Como si fuera una ironía, el mismo día en que se conoció el estado de emergencia en que se encuentra la población infantil en el país salieron a la luz dos casos de chicos abandonados por sus padres y en condiciones de alto riesgo.

El miércoles a la noche, en Guaymallén, los vecinos de una casa que se incendiaba avisaron del fuego y hallaron a un nene de seis años encerrado y con las vías respiratorias dañadas por el humo. El chico se quedó solo porque su padre salió a comprar mercadería para su negocio. Fue mostrado como un hecho aislado y emergente. El niño quedó al cuidado de su familia.

Horas después se conoció otro episodio, más llamativo, cuando se denunció que una nena se despertó y estaba encerrada en un auto mientras su madre estaba con un hombre en un hotel transitorio. La niña de cinco años terminó en la Casa Cuna, ya que no tiene vínculos familiares ni amistades que la contengan; de acuerdo al propio testimonio de la madre, quien se encuentra detenida, es de Jujuy sin parientes en la provincia.

Los Andes aporta la mirada profesional del psicólogo Juan Vicario quien diferencia los casos por sus orígenes, “pero que en términos generales se puede hablar de un desconocimiento por parte de los padres sobre cómo sus acciones pueden afectar a otros, en particular a sus hijos, y del riesgo al que los exponen con ciertos comportamientos”. Vicario concluye que se denota la actitud adolescente de parte de los responsables de los chicos, que el pensamiento mágico los lleva a creer que “a mí no me va a pasar”.

El especialista reseñó que es bastante común que los padres dejen solos y encerrados a sus hijos mientras hacen compras o se divierten, lo que evidencia el desconocimiento y la negligencia para asumir el cuidado de sus hijos y la responsabilidad que implica.