Por Verónica Gordillo y Juan Stagnoli

¿Por qué más de tres millones de personas eligieron Mendoza entre todos los destinos turísticos en 2016? La respuesta la arriesgan referentes oficiales y privados del sector: porque les ofrece un combo en el que se mezclan atractivos clásicos, como el sol, la montaña, la nieve y el vino, junto a otros que crecieron en los últimos años, como el turismo rural. En materia de enoturismo, se fue ampliando y sofisticando la oferta según el gusto y el bolsillo de los visitantes.

Para la presidenta del Ente Mendoza Turismo (Emetur), Gabriela Testa, la razón del buen posicionamiento de la provincia como destino turístico se relaciona con nuestra historia, con la tarea de un progresista como el gobernador Guillermo Cano, y la creación de la primera dirección de turismo del país en 1936. Pero también, y especialmente, con seguir una línea de acción, una planificación, pese a los vaivenes de las distintas gestiones políticas. “Siempre hubo una administración que se preocupó por el tema y un sector privado organizado. A esto se suma que Mendoza tiene materia prima, tiene atractivos turísticos relevantes y buena conectividad, la atraviesan dos rutas fundamentales, como la 40 y la 7”, explica la funcionaria.

Gabriel Fidel, quien fue subsecretario de Turismo y tiene experiencia en ámbitos públicos y privados en la industria del vino, coincide con Testa. Dice que la provincia desarrolló una política de Estado en materia turística y que construyó la “marca Mendoza”, que es su principal atractivo y lo que la posiciona en el país y en el mundo.

Para Testa, justamente ese recorrido histórico y esa decisión política permitieron a Mendoza avanzar en la diversificación de su oferta. Así, sumó a las estrellas tradicionales, como la montaña y la nieve, nuevas propuestas relacionadas con el turismo rural, el del vino, el de congresos, siempre dentro del paradigma del turismo sustentable.

La remodelación del aeropuerto fue una de las apuestas del Gobierno para apuntalar, entre otras cosas, al turismo

El presidente de la Asociación Empresaria Hotelero, Gastronómica y Afines de Mendoza (AEHGA), Marcelo Quercetti, coincide en los cambios sustanciales que tuvo la oferta turística local y asegura que hoy existe una gran cantidad de productos para todo tipo de pasajeros, de gustos y de bolsillos. Quercetti también destaca la mejora de los servicios hoteleros y gastronómicos, a los que califica como de buen nivel, pero advierte que el desafío del sector es responder a los requerimientos de los turistas, que saben lo que quieren y son exigentes.

El empresario valora lo que significó para el sector la apertura del remodelado aeropuerto, ya que se sumaron muchos vuelos internos y del exterior. Dice que ahora el desafío es aggiornarse a las exigencias de esa apertura.

La nueva estrella

La presidenta del Ente Mendoza Turismo marca tres hitos en el desarrollo del sector: la creación de la Fiesta Nacional de la Vendimia en 1936, la puesta en marcha de Caminos del Vino y el ingreso de Mendoza a la Red de Grandes Capitales del Vino en el 2000 junto con la realización en Mendoza, en 2017, de la segunda Conferencia Mundial de Enoturismo, que comanda la Organización Mundial del Turismo.

Testa explica que, con profesionales de esta organización, trabajan en el desarrollo del prototipo del turismo del vino, una asociación público-privada cuyo objetivo es que la bodega se convierta en un centro de interpretación de una zona y potencie las actividades conexas, como la gastronomía, el alojamiento y a los pequeños productores. Desde la organización, sostiene Testa, destacan un elemento diferencial de Mendoza: la asociación fuerte entre el vino y la
cultura, que no existe en otros lugares.

Fidel, autor del libro Turismo del Vino. La experiencia argentina, explica que el enoturista no viene a visitar sólo una bodega, sino a vivir un destino, a sumergirse en su cultura, a conocer a su gente, a disfrutar de su gastronomía y de todas las artes que rodean a la vitivinicultura.

Desde el sector privado, Quercetti, asegura que hoy la estrella es el vino, su calidad, y que en torno a ese producto se generaron muchos emprendimientos, especialmente en el Valle de Uco.

Desde las clásicas estrellas, como la montaña y la nieve, hasta el turismo rural y del vino, Mendoza ofrece un abanico de propuestas, variedad que en 2016 atrajo a más de tres millones de visitantes.