Una buena y una mala: los ríos tendrán buen caudal este año, pero la proyección a 2050 es de megasequía

Así lo explicó Ezequiel Toum, parte del grupo de Ianigla que realizó un estudio sobre el impacto del cambio climático en la oferta hídrica de Mendoza. Los modelos mostraron que habrá menos precipitaciones y aumento de la temperatura. Defensa de la educación pública y del sistema científico.

Una buena y una mala: los ríos tendrán buen caudal este año, pero la proyección a 2050 es de megasequía

Toum explicó que las proyecciones mostraron que, hacia 2050, la normalidad será la megasequía. Foto: Unidiversidad

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Verónica Gordillo

Publicado el 23 DE OCTUBRE DE 2024

Hay una buena y una mala noticia para Mendoza. Va la buena: en la temporada 2024-2025, el caudal de los seis ríos más importantes será normal, según el pronóstico que presentó el Departamento General de Irrigación (DGI). Va la mala: la proyección a 2050 del impacto del cambio climático sobre la oferta hídrica local determinó que la normalidad será la sequía extrema que enfrentó la provincia durante 13 años, según un informe que realizó un equipo del Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales (Ianigla), del CCT Conicet Mendoza.

Ezequiel Toum, que integra el grupo de Glaciología e Hidroclimatología Andina del Ianigla que realizó el informe, sabe que es portador de malas noticias. Aun con esa certeza, prefiere pararse del lado positivo antes que en el otro, en ese cuyo lema sería más o menos “Todos y todas vamos a morir”.

Él lo explicó en términos futbolísticos a Unidiversidad. “Estas proyecciones sobre el cambio climático no son muy simpáticas, siempre son malas noticias, entonces uno sabe que el primer sentimiento del otro es pensar: ‘Este flaco me viene a traer un problema más, y yo tengo mil en mi vida’. Es cierto, no es simpático, pero creo que lo importante, lo que hay que rescatar, es que existe un grupo de gente capacitada que puede hacer estas proyecciones y, al mismo tiempo, gente que está en la gestión interesada en hacerlas. Entonces, está el escenario y, si bien vos podés decir: 'Lo ignoro, no hago nada', eso nos va a salir carísimo, porque vamos a estar corriendo detrás de la pelota, no vamos a estar preparados. Entonces, dentro de este escenario negativo de menos precipitaciones y aumento de la temperatura, creo que tenemos la posibilidad de pararnos delante de la pelota, ordenar, planificar, proyectar, hacer seguimiento, y eso hará que esto no nos agarre mal parados”, expresó.

"Dentro de este escenario negativo, creo que tenemos la posibilidad de ordenar, planificar, proyectar", dijo Toum. Foto: Unidiversidad

Hay otro aspecto que este ingeniero civil e hidrólogo subrayó con resaltador: en el mundo científico, nadie pone en duda el cambio climático, al que Naciones Unidas define como las modificaciones a largo plazo de las temperaturas y los patrones climáticos que, si bien se pueden dar por variaciones naturales, desde el siglo XIX tienen como principal motor las actividades humanas, en especial la quema de combustibles fósiles, como el carbón, el petróleo y el gas. Lo que sí existe —aclaró el becario posdoctoral— son diferentes miradas: desde las más radicalizadas, que presagian el apocalipsis, hasta las que alientan a ocuparse y poner en marcha políticas de mitigación. Repite que conviven todas esas posturas, pero que nadie niega el fenómeno; una aclaración pertinente en nuestro país, teniendo en cuenta que el presidente Javier Milei dijo una y otra vez que no existe y que es “un curro de los ambientalistas”.

Toum comentó que, para quienes trabajan en este tipo de proyecciones, es central el Panel de Cambio Climático de Naciones Unidas, que no “crea información” como erróneamente se repite, sino que realiza un barrido de los mejores documentos científicos y construye con ellos sus informes y modelos.

Según el pronóstico de Irrigación, el caudal de los ríos será normal esta temporada. Foto: Unidiversidad

Buenas y malas

Este 8 de octubre, las autoridades de Irrigación dieron a conocer el Pronóstico de Escurrimientos de los ríos de Mendoza para la temporada 2024-2025, que se extiende desde octubre hasta septiembre próximo. La conclusión fue que el período será bueno, lo que se fundamentó en dos parámetros: todos los ríos tienen un pronóstico de caudal anual medio o superior, y la época de riego se inició con los embalses con sus reservas al máximo.

