Un escenario de crecimiento moderado del 3% para el año entrante es el que estima para el país el economista Eduardo Hecker, reciente conferencista en la Facultad de Ciencias Económicas de UNCuyo sobre el panorama económico post electoral en la Argentina.

Habló poco después de que el gobierno nacional anunciara la segunda tanda de reducción de subsidios (3.468 millones a empresas del sector combustible, procesado de gas natral, biocombustibles, aceite y agroquímicos) y a sectores domiciliarios acomodados (500 millones). Y en momentos en los que la liquidez de dólares que siguió a la liberación de encajes bancarios comenzó a derrumbar al dólar paralelo especulativo acercándolo nuevamente al "oficial".

Como la mayoría de los analistas Hecker considera que no hay posibilidad de contagio de la crisis europea sobre Argentina por la vía financiera (nuestro país no se financia en los mercados internacionales) pero sí por la vía comercial ya que se pueden ver resentidas las exportaciones.

En esa misma facultad hace dos meses el economista Mario Rapoport propuso el fortalecimiento del mercado interno (entendido como regional sudamericano) como una salida a la colocación de eventuales excedentes de exportación por caída de las compras europeas. En la región los gobiernos de los principales países (incluido el nuestro) han insistido en la necesidad de fortalecer a las monedas locales soslayando al dólar en el comercio intrazona. En ese marco, todo parece indicar que durante 2012 continuará en Argentina un escenario monetario de devaluación controlada por flotación adiminstrada desde el Estado.

Las transformaciones estructurales de una economía como la argentina –aún con fuertes razgos de bimonetarismo- apuntan a la producción de bienes industriales con valor agregado y en la superación de las limitaciones que conlleva la sola exportación de materias primas.

Toma fuerza -por tanto- la propuesta que formuló en Mendoza el ex ministro de Economía de Ecuador, Pedro Páez Pérez: la necesidad de consolidar organismos financieros regionales -como el Banco del Sur- que ofrezcan blindajes locales de protección contra las explosiones económicas en Europa. Una Europa que -vía ajuste- se encuentra cada vez más cerca de vivir explosiones sociales.