El rector sufragó en la Facultas de Ciencias Agrarias, en la segunda vuelta de las elecciones directas y ponderadas de la UNCUYO. Pidió que las nuevas autoridades no repitieran el latiguillo de la herencia recibida. Dijo que posiblemente pida una licencia hasta el final de su mandato, para desempeñarse como miembro del directorio de la Coneau.
El responsable de la UNCUYO votó esta mañana en Luján de Cuyo.
Después de votar a media mañana en la segunda vuelta para elegir a su sucesor, el rector de la UNCuyo, Arturo Somoza, pidió que las nuevas autoridades no repitan el latiguillo de la herencia recibida, que no empiecen su tarea de cero, sino que capitalicen lo que se logró y rectifiquen los aspectos en los que hubo errores.
Somoza, quien votó en la Facultad de Ciencias Agrarias, destacó la importancia de las primeras elecciones directas y ponderadas que se realizan en la UNCUYO. Destacó la altísima participación y la transparencia con que se desarrolló un proceso al que consideró histórico.
Después de emitir su voto, Somoza habló con
EDICION UNCUYO y comentó la posibilidad de pedir licencia los últimos meses hasta el final de su mandato, ya que le ofrecieron ser miembro del directorio de la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria (Coneau).
¿Cómo vivió estas dos últimas dos semanas de la elección?
Con mucha alegría por este proceso nuevo, con altísima participación, mucho entusiasmo, mucha movilización, no sólo física sino también de conceptos, de ideas y preocupación por el futuro de la universidad, esperando que todo lo bueno realizado sea base para seguirse proyectando, seguir creciendo. Es una universidad con mucha dinámica, que es muy considerada a nivel nacional, que se está tomando como ejemplo, particularmente en este tema de la elección directa, porque al ser la universidad más antigua y grande que entra en este sistema estamos siendo vistos por otras universidades donde está el debate de esta posibilidad, de cuáles son sus consecuencias, sus lógicas, sus mecánicas. Quiero felicitar a la junta electoral, a las juntas electorales particulares y a todo el equipo de la reforma que apoyó con la logística, porque no es sencillo cambiar tan drásticamente el modelo y tener una elección tan bien organizada, tan limpia y transparente. He tenido en la anterior oportunidad la visita del rector de San Juan y del vicerrector de San Luis, que acompañaron como veedores y pudieron constatar la transparencia de la elección.
¿Qué aspectos se deberían mejorar en las próximas elecciones?
Siempre hay cosas que mejorar. Los mismos que nos asesoraron, que fueron de las universidades de San Luis, San Juan y Río Cuarto, que ya tuvieron elección, comentaron que en cada elección van haciendo mejoras. Estábamos advertidos de que íbamos a encontrar inconvenientes; algunos fueron salvados por el Consejo Superior antes de las elecciones. Algunos son previsibles y otros imprevisibles porque tienen que ver con la lógica propia de cada universidad, porque no son iguales, las estructuras académicas no son iguales. Hemos pedido a todos los que han participado que hicieran anotaciones marginales en los instrumentos electorales, como el reglamento y el manual, para que las nuevas autoridades, con tiempo antes de las próximas elecciones que van a ser en dos años para renovación parcial, hagan las adecuaciones que correspondan. Me parece que el tema más significativo es lograr más homogeneidad en la actuación de las juntas electorales particulares, que es donde hubo criterios disímiles respecto de la aplicación rígida o flexible de las normas. Me parece que ese tema tiene que ser más homogéneo, no puede haber diferencias significativas entre una unidad académica y otra.
¿En qué líneas cree que debería trabajar el próximo gobierno de la universidad?
Creo que hay un reclamo social del pueblo argentino, de todas las comunidades y particularmente de la universidad, para que no se empiece de cero, que se capitalice todo lo bueno que se logró pero que se rectifique y mejore lo que no es bueno y se puede mejorar. Siempre está, y eso es un valor, la nueva impronta que le dan los nuevos gestores. Acá hay una nueva composición política, un nuevo mapa político que surge de la nueva conformación del Consejo Superior, de los Consejos Directivos, de la Asamblea Universitaria, que tiene el propósito de funcionar por lo menos una vez al año, que le dará su particularidad. Creo que hay un recambio generacional importante, eso es significativo, pero me parece que a lo que todos aspiramos es a que no se repita este latiguillo de la herencia recibida o que hay que empezar de cero. Creo que hay mucho construido y hay mucho por hacer, muchas situaciones por resolver. Tienen una gran tarea por delante las nuevas autoridades, pero creo que también tienen un basamento muy significativo sobre el cual proyectarse.
¿Cómo sigue su carrera? ¿Seguirá en otra función?Sí, el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) me propuso en el plenario de Mendoza, y ya está en marcha la elaboración del decreto, para ser miembro del directorio de la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria (Coneau). Por lo que me comentaron, el decreto podría salir para mediados de julio, por lo que en la próxima sesión del Consejo Superior voy a pedir la autorización para –si sale el decreto– tomarme licencia hasta fin de mandato e ir a esta nueva función, que de alguna manera es continuidad de mi experiencia como rector y vicerrector en el sistema de evaluación, del sistema universitario.