La semana pasada comenzó “movida” pero en forma virtual para los mendocinos, luego de que se viralizara un mensaje enviado por Whatsapp en el que se “advertía” –sin sustento científico alguno– que el volcán Tupungatito había entrado en erupción y que estábamos en las puertas de un terremoto de dimensiones impensadas. Todo esto, arengado por los medios de difusión que no escatimaron en difundirlo.

Lo cierto es que nada de eso sucedió. De todas maneras, si usted quiere informarse acerca de los movimientos sísmicos reales que se producen en la provincia, existe un organismo que los mide oficial y científicamente. Se trata de la Universidad Tecnológica de Mendoza, cuyo Centro Regional de Desarrollos Tecnológicos para la Construcción, Sismología e Ingeniería Sísmica (CeReDeTeC) reemplazó a la estación sismológica de la provincia, una vez que esta cerró sus puertas en 2012.

La profesional a cargo del Centro, la ingeniera Noemí Maldonado, explicó que “la UTN está a cargo del Servicio de Información Sísmica de la Provincia. Allí mantenemos el registro de los últimos sismos que se han producido y también contamos con archivos de información sísmica complementaria”. La estación funciona en la misma Universidad Tecnológica, donde cuentan con los equipamientos necesarios para llevar adelante la tarea, y desde donde surge la única información oficial sismológica de Mendoza. Los datos que obtiene pueden consultarse en la web del servicio.
 

Sin mediciones oficiales

El Estado dejó de medir los sismos en 2012, año en el que se jubiló Miguel Castro, el último sismólogo que era empleado de la administración central. Castro explicó que trabajó 42 años en la parte pública, y de hecho era el único que sabía manejar los aparatos que miden los movimientos sísmicos.

“Prácticamente me obligaron a jubilarme. Yo no quería hacerlo, pero no me quedó opción. Cuando me fui, apagué y desconecté la última máquina. Me dio mucha pena hacerlo, porque yo había pedido preparar gente que me sucediera, pero nunca obtuve respuesta”, manifestó. Ahora, Castro realiza mediciones por su cuenta, en su domicilio particular, con sensores que fabricó él mismo, con ayuda de un pariente. “No podía comprar todos los sensores, hacían falta cuatro y salían 15 mil dólares. Tuve suerte de poder importar algunas piezas y las demás las fabricamos”, señaló.

Desde el Ministerio de Infraestructura confirmaron que, después de que Castro se jubiló, no había quién manejara los aparatos para la medición de temblores. Entonces, se decidió encomendar a la UTN esta actividad. En la transición, no hubo estación sismológica en Mendoza y cuando existía un evento de esta categoría, los datos que se tomaban como oficiales eran los que informaba el INPRES (Instituto Nacional de Prevención Sísmica), que se encuentra en la provincia de San Juan. 
 

“Lo del Tupungatito fue insólito”

Unidiversidad consultó a Maldonado por la polémica desatada en torno a la información disponible sobre el volcán mendocino que estuvo en boca de todos. “El Tupungatito es un volcán en actividad, no es que empezó a registrar actividad ahora. El alerta verde indica esto, pero no está remarcando ninguna situación preocupante ni peligrosa. Por esto creo que lo que sucedió fue insólito”, opinó.

La profesional indicó cómo se realiza el monitoreo volcánico. En primer lugar, explicó que es la Estación Sismológica de Chile la que realiza esta tarea, y la Provincia se guía por estas mediciones. “En Chile esta medición se realiza todo el tiempo, es como si cada día le estuvieran tomando la presión a los volcanes. Verde significa que tienen esa presión, pero que es normal; hay otras alertas preocupantes, no es este caso. Incluso si hubiera sucedido un sismo, no es para preocuparse ni volverse locos”.

Además, se explayó acerca de las etapas de erupción de un volcán. Dijo que esta no se produce de un momento para el otro y que un volcán da muchos “avisos” de que va a entrar en erupción. “No se produce uno solo, sino una serie de sismos si el volcán se están moviendo por fuera de lo normal. Por el momento, no hay ninguna señal de movimiento, nada por el estilo. Un volcán da tantos preavisos que tenemos muchas más chances de evacuación y de ponernos a salvo que con un terremoto. Estos no se pueden predecir, en cambio una erupción volcánica, sí”.

Fases de alerta

Las fases de peligro de erupción se diferencian por colores. La verde indica que el volcán está en actividad y es permanente. El alerta amarillo se emite cuando hay movimiento sísmico; se puede evacuar la zona cercana. El naranja es un intermedio, antes de la erupción, y el alerta rojo es cuando entra efectivamente en erupción.

Cómo y quién debe comunicar un alerta importante

Maldonado destacó que las únicas autorizadas para dar alertas son las instituciones municipales, que previamente son advertidas por Defensa Civil. Existe, a su vez, un protocolo de actuación, que debe seguirse al pie de la letra cuando realmente ocurre un evento de este tipo.

“Según la cantidad de habitantes son las medidas que se toman. No es lo mismo evacuar a un pueblo de mil habitantes que a la ciudad de Mendoza. Es muy importante seguir la información oficial, y los periodistas deberían chequear la información antes de hacerla pública. Si no, un día va a pasar como con el pastor mentiroso, va a ser cierto y nadie va a creer lo que sucede”, remató la profesional.