En la madrugada de este lunes 19 de octubre, el barrio de San Cristobal de Río de Janeiro sufrió una fuerte explosión de gas que dejó hasta el momento al menos ocho personas heridas, entre ellas un niño, y varios inmuebles destrozados, entre ellos un restaurante, una farmacia y algunos departamentos; también unas 20 viviendas fueron afectadas. La explosión tuvo lugar en una pizzería de ese barrio del norte de la ciudad, donde según medios locales funcionaba un almacén clandestino de garrafas de gas.

El subsecretario de Defensa Civil, Márcio Motta, en diálogo con O Globo, dijo: “Se trata de una situación irregular como en las regiones donde la utilidad proporciona gas canalizado, quedando prohibido su uso de gas Cajas de CEG”. Además, el funcionario confirmó que los edificios directamente afectados por el accidente (los situados en los números 40 y 44 de la São Luiz Gonzaga Street) no son de clientes de la empresa, así como las casas de la aldea. Igualmente, según el subsecretario, “es prematuro especificar el origen de la explosión”.

El dueño de la pizzería Del 'Arco, que se identificó sólo como Antonio ante los medios locales, negó cualquier irregularidad en el establecimiento. Dijo que trató de hacer la petición para poner gas canalizado en la propiedad, pero fracasó. “Por mi parte, todo está intacto. Mis botes de gas estaban bien. Todo estaba dentro de ciertas normas. Tratamos de conseguir gas canalizado, pero la CEG era venir y no vino. Yo soy la víctima igual a todas estas personas allí”.

Los equipos de la policía civil continúan recogiendo las declaraciones de las víctimas y los propietarios de los establecimientos. Según Motta, la prioridad es evaluar los daños sufridos por los propietarios de los edificios.