Pese al llamado de Estados Unidos y Rusia al cese del fuego, las fuerzas armadas de Turquía atacaron Siria este martes 16 desde la región fronteriza de Kilis. Según el gobierno turco, esta agresión respondió a los disparos recibidos por parte de milicias de las Unidades de Protección Popular kurdas (YPG) en el norte de Siria.

En contrapartida, la agencia de noticias kurda Firat dio una versión distinta, al informar que el Ejército de Turquía disparó contra la región en torno a la ciudad de Tel Rifaat, luego de que el YPG tomara su control en la noche del lunes 15. La zona en torno a la ciudad kurda de Afrin también está bajo fuego y con una gran cantidad de viviendas destruidas.

Por su parte, Bashar Al Assad declaró ayer lunes 15 que la tregua propuesta para Siria es inviable. El presidente de ese país argumentó que nadie es capaz de reunir todos los requisitos y condiciones que piden desde Washington y Moscú en una semana.

Según el líder sirio, resulta curioso que la insistencia para acordar una tregua se produczca ahora, cuando el Ejército local avanza. En este aspecto, dijo que los países occidentales llaman al cese al fuego cuando los hombres armados (de esos lugares) sienten dolor y cuando comienzan sus derrotas.

La denuncia de Al Assad coincide con un día que fue devastador en Siria, cuando cinco hospitales y dos escuelas fueron destruidos por bombardeos en el norte del país. Esto causó la muerte de al menos 50 personas. Ni la ONU ni Médicos Sin Fronteras responsabilizaron a las fuerzas sirias y extranjeras que bombardean la región norteña, aunque Siria acusó por el hecho a Estados Unidos, mientras que el opositor Observatorio Sirio por los Derechos Humanos (OSDH) acusó directamente a Rusia.