Más de siete mil mendocinas ya acceden a la jubilación por tareas de cuidado

Sala de escape

La contratapa dice así: "¡A que no lo sabéis! En casa, en lugar de una señora que nos ayuda con los quehaceres del hogar, tenemos un hombre que usa delantal. Se llama Amador, lo contrató mamá y lo sabe hacer todo. Pasa el trapo rapidísimo, como si bailara, limpia los muebles y deja los azulejos brillantes. Compra comida ecológica y a buen precio, lava y plancha como nadie, y conoce un montón de trucos”. Amador, relata la niña, ha revolucionado toda la casa y a quienes viven en ella, particularmente a su papá y a su hermano.

Ilustración de "Un papá con delantal"

“Me gustó jugar con la idea de que sea un señor que usa delantal a quien la mamá contrata para hacer las tareas de la casa, porque es algo que no pasa en la realidad. En general, las personas que uno contrata para trabajar limpiando las casas son mujeres. A decir verdad, no son muchos los hombres que barren, pasan el trapo, hacen las camas, limpian los vidrios, lavan la ropa, ordenan la casa, hacen las tareas con las hijas y los hijos, los llevan al médico”, relata Demarco.

En España, Un papá con delantal tuvo excelente recepción: fue incluido en varias guías de igualdad y ya va por la segunda edición. Además, fue uno de los dos materiales que la Concejalía de Igualdad de Castilla-La Mancha entregó con contenido educativo a todos los centros escolares de educación primaria que participan en un proyecto coeducativo llamado “La igualdad en mi escuela”.

Probablemente, la experiencia de Magela Demarco la llevó a escribir este tipo de libros: “Soy mamá de un gordo de 10 años y la hermana mayor de un hermano de 38 al que mi mamá no le pide ni el 10 % de las cosas que me pide a mí. Y en Argentina, más allá de las lindas consignas de igualdad y de nuestras luchas, todavía estamos muy lejos de que se dé en nuestro transcurrir diario”.