En Argentina, sólo tres de cada diez empresas aceptan personas con algún tipo de discapacidad en las áreas de trabajo. Incluso, más del 60 % de las organizaciones carece de programas y políticas que promuevan la incorporación de discapacitados, según una consultora privada. Si bien los directivos se expresan a favor de la diversidad, pocos la ponen en práctica.

De los 5 millones de argentinos que tienen algún tipo de discapacidad, más del 75 % están desempleados y casi el 44 % de esas personas son "cabeza de hogar". Claro, es que según los datos aportados por la consultora Adecco, el 71 % de las empresas argentinas no tienen personas con discapacidad trabajando. El estudio también reveló que sólo el 39 % de las empresas tiene algún programa o política que promueve la incorporación de personas con discapacidad. Con respecto al tipo de discapacidad de las personas que sí trabajan, la mayoría tienen discapacidad motora (69 %) y en menor proporción aparecen la intelectual, la auditiva y la visual.

Cuando se les consultó a los directivos de empresas cuál es la principal motivación para incorporar un plan para personas con discapacidad, el 32 % afirmó que son las políticas de diversidad; el 31 % respondió que estaban sensibilizados frente a la temática y querían hacer algo al respecto; el 14 %, por afinidad personal con la situación y el otro 1 %, porque tienen cupos disponibles.

En Argentina, se estima que hay 100 mil alumnos en las escuelas con discapacidades –desde el nivel inicial hasta la educación media– y de ellos, apenas el 7 % alcanza un estudio terciario o universitario.

Romper mitos y prejuicios es la clave. Es que entre las empresas que emplean y/o emplearon personas con discapacidad, casi la totalidad (96 %) recomienda hacerlo. De ellas, el 60 % lo hace porque promueve equipos de trabajo más diversos; el 18 %, porque aporta otros puntos de vista; el 7 %, porque mejora el clima laboral, y el resto está de acuerdo con todo lo anterior.

Respecto del futuro, el estudio arrojó resultados más alentadores que la situación actual: el 86 % afirmó que sí contrataría en un futuro, mientras que el 14 % ni lo considera.

El 14 % de aquellos que se negaron a incorporar personal con discapacidad afirmó que el 72 % de ellos afirma que no tiene el lugar de trabajo adaptado; el 11 % manifestó que es una temática que les cuesta manejar; el 3 % dijo que sabe dónde hacer la búsqueda y el 14 % confesó que desconoce acerca de las políticas de inclusión. No obstante, los beneficios económicos son un factor predominante a la hora de incorporar personal: más de la mitad (52 %) de las empresas consideraron que las exenciones impositivas son un incentivo relevante para incorporar personas con discapacidad a su staff.

"La diversidad en el ámbito laboral brinda ventajas y beneficios, tanto al negocio como a la sociedad en su conjunto", explicó a Télam Esther Parietti, directora de sustentabilidad de Adecco Group, y destacó que “reconocer la diversidad y aceptarla es gratificante para las personas que componen la organización y que se convierte en un factor de confianza, que resulta una herramienta muy potente para el desarrollo profesional".
 

La contracara: empresas comprometidas con la discapacidad

Si bien en muchas empresas la incorporación de personas con discapacidad roza lo tabú, otras organizaciones con fines de lucro del país y del mundo forman parte del Club de Empresas Comprometidas (CEC). La asociación promueve la inserción laboral de trabajadores con discapacidad, con distintos programas y acciones que lleva adelante el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación.

Algunas de las empresas que participan son Arcos Dorados, Manpower, Repsol YPF, PSA Peugeot-Citröen Argentina, Avon, American Express y Pepsico, entre otras. El objetivo principal apunta a mejorar la empleabilidad de las personas con discapacidad y consolidar una red formal de empleadores que sean promotores de oportunidades de empleo para este sector de la población.

Claro que hay beneficios económicos: las empresas que contraten personal con algún tipo de discapacidad acceden a la deducción del 70 % del Impuesto a las Ganancias o sobre los capitales, a la exención del 50 % de las contribuciones patronales durante un año y a la exención del 33 % en contribuciones a la seguridad social durante el mismo lapso.