Las redes sociales e internet pueden ser valiosas herramientas para conectarse, democratizar la comunicación y amplificar voces. Sin embargo, también son utilizadas para acosar, discriminar y perseguir a quienes reclaman por los derechos de las mujeres, niñas y personas LGBTIQ+. Esto fue lo que analizó Amnistía Internacional Argentina (AI), revelando que una de cada tres mujeres argentinas sufrió violencia online y que durante el debate por la legalización del aborto, en 2018, el lenguaje abusivo aumentó el 42 %. Bárbara Peñaloza, especialista en derecho informático, explicó cuáles son las herramientas jurídicas que existen en el país para defender a las víctimas.

En el Día Internacional de las Defensoras de Derechos Humanos, AI presentó el informe llamado “Corazones Verdes: violencia online contra las mujeres durante el debate por la legalización del aborto en Argentina”. La organización encuestó a 1200 mujeres de todo el país de entre 18 y 55 años. El trabajo incluyó preguntas generales sobre violencia en las redes sociales y otras específicas sobre el debate de la IVE en el Congreso. 

Según el sondeo, una de cada tres mujeres fue violentada en las redes sociales. La mayoría de ellas manifestó que fue objeto de mensajes sexuales y misóginos, mientras que otras recibieron amenazas directas e indirectas de violencia psicológica o sexual. Durante el debate por la legalización del aborto, las encuestadas advirtieron que aumentaron tanto el lenguaje abusivo (el 42 %) como las amenazas sexuales (el 12 %), los comentarios racistas (el 14 %) y comentarios homofóbicos/transfóbicos (el 15 %).

Al respecto, Mariela Belski, directora ejecutiva de Amnistía Internacional Argentina, dijo a Télam: “El debate por la legalización del aborto generó una masiva movilización y las redes sociales fueron un canal muy valioso“; sin embargo, agregó respecto de las redes: “Muchas veces pueden volverse espacios hostiles”. Esto evidenció el informe, ya que mostró que las manifestaciones públicas de apoyo a ese proyecto de ley significaron “una amenaza para la seguridad de muchas mujeres y jóvenes“, siendo “alarmante la escalada de violencia“ a la que se vieron expuestas de múltiples maneras: insultos, hostigamiento, persecución, amenazas contra la integridad física y la vida, o agresiones físicas y psicológicas, tanto en las calles como en el ciberespacio.

De todas las encuestadas, el 58 % afirmó estar de acuerdo con la legalización del aborto. Además, Amnistía indicó que el 28 % de las mujeres argentinas participó del debate en las redes sociales en 2018 y el 23 % de ellas manifestó haber sufrido acoso o violencia online durante esa instancia de discusión. “Asesina”, “puta”, “feminazi”, “Hay que cogérselas a todas”, “Me gustaría cruzarme con tu hija para romperle la cabeza y que veas lo que se siente”, son algunos de los mensajes agresivos e intimidantes que recibieron.

Durante este período de debate, también aumentó el carácter despersonalizado de los acosos, señaló el informe. Casi la totalidad de los ataques provinieron de personas que las encuestadas no conocían o solamente conocían a través del ciberespacio. A su vez, AI entrevistó a 18 mujeres públicamente reconocidas que relataron sus experiencias. La periodista Ingrid Beck destacó: "Los ataques siempre tuvieron que ver con un componente de género". La escritora Claudia Piñeiro, por su parte, comentó que le mandaron fotos de un Falcon verde diciendo: "¿Se olvidaron de esto?", haciendo alusión a las desapariciones ocurridas en el país durante la dictadura cívico-militar.

El rol de la justicia 

Bárbara Peñaloza, abogada especialista en derecho informático y ciberdelitos, explicó a Unidiversidad que el ciberacoso no está tipificado como delito, pero existen herramientas judiciales para proteger y defender a una víctima que se aplicarán según el caso. Además, remarcó: "Existen mecanismos extrajudiciales para bajar una publicación, por ejemplo, pero las plataformas digitales no tienen una actuación que dé solución inmediata. En escasas oportunidades acceden a eliminar un contenido".

La especialista comentó que se pueden tomar medidas precautorias y de protección, tanto para evitar el daño o que este aumente, así como aplicar amparos. "Hay que estar muy atentos porque muchas veces los hostigamientos digitales pasan a lo físico, como sucede en casos de violencia de género".

Sobre cómo podría mejorar la respuesta judicial para quienes denuncian ciberacoso, la abogada señaló: "No hacen falta más leyes, sino que se requiere que se aplique una perspectiva diferente. Las publicaciones se propagan muy rápido, por eso la respuesta jurídica debe ser inmediata, porque si no, se pierden pruebas o se agrava el daño. Esto se logra con capacitación y protocolos de actuación a nivel procesal para que la respuesta sea más rápida".

Consecuencias de las agresiones

Las consecuencias del abuso o el acoso son de las más variadas, indicó el informe. Las agredidas sufrieron pérdida de sueño, menor concentración en sus tareas cotidianas, ataques de pánico, estrés o ansiedad, pérdida de autoestima o confianza, miedo a salir y aislamiento psicológico. Además, algunas manifestaron haber sentido que la seguridad física de un miembro de su familia estaba siendo amenazada.

A su vez, el 70 % implementó cambios en la forma en la que usa las plataformas a raíz de las agresiones: incrementaron los niveles de seguridad y privacidad en la configuración de sus perfiles en las redes sociales, se abstuvieron de discutir con los agresores, dejaron de publicar contenidos que expresen su posición sobre ciertos temas o bloquearon usuarios, entre otros comportamientos.

Mirá el informe completo de Amnistía Internacional Argentina.