El secretario adjunto del Sindicato de Prensa de Mendoza, Diego Parés, da cuenta de los entretelones que tuvo la reciente avanzada del Grupo Medios Andinos S.A. sobre los derechos de sus trabajadores. Según el referente, partícipe directo de la recuperación del gremio en los últimos años, fue “la acción sindical colectiva y la unidad de sus afiliados lo que provocó que la empresa diera un paso al costado” sobre un despido que podría haberse convertido en un nuevo escándalo de las patronales mediáticas en la provincia.
Foto Gentileza del Sindicato de Prensa de Mendoza. Protesta contra los despidos de UNO en septiembre de 2013.
En sintonía con el resto de los empresarios de medios de comunicación, el dueño de Medios Andinos Omar Álvarez –y los periodistas de su confianza dentro del diario
on line
Sitio Andino– tomaron represalias contra una de sus trabajadoras quien, además de tener el cargo de encargada de redacción en el medio, se desempeña como tesorera del Sindicato de Trabajadores de Prensa de Mendoza.
El hecho se hizo público la semana pasada a través de un puñado de medios y un comunicado que emitió el Sindicato de Prensa en las redes sociales. En concreto, la jefa de redacción del diario, Soledad Blat, recibió una notificación informal de parte de uno de los integrantes del directorio –el periodista Marcelo Tórrez– en la que se le informaba que descendía de categoría para abocarse a tareas de cronista. Ante la negativa de la trabajadora a acatar la orden, la empresa decidió enviarle un telegrama de despido sin argumentar causa.
Inmediatamente el gremio comenzó con las gestiones concernientes, que se basaron en un primer momento en el envío de una carta a los directivos del medio para recordarles los fueros gremiales de los que goza la trabajadora de prensa, explicó Diego Parés en una entrevista que el fin de semana le realizó Radio Nacional Mendoza.
A esta medida se le sumó la convocatoria de un acto en repudio en las inmediaciones de Sitio Andino para el viernes 19 de julio. Estos mecanismos legales impulsaron a los empresarios a revertir de manera casi inmediata su decisión y, finalmente, a restablecer en su puesto inicial a Soledad Blat el día previo a la protesta.
Parés, quien además es fotoperiodista en diario
Los Andes, consideró que “fue la unidad de los trabajadores y la reacción del Sindicato lo que posibilitó que la empresa entendiera que no podía avanzar. Y se logró un compromiso por parte de Álvarez en persona, por la reincorporación de la compañera en las funciones que le corresponden”, dado que ese había sido el eje principal de las presiones sobre la trabajadora.
El joven gremialista explicó que la actitud "patoteril" de
Sitio Andino no alarmó al Sindicato, pues desde que el
gremio fue recuperado por los propios trabajadores,
las presiones y persecuciones sobre los trabajadores de prensa que se organizan sindicalmente son frecuentes.
El principal antecedente al que se refirió fue el procesamiento judicial que sufrieron cinco compañeros de
Diario UNO tras participar de una protesta callejera en septiembre de 2013, en el marco de una serie de despidos que venía ejecutando el multimedio que comanda Daniel Vila. “Ante denuncias literalmente inventadas por la empresa, la justicia actuó judicializando la protesta e imputando a los manifestantes con el pedido de desafuero de esas personas.
El caso de Luciano Grenon se ha vuelto ícono de estos condicionamientos”, expuso.
Respecto del caso de Medios Andinos, señaló que lo que les llamó la atención fue que el grupo que dirige Álvarez forma parte de las discusiones y negociaciones que viene llevando a cabo el Sindicato, junto a la Subsecretaría de Trabajo y las principales patronales mediáticas de la provincia. En concreto, lo que se trabaja en ese marco de conversaciones es lo referido a lo resuelto en la última conciliación obligatoria que ordenó el Gobierno ante la posibilidad de un nuevo paro que habían anunciado los trabajadores de prensa en abril pasado, debido al incesante incumplimiento del Convenio Colectivo de Trabajo 17/75.
En detalle, se había acordado trabajar entre los tres espacios sobre las faltas que no tienen que ver con lo netamente salarial, sino con condiciones de trabajo tales como recategorizaciones, funciones, vacaciones y el pago de los feriados, entre otros puntos.
Parés contó que con
Sitio Andino “hacía un par de semanas que se venía negociando muy cordialmente. Habían presentado un plan para recategorizar a los compañeros y la última noticia que tuvimos fue que en ese plan no entraba Blat”. Fue allí cuando el gremio comenzó a sospechar de que se trataba de una nueva represalia por parte del medio debido a la activa participación gremial de la periodista.
En este sentido, calificó de “gravedad institucional” la intentona de despido ejercida por la dirección de Sitio Andino sobre una trabajadora que forma parte de la lucha contra la precarización laboral en la provincia. Recordó además que la militancia del gremio no se ciñe sólo a lo salarial, sino que también abarca condiciones más generales, como el cumplimiento de los regímenes horarios y de días de descanso, hasta un plan de trabajo sobre las recategorizaciones según funciones.
Ante el éxito del Sindicato que logró frenar el despido y poner en evidencia las intenciones de apriete de las patronales sobre el gremio, Parés resaltó que los trabajadores de prensa cuentan con muy pocos espacios para informar sus logros y necesidades, debido a que los medios que compiten comercialmente se alían para invisibilizar la realidad de precariedad de sus empleados.
Si bien el Sindicato de Prensa de Mendoza –en pleno proceso de normalización– ya cuenta con un cuerpo de 30 delegados sobre aproximadamente 11 medios de comunicación, Parés reconoció que muchos trabajadores que sufren presiones por parte de las patronales aún no cuentan con los reflejos suficientes para dar a conocer su situación.
En este sentido, recordó que “lo más importante es que los compañeros entiendan que ante cualquier situación de presión tienen la posibilidad de hablar con un abogado o con algún compañero de la Comisión Directiva. Si no nos enteramos por los compañeros es muy difícil llegar a conocer esas situaciones; es decir, los medios no avisan. Hay que trabajar en los reflejos para visibilizar situaciones de despidos, aprietes o cambio de funciones”.