A través de este método complejo, el actor tiene que aprender a dominar su eje corporal y sus percepciones, para así poder subir al escenario sin necesidad de pensar. Por eso Tadashi Suzuki, el creador de esta disciplina, desarrolló una gama de ejercicios puestos en práctica en talleres y seminarios que permiten restaurar la "totalidad" de la relación del actor con su esencia y el entorno que lo rodea.

El Método Suzuki requiere realizar un arduo trabajo físico y vocal para los miembros de un ensamble teatral. Actualmente numerosos talleres y seminarios desarrollan una serie de ejercicios que han sido diseñados por Tadashi Suzuki y su compañía de teatro en Toga (SCOT) con el objetivo de recuperar las habilidades perceptivas y el poder del cuerpo del actor para transmitir de forma efectiva la energía al momento de representar una obra.

Estos ejercicios incluyen una serie de movimientos en los que los actores deben trasladarse por el escenario marchando al ritmo de una melodía especialmente diseñada para esto. También se hace por medio de diferentes maneras de caminar basado en estilos teatrales japoneses. De esta manera se adquiere una conexión con el piso necesaria para el intérprete al momento de transmitir emociones y textos.

El entrenamiento abarca también, como elemento primordial del actor, el trabajo con la voz y la respiración. Fortalece el sonido por medio de movimientos y posiciones que involucran la región pélvica como origen de la acción física y vocal. Los ejercicios son realizados en compañía de textos que los practicantes emiten en voz alta y que tienen una partitura clara y específica de respiración.

A partir de estos movimientos y posiciones influenciadas por variadas expresiones artísticas y costumbres asiáticas (danzas balinesas, Teatro Noh, rituales budistas, Kung Fu o sentados tradicionales japoneses), el sistema Suzuki trabaja en el actor su energía animal, su atención, la capacidad de estar abierto a una escucha extraordinaria, presencia, respiración, entre otras cosas.

A continuación, algunos ejercicios fundamentales para dominar esta técnica actoral y liberar la energía contenida.

La vivencia del eje corporal

La parte superior del cuerpo se estira y la parte inferior intenta descender. Este ejercicio se basa en la oposición entre esas dos partes; la parte inferior se conecta con la tierra. Este ejercicio se trabaja en el Tai Chi y en el Chi kung. Produce una alineación del cuerpo. Nos ayuda a eliminar tensiones en la faringe y en el cuello.

Movilizarse desde el centro

El centro está debajo del ombligo, entre la pared abdominal y el sacro. Se le denomina "Hara" para los Japoneses y "Sien" para los chinos. Ayuda a mantener el equilibrio, ya que la energía desciende de las partes inferiores del cuerpo. Si queremos mejorar la estabilidad, tenemos que descender el centro de gravedad y sentir nuestros pies, apoyando y ejerciendo presión en el suelo. Las rodillas se tienen que flexionar para acompañar el movimiento. Las caderas son las que inician el movimiento.

Ejercicios de stop

Este ejercicio trabaja las estatuas y posturas, de esta manera trabajamos el equilibrio, el esfuerzo muscular y la contracción de los abdominales. Esta práctica puede realizarse acostado en el suelo, de pie o semiacostado. De esta manera trabajamos los bloqueos que nos puedan causar en la voz y logramos emitir una voz libre de tensiones. Se puede trabajar con desplazamientos y hacer stop en movimiento. La resistencia significa un aumento del tono muscular.

Concentración

La concentración se trabaja desde un ritmo y un foco de visión marcado. Este ejercicio implica la focalización desde los ojos para lograr una concentración sonora que ayuda a la buena canalización y proyección.

Proyección de la voz

Para producir la voz tenemos que conseguir controlar nuestra energía corporal, la variación sonora dentro del texto y la articulación. Utilizamos las variaciones de intensidad que marca el ritmo del texto, teniendo en cuenta el aumento de volumen de los acentos.

El método de "acentuación" que utilizan Tadashi Suzuki y sus discípulos (tal como el multifacético Kameron Steele) coordina los apoyos respiratorios con las sílabas acentuadas para llegar al acento de intención del texto. El entrenamiento de la voz tiene que tener un uso cotidiano y cada actor tiene que llevar una rutina vocal diaria individual.

En el siguiente video, los actores realizan una serie de ejercicios con el cuerpo y la voz para perfeccionar su concentración y conexión con ellos mismos y el contexto a su alrededor.

Por: Cecilia Figueroa, becaria de Prensa de la Facultad de Artes y Diseño