El jefe de la diplomacia argentina se sumó a los funcionarios y dirigentes que criticaron las declaraciones del ministro de Defensa inglés, Michael Fallon, quien informó ayer en una sesión abierta en la Cámara de los Comunes del parlamento británico el despliegue de dos helicópteros de guerra Chinook y la actualización del sistema de misiles antiaéreo en Malvinas, como respuesta preventiva a un supuesto ataque argentino. El canciller Timerman remarcó, durante una entrevista con radio del Plata, que "Argentina no tiene hipótesis de conflicto con ningún país del mundo, mientras que Gran Bretaña está continuamente en estado de guerra en algún lugar del mundo".

El gobierno británico tiene como fin "que la industria armamentista se vea beneficiada" y también "para justificar una política agresiva de parte del primer ministro (David) Cameron, que apela a un público muy conservador", remarcó el canciller durante el reportaje. Timerman afirmó que la decisión de Gran Bretaña de reforzar militarmente las Islas Malvinas "es continuación de su política de apostar al armamentismo y belicismo", mientras que la Argentina "se apega al derecho internacional y a las resoluciones de las Naciones Unidas". "Inglaterra se niega al diálogo bilateral, a discutir en foros internacionales y a cumplir con las resoluciones de Naciones Unidas", sostuvo esta mañana, tras lo cual afirmó que la decisión de Gran Bretaña "es una provocación no sólo para la Argentina, sino también un insulto para las Naciones Unidas, que le reclama que acepte negociar".

Ayer, la Cancillería argentina reafirmó mediante un comunicado, que luego fue replicado por la presidenta de la Nación Cristina Fernández de Kirchner en las redes sociales, que el Gobierno "reitera que el diálogo y la negociación, y no las armas, son el único camino para resolver la cuestión". "Además de inverosímil, resulta absolutamente injustificable que se agite el fantasma de una presunta 'amenaza argentina' para aumentar el presupuesto militar británico y consolidar la creciente militarización de las islas", se advirtió en el texto. Entre otros dirigentes y funcionarios, también criticaron el anuncio del ministro británico el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández; el ministro de Defensa, Agustín Rossi; la embajadora argentina ante el Reino Unido, Alicia Castro; y el secretario de Estado para asuntos referidos a las Islas Malvinas, Daniel Filmus.

Aníbal Fernández consideró que era "un despropósito" el anuncio de Gran Bretaña y afirmó que “como van a tener elecciones, recurren a un nacionalismo berreta de poner en vilo a toda la sociedad británica sobre un hecho militar". Esta mañana, antes de su ingreso a Casa de Gobierno, Fernández agregó que con el despliegue de dos helicópteros de guerra Chinook y la actualización del sistema de misiles antiaéreo en Malvinas, "cree (Fallon) que mejora su performance" frente a las próximas elecciones.

Filmus, como secretario de asuntos relativos a las Islas Malvinas, afirmó que "no tiene ningún asidero" la decisión del gobierno británico de reforzar el presupuesto militar para las islas y sostuvo que "el único camino posible es la diplomacia y la paz". "Argentina no quiere que ninguna madre más llore un soldado por una guerra a pesar del reclamo justo", aseveró Filmus en declaraciones a Radio Provincia.

El ministro de Defensa, Agustín Rossi, dijo que "el gobierno inglés tiene un discurso autojustificatorio para aumentar el gasto militar en Malvinas" y agregó que esa mirada "contradice la política argentina de mantenimiento de la paz en el territorio", que también fue acompañada por otros continentes. El ministro recordó además que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner "ya había denunciado el 2 de abril del año pasado el aumento de la militarización de las Islas Malvinas" que impulsa Reino Unido e ilustró la afirmación señalando que "hay tantos soldados británicos como cantidad de habitantes, lo cual lo convierte en uno de los territorios más militarizados del mundo".

La embajadora Alicia Castro aseguró hoy que la decisión de Gran Bretaña de incrementar el presupuesto militar destinado a las Islas Malvinas se basa en “una absoluta ficción” porque “no sólo Argentina sino toda la región” está comprometida con “la paz y las relaciones diplomáticas”.