En virtud del voto de confianza expresado en las urnas, nos parece que el Gobierno nacional tiene una gran oportunidad por los próximos dos años para darle previsibilidad y seriedad a la economía. Esto, a nuestro entender, favorecerá los negocios, la expansión de la economía y el empleo. Queda claro que sin rumbo, como ha sucedido en las últimas décadas, no hay país posible.

En el plano local, queremos destacar el esfuerzo desarrollado por el gobernador Alfredo Cornejo para ordenar las cuentas públicas. También deseamos poner en valor la rebaja de impuestos anunciada, la firma del acuerdo para la continuidad del Plan 12 Cuotas para localidades de frontera de CAME y ATACyC y la reactivación de la obra pública que desembocará en más trabajo para las pymes.

Sin embargo, en el plano nacional observamos que la inflación sigue siendo una materia pendiente. Si bien reconocemos que los aumentos han mermado con respecto al año pasado, igualmente nos preocupan los incrementos de combustibles aplicados y las subas en los servicios que se avecinan. Estos indudablemente se trasladarán a precios, con lo que la meta de inflación establecida para todo el año será superada.

Otro aspecto por el que venimos reclamando es la diferencia notoria que sigue habiendo entre lo que se le paga al productor y lo que se le cobra al consumidor en góndola. En algunos casos la brecha, según el último reporte de CAME, trepa al 1300 %. Nos preguntamos qué argumentos hay para justificar semejante remarcación en la intermediación. Esto desalienta e impacta en las economías regionales.

Aguardamos que tras este proceso electoral, también se revise la matriz impositiva del país y el costo laboral, puntos que inciden en nuestra competitividad. Si pretendemos que nuestros productos sean más demandados en el mercado interno y externo, es imprescindible modificar la carga fiscal existente en la Argentina.

Para finalizar, queremos reiterar como citamos anteriormente que estamos ante una oportunidad histórica para terminar con los vaivenes de la economía que tanto nos han postergado. Debemos entrar en la senda de la normalidad. Pero no le carguemos todo al gobierno de turno. Desde la FEM entendemos que todos deberán hacer el esfuerzo. Y esta tarea no se agota con ir a las urnas cada dos años. Es un trabajo diario. No será fácil, pero a esta altura de nuestra historia y tras las experiencias vividas, algunas dolorosas, sabemos por dónde ir y por dónde no. Aprendamos de los errores cometidos. Sólo tenemos que elegir el camino correcto.