Un destino para los residuos sólidos y urbanos: ¿la solución está en la vitrificación?
La Municipalidad de Las Heras, junto a la empresa alemana Alengo, proyecta construir una planta de tratamiento para convertirlos en energía alterna mediante la vitrificación. ¿En qué consiste este proceso? Según especialistas de diferentes ámbitos que expusieron sus puntos de vista, hay dudas con respecto al proyecto.
Prensa Las Heras
Días atrás, el intendente de Las Heras, Daniel Orozco, presentó junto a directivos de la empresa alemana Alengo un innovador proyecto que prevé la construcción en 2023 de una planta de tratamiento de residuos sólidos y urbanos, en relleno sanitario de El Borbollón, que permitirá transformar la basura del Área Metropolitana provincial, en energía. Durante la presentación del proyecto, Orozco explicó los detalles de la planta que se construirá en Las Heras, además de responder consultas de los presentes.
“Con una empresa privada, en conjunción con nuestro municipio, venimos trabajando desde hace más de tres años para poder responder al problema de qué hacemos con la basura. Sabemos que 1,2 millones de habitantes del Gran Mendoza colocan la basura en El Borbollón, y queríamos buscar la forma de brindar una solución para su tratamiento y mitigar la emisión de carbono. Con este proyecto, podremos transformar la basura en pequeñas municiones que serán trasladadas a Alemania para que puedan generar calor y energía limpia. Así también reduciremos la contaminación en agua, tierra y aire, así como los problemas de salud que podemos llegar a tener”, afirmó el intendente.
En ese marco, el Centro de Estudios de Políticas Ambientales y Cambio Climático Edgardo Díaz Araujo, de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional de Cuyo (CEPAyCC) y la Red Argentina de Investigación- Acción sobre Residuos (RIAR) llevaron adelante una charla webinar denominada “Diálogo por el Proyecto de Vitrificación en Las Heras, Mendoza”, que contó con la participación de diferentes actores vinculados con la gestión de los residuos y de la cual Unidiversidad pudo participar.
Se plantearon varios interrogantes. ¿Qué es la vitrificación y qué residuos son aptos para este proceso? ¿La vitrificación reemplazaría el reciclaje actual de los residuos? ¿Podría afectar este proyecto el trabajo de las cooperativas o personas que recuperan los residuos? ¿Qué implicancias ambientales tiene en lo local y global? ¿Cuál es el consumo energético que involucra esta tecnología? ¿Estamos entregando nuestra energía a Europa?
Según afirmó a este medio Pablo Pestani, coordinador del área de vinculación público-privado de la comuna lasherina, la planta, de última generación y con tecnología alemana, tendrá una inversión total de 110 millones de euros y convertirá la basura (residuos sólidos urbanos, comerciales e industriales) en combustible alterno para ser utilizado por distintas industrias. De ese modo, eliminará permanentemente los rellenos sanitarios al sustituir los residuos por energía y reducir emisiones de carbono a través del proceso de vitrificación, que consiste en el proceso de conversión de un material en un sólido amorfo similar al vidrio.
Dudas sobre la vitrificación
En tanto, para Susana Llamas, ingeniera Industrial, magíster en Ingeniería Ambiental e investigadora en el Centro de Estudios de Ingeniería de Residuos Sólidos (Ceirs) y participante de la charla, “no hay vitrificación sin incineración”.
“Durante el encuentro, no quise hacer de él una cuestión muy técnica por la sola razón de que no hay un solo documento técnico que explique el proyecto, sino una nota periodística de la comuna. Entonces, me parecía hasta una falta de respeto ponerme a hablar de proyectos genéricos sin saber de qué se trata. Lo que yo hice fue buscar a la empresa Alengo, que era mencionada en dicha nota. Durante mi búsqueda, no encontré nada de la empresa en Alemania, pero sí me apareció una extensión en México. El asunto es que no encontré ningún proyecto de la empresa referido a la vitrificación. Lo que sí encontré es que no tiene, desde el punto de vista técnico, un proyecto en ejecución o ejecutado, ni antecedentes y, al no tener antecedentes, me dice que no hay la tecnología referida. La empresa no tiene un proyecto ni antecedentes; si buscás, solo encontrás una animación, lo que hace presumir que no han podido filmar un proyecto desarrollado y en funcionamiento. Es lo mínimo que se busca con proyectos como este. Es como que vos comprás un auto, le pedís a la agencia que te mando una foto de este y te manda una foto de la agencia”, expresó Llamas a Unidiversidad.
En ese sentido, Sebastián Severino, licenciado en Economía y magíster en Políticas Públicas, sostuvo que “este proyecto no es más que un anuncio político”. “Hay tan poca información que esta gestión debería valorizar la bioenergía de los residuos sólidos y urbanos. Haríamos muy mal si solo nos enfocáramos en el tratamiento; necesitamos ir hasta las causas de su generación y tratar de reducir su producción con información, educación, enfocarnos en la economía verde, en el círculo verde que podría ser hasta rentable. Más allá de la vitrificación de los residuos, creo que existen otras alternativas que se están dando hoy en cooperativas, pero que con esta situación se dejarían de lado”, detalló.
Volviendo al proyecto de Las Heras, afirman que los CDR, también llamados “pellets”, serán exportados a Alemania por la citada empresa, detalló Pestani, ya que pueden alimentar plantas termoeléctricas, hornos rotatorios de cemento o generadores de vapor para producir energía eléctrica y térmica en procesos químicos.