Ese mismo día, el equipo del Ianigla presentó los resultados de dos informes que elaboró a pedido de Irrigación. Uno, sobre la dinámica del hidroclima de las seis principales cuencas de la provincia, y otro, acerca del impacto que tendrá sobre la oferta hídrica el cambio climático en las décadas 2030, 2040 y 2050, que elaboró Toum junto con los científicos Maximiliano Viale y Juan Rivera.

Toum explicó que la proyección de la oferta hídrica se basó en una serie de modelos globales validados para la zona Cuyo. En particular, se utilizaron las proyecciones de precipitación y temperatura para “alimentar” ese modelo, desarrollado específicamente para simular el ciclo en cuencas andinas. Además, aclaró que este tipo de trabajo se realiza con base en el escenario más adverso en cuanto a los gases de efecto invernadero, porque no se puede proyectar pensando que, por ejemplo, Estado Unidos y China se reconvertirán al ciento por ciento a energías renovables, sino que aumentarán el uso de combustibles fósiles.

Este gráfico muestra las proyecciones de derrame de los ríos, que, con emisiones altas de gases de efecto invernadero, serán similares a la megasequía (en rojo)

El doctor en Ingeniería aclaró que el informe marca una tendencia a 2050, pero que esto no impide que a lo largo de los años exista variabilidad respecto de la oferta hídrica, como pasará en esta temporada. Esto, porque se combinan fenómenos naturales y antrópicos, es decir, los que dependen de la acción del ser humano, que inciden en esa oferta.

Dentro de los fenómenos naturales, el profesional explicó que son centrales El Niño y La Niña, que tienen fases de actividad y neutras. El primero posibilita el ingreso de mayor cantidad de precipitaciones en cordillera, como lo que ocurrió en el invierno de 2023, mientras que el segundo está relacionado con precipitaciones deficitarias.

¿Qué hacer con esta información, con las buenas y las malas noticias? El investigador respondió: “Hay distintas ventanas temporales. En lo inmediato, es un alivio, es una gran noticia, porque justamente todos los embalses están llenos, el agua va a alcanzar y seguramente irá a sobrar para las necesidades que tenemos. Pero esto es como todo, es como en tu casa: podés tener un buen año económico, pero eso no significa que vas a ser un derrochón, sino que uno planifica y ordena. Con el agua pasa exactamente lo mismo, esta herramienta, esta proyección a 2050, sirve justamente para poder armarte, planificar, para poder analizar cómo crecer, para decir cómo uso el suelo, dónde avanzar y dónde no con la urbanización, qué obras son prioritarias, qué medidas se tienen que implementar desde el punto de vista de la gestión para poder hacer un riego más eficiente, para que no se pierda agua en el transporte. Es decir, esto sirve para analizar qué medidas estructurales y no estructurales se pueden tomar para poder disminuir el consumo, para ser más eficiente, para poder almacenar el agua, para que no se pierda”.

El investigador explicó que, aún con un panorama positivo para este año en cuanto al caudal en los ríos, es necesario monitorear la situación, y explicó las razones. “Aquí se combinan muchos factores. Creo que lo primero que busca Irrigación es que seamos conscientes de que vivimos en una zona de escasez estructural de agua, entonces tengo que ser eficiente en el uso. A eso se suma que el sistema natural de la relación precipitación-derrames en Mendoza tiene mucha variabilidad; es una característica de esta zona, hay años buenos y malos. Entonces, tenemos que ser conscientes de todo esto, pero también tenemos que ser conscientes de que la tendencia, nuestra normalidad próxima, de aquí a 25 años, va a ser lo que hemos tenido en estos 10 años de megasequía”.

El ingeniero explicó que la cordillera es central para la vida y las actividades de Mendoza. Foto: Unidiversidad

La centralidad de la cordillera

El informe también permitió proyectar qué pasará con las precipitaciones y con la temperatura, tanto en el llano como en la cordillera, hacia 2050. Para analizar esto, el equipo determinó valores promedio, tomando como base el período 2000-2010.

En cuanto a las precipitaciones —comentó—, la conclusión fue que disminuirán entre el 20 y el 30 % en la cordillera respecto de los valores promedio, debido principalmente a la acción de los anticiclones, que son como barreras que no permiten pasar los frentes de tormenta desde el oeste, desde Chile, y atravesar la cadena montañosa. Por el contrario, las precipitaciones se incrementarán en el llano, debido especialmente a los sistemas de tormentas convectivas que vienen desde el este.

