Favoritos pero no vencedores aún: esta podría ser la conclusión de este "Super Tuesday" para Donald Trump y Hillary Clinton. El polémico magnate y la exjefa de la diplomacia de Estados Unidos se impusieron en las primarias cruciales del martes 1.º de marzo, en las que votaban más de diez estados del país.

Los dos candidatos lograron vencer cada uno en siete estados, pero ni Ted Cruz ni Marco Rubio, del lado republicano, abandonan la carrera. Del lado demócrata, en cambio, el socialista Bernie Sanders parece distanciado.

En esta jornada decisiva de las primarias en Estados Unidos, Trump, cuyas declaraciones sobre la inmigración, las mujeres o los discapacitados han encendido las redes sociales, ganó en siete estados: Georgia, Massachusetts, Tennessee, Alabama, Virginia, Arkansas y Vermont, un triunfo que celebró en Florida. "Ha sido una noche fantástica", dijo el magnate de 69 años en Palm Beach, presentándose como el único capaz de unificar el partido Republicano y prometiendo una victoria en ese estado sureño en las primarias del 15 de marzo.

Por su parte, Clinton confirmó que es la favorita del campo demócrata. Ganó en los estados sureños donde las minorías le son favorables (Georgia, Arkansas, Virginia, Alabama, Tennessee y Texas) pero también se impuso en Massachusetts (noreste) y en el archipiélago estadounidense de Samoa.

Las miradas apuntan ahora a otra fecha que ha cobrado tanta o más importancia que el "supermartes": el 15 de marzo, cuando se realizarán elecciones en cinco estados, incluidos Florida y Ohio, que serán decisivos en la interna republicana, pues se rigen por el sistema "el ganador se lleva todo" y otorgan 99 y 66 delegados, respectivamente.