Pablo Fuentes, el mendocino que dejó todo para viajar por placer arriba de su moto

Sociedad

Herman contó que hubo infinitas aventuras vividas durante estos años arriba de su auto Graham-Pagie de 1928. "Al auto nadie le tenía fe y anda y anda... fue un abrepuertas ese auto. Cualquier mecánico te lo arreglaba con un puñado de herramientas. Dormíamos ahí. Era nuestra casa. Arriba del techo pusimos una carpa para que duerman nuestros cuatro hijos. El baúl oficiaba de cocina. Okey, la casa tal vez era pequeña, pero el jardín, ¡era gigante!", graficó el padre Zapp, evidenciando la actitud con que construyeron un viaje de esta magnitud.

Zapp destacó que, pese al auto, el 99 por ciento de las noches dormían en casas de familia que "no nos dejaban ir". También contó por qué África fue el continente que más le gustó a toda la familia y por qué Alemania, "donde parece no está bien visto ser feliz" y Japón, donde "está la cultura de no molestar al prójimo" fueron los últimos en la lista de sus "recomendados".

"Lo que más busco a la hora de viajar es la parte humana", destacó el señor Zapp.

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