Los incrementos de gas para la mayor franja de consumo rondarán el 50 %, según confirmaron tres fuentes privadas al diario La Nación. Esto, de acuerdo a los últimos cálculos que les pidió que realizaran Enargas, ente que regula el sector.

La suba se efectuará a partir de abril y se espera otro aumento en octubre próximo. Sin embargo, habrá una dispersión importante entre facturas de usuarios con distinto volumen de demanda, que partirán de ajustes mínimos para los consumos más bajos. Así se desprende de estudios que hicieron en el sector privado.

En diciembre pasado, el Enargas pidió a varias distribuidoras de todo el país que calculen determinados aumentos en la remuneración de cada eslabón de la cadena gasífera.  De esta forma, se arrojó que un usuario de la Capital o del conurbano bonaerense que en octubre pasado, tras el último aumento, pagó una factura de $ 96 mensuales deberá desembolsar, desde abril, $ 168 por el mismo servicio, con un incremento del 75 %. El impacto sobre la factura real podría ser menor, según la decisión que tome el Gobierno respecto de poner límites a los aumentos.

El año pasado –explicó el matutino porteño–, para moderar el golpe que podrían haber tenido las boletas sobre la paciencia de los consumidores, el Ministerio de Energía estableció topes a los aumentos. Si este año se aplica la misma política, algo que fuentes oficiales no confirmaron pero tuvieron en cuenta las empresas para hacer los cálculos, la factura del usuario anterior llegará a $ 113, cifra que representa una suba del 17 % sobre la factura anterior, debido al techo del 300 %.

En diciembre último, Aranguren no especificó cuándo entrarían en vigencia los nuevos valores ni la magnitud del ajuste, pero era sabido que los aumentos llegarían a principios de este año. El nuevo esquema contempla, sin embargo, que se estableció subsidiar la demanda de los sectores más vulnerables.