Entre la euforia oficialista, el gobernador Alfredo Cornejo se mostró conforme con el resultado ya definido con tendencia irreversible. Con el 60 % de las mesas escrutadas a las 23 del domingo 13, los ocho puntos de distancia con respecto al frente peronista Somos Mendoza (41,33 % a 33,44 %) posicionaron al mandatario en un sitio de privilegio dentro del mismo contexto del oficialismo nacional.

Demostró que con la UCR local como nave insignia puede prescindir de la figura de Mauricio Macri y –de algún modo– logró diferenciarse del influjo que llega desde Buenos Aires, instalado por el descontento devenido de la política económica de la Casa Rosada. También Cornejo se dio el gusto de poner a prueba su imagen frente a los mendocinos como un desafío propio, reposar para la elección general del 22 de octubre para hacer crecer su poder político en la Legislatura y tomar envión en la segunda mitad de su mandato.

Fue un triunfo de Cornejo y de ahí coparticipó políticamente a los intendentes del Gran Mendoza, quienes hicieron el trabajo territorial necesario para sostener esta tendencia que por momentos pareció avasallante en los distritos históricamente dominados por el PJ.

El podio formal dejó a Claudia Najul, la actual ministra de Salud de la Provincia, en la antesala de la diputación nacional, lo que significa, dentro de la interna oficialista, que el influyente Ernesto Sanz tendrá una nueva delegada en el Congreso Nacional.
 

El peronismo y el sapo kirchnerista

El peronismo local se debate en sus propias cenizas, tratando de mostrar una cara renovada sin renovar a su propia dirigencia, a tal punto que ese revulsivo lo trajo el perimido kirchnerismo –que en Mendoza no coagula–. Por esta decantación, Juan Jofré terminó siendo el hombre de la jornada electoral para los peronistas mendocinos y se transformó en el batracio difícil de tragar por los pejotistas ortodoxos.

Todo esto ocurre por la corrosión que produjo esa dirigencia, que a lo largo tiempo transcurrido nunca hizo un trasvase generacional real. La mejor prueba fue el derrumbe de la tercera opción, que proponían los desteñidos azules Jorge Tanús y Patricia Fadel, empujados desde la sombras por el otrora omnipresente Carlos Ciurca.

Omar Félix: \Yo, en el lugar de Cornejo, estaría preocupado\

El precandidato de Somos Mendoza consideró que \la elección es más que buena porque Cambia Mendoza sólo sacó ocho puntos de ventaja\.

El concejal de San Carlos, patrocinado por La Cámpora y salido de la organización kirchnerista Kolina (fundada por Alicia Kirchner), devenido ahora en precandidato a diputado nacional por obra y gracia del mandato cristinista, se convirtió en el retador inesperado del veterano referente sanrafaelino Omar Félix. Los datos que entregaron los fiscales peronistas daban cuenta de una paridad entre ellos, por más que Félix, Omar, todavía ejerce su hegemonía en el Sur provincial junto a su hermano Emir, a la sazón intendente de San Rafael.

El contador oficial a las 23 se quedó plantado en una diferencia de casi nueve puntos de la línea de Félix con respecto a la de Jofré, pero la presunción es que esa brecha se achicará con el avance del conteo hasta el total de las mesas. Avanzado el escrutinio, la marca dejó a Omar Félix como ganador (44,57 %) con una diferencia del 5,66 % respecto de Jofré.

Al reconocer Félix el desempeño de su desafiante K, también reconoció que, a pesar de haber ganado, le duelen los moretones que le dejó esta campaña, en un campo electoral minado por el descreimiento en los principales distritos, donde el radicalismo aplastó cualquier expectativa del PJ.
 

Los terceros van por la promoción

El FIT logró contener un caudal electoral cercano a lo que había recolectado en otras elecciones, en las que este sector de la izquierda había captado la disconformidad del elector desilusionado. No fue fácil para la dupla conformada por Noelia Barbeito y Soledad Sosa llegar al 8,40 % a las 23 del domingo, cuando faltaba el 40 % de mesas por escrutar. Era una prueba para el frente izquierdista, porque por primera vez no exponía a su figura excluyente, Nicolás del Caño, quien migró como precandidato a diputado nacional por la provincia de Buenos Aires. De todos modos, con este caudal no llegará a conseguir una banca en el Parlamento; deberán redoblar sus esfuerzos para remontar. 

La sorpresa para propios, y más para extraños, fue el resurgimiento del Partido Intransigente de la mano de los dirigentes de la ONG Protectora, José Luis Ramón y Mario Vadillo. Con el 7,36 % de votos, los dos abogados lograron su cometido de estar en la final de octubre, esperanzados de crecer entre los votantes al combatir los tarifazos de Aranguren con medidas judiciales de amparo.

Es evidente que los defensores de los usuarios le mordieron votos al FIT, o por lo menos lograron captar la atención de una porción de los consumidores de clase media, que no se conforman con dar crédito a un Gobierno nacional que pide más margen de acción para aplicar su política económica. Tanto Ramón como Vadillo esperan afianzar su perfil combativo en estos dos meses que nos distancian de la nueva cita electoral.