenti: ejecutivo de Impsa, la empresa metalúrgica mendocina, habría pagado casi 3 millones de dólares a Baratta, según la información que volcó Centeno en sus cuadernos.

El presidente de Impsa, Enrique Pescarmona, también ha solicitado sumarse a la lista de arrepentidos, aunque aún su pedido no ha sido aceptado por el juez. En el caso del financista Enrique Clarens, también había pedido declarar como imputado colaboracionista, pero Bonadio lo rechazó.