Cortes de calle, colegios vacíos y enfermos sin atender: fue la postal que dejó en Mendoza el paro convocado a nivel nacional. El transporte publico funcionó con el 20 % mínimo de frecuencias, lo que llevó a que mucha gente no pudiera asistir a sus lugares habituales y otros tuvieran que optar por taxis y remises. Los hospitales atendieron con guardias mínimas y las escuelas ofrecieron un panorama dispar, aunque la ausencia de niños y docentes se hizo notoria. Muchos de estos últimos pudieron firmar planillas en establecimientos cercanos a su domicilio, mientras se justificó la ausencia de los estudiantes. Los vuelos aéreos también se vieron interrumpidos.

A las 7 de este martes se llevó adelante un piquete en el principal ingreso a la ciudad de Mendoza, en el cruce de Vicente Zapata y Avenida San Martín. Algunos trabajadores de ATE, Judiciales y agrupaciones de izquierda cortaron la calle para impedir la circulación.

Dos horas más tarde, los docentes universitarios de Fadiunc, el gremio que nuclea a  docentes e investigadores de la Universidad Nacional de Cuyo, se concentraron en San Martín y Garibaldi, ya que ayer cumplían su segunda jornada de protesta y sumaban, hasta la fecha, 20 días no consecutivos sin dar clases. Una hora después, hubo una concentración y marcha por el centro mendocino organizada por SiTEA (estatales de administración central) y AMProS (profesionales médicos).
 

¿Nuevo paro?

El secretario general de la CGT opositora, Hugo Moyano, calificó la jornada como histórica debido al gran impacto que tuvo en todo el país. "El paro fue importante, eso demuestra claramente que hay una disconformidad con las políticas del Gobierno contra los trabajadores", afirmó el líder de la CGT Azopardo. Con esto Moyano, Luis Barrionuevo, y Pablo Micheli dejaron la puerta abierta a la convocatoria de un potencial paro, aunque sin poder sugerir una fecha aproximada.
 

Paro político

Por su parte, el ministro de Economía Axel Kicillof, insistió en que se trató de “un paro político en pleno período electoral”, al tiempo que agregó que “si hubiera habido transporte normalmente, la gente iba a trabajar”, mientras que Aníbal Fernández, jefe de Gabinete, dijo que “este paro político no aporta nada y sólo busca generar confusión y zozobra”. En tanto, el ministro del Interior y Transporte, el precandidato Florencio Randazzo, fue más allá y afirmó que con esto, los sindicalistas opositores “decretaron la prisión domiciliaria de millones de argentinos”.

El Gobierno insistió en calificar de “político” el paro realizado por las CGT y la CTA opositoras. Dijo que la dimensión de la paralización de actividades se debió a la falta de transporte público y a los piquetes en rutas, este último procedimiento atribuido solamente a organizaciones de izquierda.