El tiempo pasa. El clima en Santa Rosa empieza a aquietarse. Con Sergio Salgado preso en el penal de San Felipe y la imagen del exintendente con el número de prontuario en los medios, la comuna del Este todavía tiene grandes problemas. Después de la detención y renuncia del exjefe comunal, acusado de asociación ilícita, peculado y emisión de cheques sin fondo, se abrió una nueva etapa para los dirigentes y la población que tienen que recuperarse del sacudón que dejó la crisis en el municipio.  

El sábado 2 de abril, Norma Trigo se hizo cargo del Ejecutivo municipal de manera provisoria. En una ceremonia corta, sencilla y en silencio, la que fue presidenta del Concejo Deliberante durante la ausencia de Salgado se convirtió en la primera mujer en asumir la comuna santarrosina desde el retorno de la democracia y la primera persona proveniente del radicalismo.

Asumió con el objetivo de reestructurar las cuentas, trabajar en el empleo público y reconstruir el respeto institucional. De todas maneras, en su primer día hábil en funciones la intendenta no tuvo certezas concretas de las políticas que deben aplicarse en el departamento. Su objetivo es resolver los problemas administrativos y financieros de la comuna y llamar a elecciones en un plazo máximo de 120 días.

La funcionaria dijo a Unidiversidad que este lunes 4 de abril llegaron los auditores que analizarán la situación del municipio. Explicó que se trata de una empresa privada, que no sabía el nombre porque no lo recordaba,  pero que trabaja en Capital y auditará todas las áreas de la comuna para tomar decisiones futuras.

“Van a trabajar en Hacienda, en el parque automotor –que está destruido– y en las contrataciones en forma irregular”, aseguró Trigo, al tiempo que afirmó que en su primer día de trabajo al frente de la Comuna no tuvo contacto con autoridades del Gobierno provincial, aunque está esperanzada con que “esto suceda en el transcurso de la semana”.

Los desafíos de Trigo son varios. Reconstruir los servicios públicos, especialmente la recolección de residuos, la provisión de agua en algunas zonas alejadas del centro de la comuna y el pago de sueldos. Aseguró que falta pagar los salarios atrasados, que en algunos casos vienen desde noviembre de 2015, y recomponer la situación de los empleados de la Municipalidad, un tema recurrente en uno de los departamentos con más trabajadores públicos de la Provincia.

En este sentido, la nueva jefa comunal aseguró que el departamento tiene más de 2000 empleados y que la planta de personal está “superpoblada”. Asimismo, dijo que la variable de ajuste no serán los empleados públicos porque tampoco están en condiciones de “dejar a personas sin trabajo” y no hay otro empleo que no sea el municipal, por lo que ir por ese lado sería un “error”.​