“La construcción de esta planta en Mendoza traería múltiples beneficios, como cero relleno sanitario, reducción de huella de carbono y la contaminación ambiental por residuo enterrado. En primera instancia, todo lo elaborado aquí en la provincia se irá para Alemania; en una segunda etapa, se comercializará algo de ese pellets, ya que no se cuenta con la tecnología necesaria para hacer funcionar una planta de energía con ese producto. El departamento solo cedería el terreno del parque industrial para que la empresa se asiente, con la promesa a 30 años de que la planta sea para la provincia. Solo entregaremos la basura. Por el momento, no hay beneficio económico, solo será ambiental”, resaltó el funcionario de Las Heras.
Wilhelm Dieckmann, CEO de la empresa Alengo Germany; Daniel Orozco, intendente del departamento de Las Heras. Foto: Gentileza Prensa Las Heras
Una cuestión de consumo energético
Volviendo a Susana Llamas, la especialista aclaró: “Cada una de las tareas que dicen realizar: triturar, secar y otras más, consumen energía”.
“El punto de este proyecto es que, como no sabemos su tamaño, cuántos desechos van a vitrificar, no sabemos cuánta energía van a utilizar en este proceso. Ni el municipio ni la empresa han demostrado nada en la presentación días atrás. Tampoco sabemos cuánta será la energía aportada para este proceso, la que saldría de nuestra red para llegar a tener algo que en la nota periodística llaman munición. Si esa munición se embala y se transporta hasta el puerto de Valparaíso y luego hasta Alemania para que, además, aproveche la energía, desde el punto de vista económico, es raro en cuanto a la barbaridad de aporte de energía que habría que hacer en nuestro país para que el aprovechamiento lo haga Alemania. En el caso hipotético de que la técnica de vitrificación fuera posible, no se entiende dónde está la conveniencia energética. No veo rédito alguno, ni económico ni mucho menos ambiental”, detalló Llamas.
Por su parte, el funcionario lasherino enfatizó que la planta fue proyectada con base en la situación actual que presenta Mendoza respecto al vertedero y que podrá procesar 420 mil toneladas por año de RSU, 1200 toneladas por día. También, que cada pellet producido puede reemplazar al carbón uno a uno, con un alto rendimiento energético, algo muy necesario en el país de origen de la empresa inversora.
Cooperativa Coreme
Sobre las y los recuperadores urbanos
“Las políticas públicas sobre los residuos sólidos y urbanos siempre estuvieron en la agenda de muchos gobiernos, pero este proyecto de vitrificación puede resultar un cambio de rumbo en las políticas que se han desarrollado desde finales de los 90. Esto merece un foco de atención, merece un análisis de lo que está ocurriendo con la presentación de este proyecto. Otro punto importante que debemos replantear es qué sucederá con las cooperativas que, a lo largo del tiempo, se han ido conformado en torno a esta política. Otro grupo que generará un gran problema son las pequeñas y medias empresas que se conformaron en torno al reciclaje y que son claves en estas políticas. En este sentido, el proyecto que propone Las Heras puede implicar la salida de los recuperadores urbanos de este sistema, que también es una cambio de política pública que hay que mirar con mucha atención”, detallo Eduardo Sosa, licenciado en Gestión Ambiental.
Y continuó: “Ahora bien, ¿estamos ante la presencia de una nueva política pública que podrían imitar otros municipios que tuvieran relleno sanitario y que entrega la disposición final a una empresa y, en algún punto, determina la salida de los recuperadores urbanos? Es una pregunta que debería hacerse y mirar con mucha atención. Como no hay un estudio de impacto ambiental de este proyecto, no hay mucho que decir. Pero, en la práctica, desde la perspectiva legal y administrativa, estamos hablando de un tratamiento térmico que es una tecnología nueva para la provincia y que abarca varios municipios o jurisdicciones, con lo cual se dan ya dos supuestos que me hacen pensar en que hay que someter el proyecto al procedimiento de impacto ambiental provincial”, dijo Sosa.
Un proyecto que va en contra de acuerdos internacionales
Para Verónica Gómez Tomas, abogada, magíster en Derecho Ambiental Internacional e integrante de Xumek, "en Argentina existen dos instrumentos que muestran la ruta a seguir en cuanto a la implementación de las políticas necesarias para la adaptación y mitigación del cambio climático que aseguran un desarrollo sostenible".
“Teniendo en cuenta la protección de recursos naturales y los derechos humanos de la población, existe la Agenda 2030 de Naciones Unidas sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y el Acuerdo de Escazú sobre Democracia Ambiental. En cuanto a los ODS, Argentina estableció como meta nacional para el año 2030 lograr el 30 % de valorización de residuos sólidos urbanos a nivel nacional. Este proyecto de vitrificación es contrario al ODS 12, porque no propone disminuir la producción de residuos ni valorar los recursos que podrían rescatarse. Desde el punto de vista económico y social, les cierra las puertas a las oportunidades económicas, laborales y de inserción ligadas al desarrollo de la economía circular”, resaltó .
Y completó: “Para el Acuerdo de Escazú, la importancia de dar participación a la ciudadanía es la inclusión de los actores interesados en el proceso de toma de decisiones, en particular por quienes se ven más afectados (como Coreme, por ejemplo). En el caso particular, no se ha cumplido con las etapas previas en el proceso de toma de decisión, lo que debería ser el caso, por tratarse de una problemática ambiental que tiene consecuencias ambientales, sociales y económicas".
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