En cuanto a la temperatura, Toum explicó que Mendoza no es la excepción respecto de lo que pasa en el mundo, con un escenario hacia 2050 de incremento. En la provincia, la suba estimada será de 2 a 3 grados, que impactará de forma distinta en el llano y en la cordillera. Esto, porque en los cordones montañosos como el de los Andes, debido a que la atmósfera es más liviana, el incremento esperado será mayor en cordillera que en el llano.

El investigador dejó en claro que lo que suceda en la cordillera es central para la vida en Mendoza, porque es lo que alimenta los cauces de los ríos de todas las cuencas. Dijo que, aún cuando en el llano precipite mucho, como sucede en el verano, esto puede representar un alivio, pero no modificará estructuralmente la disponibilidad del recurso.

“Todo el sistema hídrico de la provincia depende de lo que pasa en la cordillera, de la nieve que se acumula, que se derrite en el verano, escurre y baja a través de los ríos durante el verano. Eso es lo que alimenta los ríos y lo que hace que Mendoza sea viable. Si yo tuviera un botón y apagara todo lo que viene de la cordillera, no podríamos ni de casualidad subsistir con el agua de estas tormentas convectivas”, explicó el investigador.

En defensa de la educación pública

Toum, de 36 años, defendió a la educación pública, gratuita y laica, así como al sistema científico tecnológico, por entender que son la base estructural del país. Durante la charla con Unidiversidad, agradeció a las personas que lo incentivaron en cada etapa. De la secundaria, que cursó en el Colegio Universitario Central (CUC), dependiente de la UNCUYO, destacó a las docentes María Iris Sentinelli de Lara, de Matemáticas, y Marcela Calderón, de Física; de la Universidad Tecnológica Regional Mendoza (UTN), a su profesor de Hidrología, Jorge Maza, que a su vez lo conectó con el investigador principal Ricardo Villalba, que lo guio para presentarse en el llamado a becas del CCT Conicet Mendoza. Todas esas personas —subrayó— le enseñaron, lo motivaron, lo ayudaron.

Toum defendió a la educación pública y al sistema científico tecnológico por ser centrales para el desarrollo del país. Foto: Unidiversidad

Toum ingresó al centro científico con una beca doctoral y se unió al grupo del Ianigla, con el que trabaja en temas hídricos junto con profesionales en glaciología y meteorología, que ponen el acento no solo en el trabajo específico, sino también en la relación con otros organismos y en la divulgación de la información a través de páginas con datos abiertos, como los casos del Observatorio Andino de Nieve o el de Ríos Atmosféricos, que detalla las precipitaciones en cordillera. Hoy, ese espacio, como todo el sistema, enfrenta el desfinanciamiento, que en la práctica se traduce en la imposibilidad de seguir con proyectos ya aprobados.

“El gobierno dice que todo es para llegar al déficit cero, pero es falso que la universidad pública o el sistema científico generen un déficit importante: cuando ves el presupuesto, es menos del 1 %. Yo lo veo como una cuestión ideológica, política, donde al gobierno actual no le interesa la universidad pública y tampoco le interesa tener un sistema científico. Entonces, creo que este gobierno va a tener una matriz productiva ultraprimaria, extractivista, sin desarrollo científico autónomo, sino todo importado, pagado en consultoría y, para mí, eso es lo peor que se puede hacer, sobre todo porque no hay país en el mundo que se haya desarrollado si no es de la mano de la educación y de la ciencia”.

El investigador recordó que ya en la década del 90 se produjo una situación similar que debilitó el sistema. “Creo esto nos empobrece como sociedad y que vamos a tener consecuencias muy serias. Un ejemplo fue lo que pasó en la época de Menem (Carlos, expresidente), que se tomaron políticas parecidas y hoy, en el Conicet, ves esa brecha generacional, hay toda una generación que se perdió. ¿Qué implican estas políticas? Muchas líneas de investigación que se cortan, que tienen impactos directos en la sociedad. Nosotros tenemos proyectos en curso ganados, adjudicados, que se cortaron. Eso te quita posibilidades. Además, hay fuga de cerebros. Y todo esto que se pierde no se recupera ni en un año ni en dos, es una pérdida enorme para el país”, fueron sus palabras.

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