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Enjambradas nació de una serie de talleres entre mujeres y lesbianas donde nos preguntamos por los feminismos que habitamos, producimos y reproducimos en nuestros espacios de trabajo.
Academia y activismos entre los feminismos del Sur
Las enjambradas
Publicado el 19 DE NOVIEMBRE DE 2019
Enjambradas es un espacio lúdico de lectura y escritura de nuestros feminismos del sur abierto a lesbianas, pansexuales, mujeres cis heterosexuales, personas trans, bisexuales, asexuales, no binaries, disidencias y otros néctares. Enjambradas nació de una serie de talleres entre mujeres y lesbianas donde nos preguntamos por los feminismos que habitamos, producimos y reproducimos en nuestros espacios de trabajo: la universidad y el Conicet. Fue a partir de esos encuentros que decidimos escribir(nos).
En la escritura buscamos un “nosotras” que, como sugiere Val Flores, no es un lugar al que se pertenece, sino un espacio al que se entra para construirlo. En este espacio pretendemos jugar, pensar en la tensión y el conflicto de nuestras lecturas del feminismo de hoy y de los acuerdos pretendidos. Abortamos esos acuerdos para habitar la contradicción entre lo políticamente correcto y lo irremediablemente urgente de decir. Y así construimos un espacio para pensar(nos) lejos de la certeza de cualquier tipo de respuesta. ¿Qué es ser feminista? ¿Que imaginamos por feminismo? ¿Qué pueden nuestras escrituras? ¿Qué pueden nuestras lecturas? ¿Qué pueden nuestros cuerpos?
Ensayamos formas diferentes de mirar, pensarnos y afectarnos. Ensayamos formas de decir(nos) en la tensión constante de una experiencia irremediablemente material porque nada de lo que hacemos excede la encarnadura del cuerpo. Nada de lo que hacemos es escindible del cuerpo.
Entendemos este precario espacio errante de lectura y escritura como un hacer político y una ética del cuidado donde no sabemos lo que encontraremos pero confiamos en la búsqueda. Es una práctica cotidiana de extrañamiento: sobre cualquier silencio y cualquier sospecha habrá algo que decir.
¿Por qué y cómo escribimos?
Entendemos la regulación y los circuitos del conocimiento, de nuestras voces, ritmos y del color de nuestra escritura como una regulación afectiva: el olvido impuesto al cuerpo es parte de las políticas del saber y de la ignorancia heterocapitalista -citando libremente a Val Flores- que nos hieren y que intentamos contrarrestar con una ética escritural anti/contra-domesticadora.
Como docentes, estudiantes e investigadoras nos propusimos leer y compartir escritos de feministas latinoamericanas y al poco tiempo descubrimos el deseo de escribir reivindicando nuestro lugar de enunciación como un decir valioso. Nuestra materialidad es precariedad e incertidumbre como modelo de conocimiento. Nos sostenemos en la precariedad de la otra donde la contradicción es protagonista de nuestros lazos. Producimos conocimiento y sentires desde la afectividad, la experiencia, el cariño, la ternura y el erotismo que intentan agrietar el modo de producción academicista, estructurado y mercantilizado. Intentamos hacerlo no solo sobre sino desde los feminismos.
La academia es una excusa que nos habilita un espacio de reflexión. No hay Sigeva que se banque nuestro CV. El deseo y la herida están presentes y así entra en juego lo lúdico como horizonte y motor.
La insistencia en vernos, en querer ocupar los espacios de modo díscolo, es nuestro gesto político de rebeldía. La academia es, para nosotras, un espacio de lucha. Por eso, no es una opción encerrarnos entre nuestras cuatro paredes improvisadas de amistad, sino que este lazo enjambrado es político, es calle, es otras, es conexión. Nuestros encuentros son una invitación abierta para que ingresen nuevas experiencias y asi dejar que aparezca el cuerpo de modo no disciplinado por la lógica de producción capitalista, sino desde el deseo encarnado, sin pretensiones objetivistas. A diferencia de las producciones académicas, cuya máquina se guía por criterios productivos, la escritura enjambrada es encarnada y situada. Lo nuestro es la metodología de la improvisación, epistemología erótica y afectiva, sin recetas.
Formamos un enjambre porque como las abejas somos un grupo de subjetividades disidentes que se encontraron azarosamente compartiendo el mismo deseo: armar manada por fuera del rebaño. Hacemos un esfuerzo por dejar la vieja colmena institucional heterocapitalista superpoblada de violencias que nos desafectan para comenzar un camino de aprendizaje arduo y escarpado en la educación de nuestros afectos y solidaridades, en la formación de una autonomía relacional y afectiva. Este camino no lo hacemos desde la nada, sino que traemos con nosotras, desde la lectura crítica, el néctar de nuestras ancestras para inscribirnos en genealogías habi(li)tantes.
Para seguir con nuestra tradición de la duda y del aprendizaje merodeador, nuestros textos (Cementerio Exquisito, Qué Cura Sana, CV o No Se-Ve, Manifiesto Enjambrado, Tirándonos la lengua: un preguntario sobre otra forma de resistencia) se pueden encontrar acá: https://www.facebook.com/enjambradas/ o consultándonos por mensaje.
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