Tras una larga y dura semana de trabajo  Susana Muñoz, integrante del espacio para la memoria -ex D2-  y sobreviviente de la dictadura militar, nos brindó su tiempo para contarnos como vivió la dictadura y cuál es su labor en la actualidad respecto al tema.

Desaparecida, secuestrada, después legalizada en Devoto y exiliada de su  país, Susana recuerda todo lo vivido y se pregunta  por qué sobrevivió ella entre tantos, cuál era la razón. Sin detenerse   y con admirable fuerza , tanto en su periodo fuera del país como cuando volvió a Argentina decidió que su labor era recuperar la historia, todo lo que había pasado a través de testimonios de familiares y sobrevivientes para ser presentados en los organismos internacionales y denunciar la dictadura militar. “Volver a la vida todos los desaparecidos de Mendoza", aclara Muñoz.

En el año 76, Susana Muñoz todavía era estudiante de ciencias políticas en Mendoza, luego de derecho en Santa Fe y militante “de base territorial” trabajando  en villas, organizando y sumándolas a la lucha de esos momentos  de la dictadura de Lanusse. Esto fue generando un clima además de  todo lo que pasaba en el mundo como la revolución cubana o la masacre de Tlatelolco. “Las cosas no suceden nunca en tu provincia o en tu casa solamente, pasan en el mundo y repercuten en tu país” expresaba la sobreviviente.

La sociedad estaba reprimida en varios aspectos como por ejemplo  la vestimenta, donde las mujeres tenían que estar con la cara lavada, las rodillas tapadas y los hombres pelados y los secuestros tenían su propia metodología. En Argentina se realizaban de noche, secuestraban un grupo que ya tenían armado de cualquier organización en cualquier lugar. Sin embargo Susana fue la excepción  y cuenta: “En mi caso extrañamente fue a las 16:30hs en mi casa, nos tomaron con mi marido y nunca más volvimos a esa casa en Santa Fe”.

 “En el campo de concentración empecé a ver caras conocidas, fueron 3 meses de esperar que me eliminaran como a todos”  expresaba Susana que  ya era consciente de porque se la habían llevado. En una celda hermética  con una mirilla con un cartoncito,  Susana  fue aferrándose a “gestos de humanidad” entre todo el proceso que estaba viviendo y explica que como eran los comienzos en el 76 las mismas guardias eran empleadas públicas y eran más atentas, “no estaban preparadas para ser hienas como se volvieron”.

Luego de ser separados entre hombres y mujeres,  “fue sobrevivir entre nosotras, el apoyo permanente, cuidarnos”…  “nos enseñábamos a pasar el día, a no tener miedo” finaliza nostálgica Muñoz.

Actualmente Susana es responsable del archivo provincial de la memoria, documentos del ex D2 más los documentos que se han ido recopilando y los testimonios que aparecen y que van dando cuenta de cómo fue  el proceso, en qué orden, que organizaciones, a cuales siguieron persiguiendo - “los que tenían cosquillas” como apodaban a los militantes de base - . Además da charlas a los ingresantes de distintas carreras y comenta que hay descontextualizaciones políticas, dudas y  movilizaciones respecto a sus realidades.

Hay que explicar que es una sociedad la que sobrevivió y sufrió el proceso militar. Destacó que sigue presente la negación y el ninguneo del tema que no tiene ningún sentido hacerlo. Lo que se hace es una enseñanza a futuro para que no vuelva a ocurrir este hecho atroz.

Lo que pasó implica un GENOCIDIO, delitos de lesa humanidad. Esto afectó a nivel  internacional y modifico las leyes a nivel nacional. Susana aclara firmemente que: “NO QUEREMOS VENGANZA, NI QUE DIGAN POBRE LO QUE SUFRIÓ. ME INTERESA QUE A MIS HIJOS  Y NIETOS NO LES PASE LO MISMO, QUE NO SE VUELVA A REPETIR” a lo que agregó: “Hay hechos que vienen más disfrazados pero nunca más al nivel de lo que fue esa época”.

En el marco de promocionar las actividades culturales que se realizaran en conmemoración a la fecha  Muñoz se definió  como una de las militantes “más duras” de su época  y opino que si bien no apreciaba el valor del arte en su momento,  los artistas con una obra de minutos o un poema conseguían lo que ellos  con horas de charla no conseguían mostrar.