El pasado sábado 19, luego de su show en el Lollapalooza Argentina, Trueno se presentó en la provincia para impactar con el repertorio de su segundo disco, que lo ha consolidado como uno de los exponentes de mayor proyección del género. Como sucede con muchos otros artistas de la escena urbana, la base de su público se construyó con seguidores de las batallas de la Liga Freestyler Master Series (FMS) Argentina, niños, niñas y adolescentes que cada fin de semana se prendían al streaming a alentar a su artista favorito. 

Consultados por CCV, algunos de los asistentes al Bustelo, con edades entre los 5 y los 16 años nos confesaron ser fanáticos del freestyler desde esa época. Otros reconocieron que lo siguen desde la sesión 16 con Bizarrap (2019) o desde la popularidad alcanzada durante el último año por su participación en feats con lo más selecto de la escena, como Duki o Thiago PZK.

Además, infantes y adolescentes representaron la mayoría de la audiencia, acompañados por padres, madres, hermanos mayores o tíos, demostrando que el público que tracciona el rap abarca todas las edades y resulta una buena primera experiencia para acercarse a la música en vivo.

Trueno venció como campeón nacional en 2019 y casi cuatro años después, con dos discos en su haber,  ya ha pisado escenarios de todo el país,  Latinoamérica y Estados Unidos. Incluso rapeó junto a los británicos Gorillaz en la edición 2022 del Quilmes y tuvo su lugar en las "Tiny Desk Sessions" de NPR en el mismo año.

¿Qué hace a Mateo Palacios -tal su nombre original- tan popular? Tal vez la astucia para inscribirse en un sonido y una composición eminentemente argentina dentro del rap, con reminiscencias y guiños a los 90, con Illya Kuryaki, como gran referencia. No podemos olvidar que él es un heredero directo del género, siendo hijo de Pedro Peligro, artista de La Boca con una extensa carrera y una visión de comunidad muy fuerte.

Precisamente "Bien o mal" es el disco que Trueno reconoce haber compuesto pensando "en la gente, no en primera persona", donde destacan "Argentina" o "Tierra Zanta", como canciones que engloban la intención de volverse himnos.

Al momento de poner su impronta en el escenario, el músico se apoya en una banda con bases rockeras, que también aluden a bandas nacionales como Catupecu Machu o clásicos de ACDC y Red Hot Chili Peppers. Con una lista de temas que superó la hora de duración, incluyendo pasajes de freestyle dedicados a Mendoza, el repaso de sus feats con otros artistas como en “Salimos de noche”, para culminar con “Dance Crip”, su hit que afirma su personalidad como rapero.