Desde la pasión que se siente en las tribunas el espectador siempre se guía por los sentimientos y olvida que el ser futbolista implica obligaciones como cualquier trabajo. Sin embargo, todos los futbolistas tienen un amor especial por algún ‘cuadro’ en específico, y cuando coinciden el amor por los colores y la profesión, es un combo perfecto. Este es el caso de Emmanuel García, que en su segundo ciclo en Gimnasia ya demostró que quiere hacer historia con el club del parque. Su intención siempre fue volver, su corazón es mensana y se nota en la cancha. Luego del clásico, salió a dar la conferencia con una sonrisa que denotaba su felicidad por haber cortado un maleficio de más de treinta años sin ganarle a Independiente Rivadavia y el desahogo que significó.

Se te nota en la cara Ema, ¿qué sensaciones quedan después de este histórico triunfo?

Una alegría enorme, la verdad que tuve un año muy difícil, esto se disfruta totalmente diferente. Agradecido a los dirigentes, a mis compañeros, y a disfrutar.

En el segundo tiempo se notó que te cansaste un poco, ¿puede ser por el partido intenso que se jugó?

Sí, la verdad que el nerviosismo, la ansiedad, muchas cosas, las piernas las tenía súper pesadas y estaba muerto. Pero traté de dar lo máximo y gracias a Dios se pudo dar y el equipo ganó.

¿Qué fue lo mejor de Gimnasia en este partido?

En el primer tiempo fuimos muy contundentes, se vio un equipo que supo cómo atacar y en el segundo tiempo fue un partido muy duro, se dio como un clásico realmente donde podríamos haberlos lastimado más de contra pero no se nos dio. Fuimos impecables en el primer tiempo.

¿Sigue pesando la falta de gol?

Tenemos que definir las que nos quedan en el segundo tiempo, el Pato (Cucchi) tuvo dos o tres, a mí me quedó un rebote, o sea nos quedan situaciones, nos queda convertir, pero lo bueno es que estamos llegando, peor sería que no llegáramos al arco y ahí sí sería más difícil.

¿Esperaban un poco más de Independiente o sentís que lo neutralizaron muy bien ustedes?

Ellos tienen muy buen equipo, la verdad es que nosotros jugamos el partido cómo se tiene que jugar, con ganas, con actitud, todos los alentábamos, todos nos gritábamos, vivimos el partido al máximo. Toda la semana sentimos que este era el partido, y sabíamos que teníamos que quedar en la historia de Gimnasia por la racha negativa que teníamos en el clásico.