El presidente de Bolivia, Evo Morales Ayma, estuvo 14 horas detenido en el aeropuerto de Viena. Tuvo que aceptar que su avión fuera inspeccionado porque las autoridades europeas sospechaban que llevara escondido a Edward Snowden, el exanalista de la CIA buscado por Estados Unidos. Gestiones diplomáticas por parte del gobierno boliviano permitieron esta mañana que Morales continuara su viaje rumbo a La Paz, donde se prevé que llegará esta noche, según informan medios nacionales.

Apenas conocida la noticia sobre la actitud de los gobiernos de Francia, Portugal, España e Italia de no permitir el sobrevuelo ni aterrizaje del avión que trasladaba al mandatario aymara y a su comitiva desde Moscú, después de haber participado en la II Cumbre de los Países Exportadores de Gas –sin fundamentos válidos– sumó repudios por parte de la comunidad internacional. 
Distintos organismos y movimientos sociales coincidieron en catalogar la situación como una “flagrante discriminación y amenaza a la inmunidad diplomática de un Jefe de Estado", tal como denunció mediáticamente la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA).
En la misma sintonía, la Comunidad Andina de las Naciones consideró, mediante un comunicado, que la conducta de los países europeos es “indefendible” porque "no hay nada que justifique una actitud de esa naturaleza, que no solo ha vulnerado los derechos de tráfico aéreo sino la seguridad del presidente Morales".

En su repudio público, la Organización de los Estados Latinoamericanos (OEA) expresó que tanto Francia como Portugal deberán dar una "explicación de las razones por las cuales tomaron esta decisión" contra el avión presidencial boliviano, subrayando que esa situación "puso en riesgo la vida del primer mandatario de un país miembro de la OEA".

Por su parte, la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) calificó de “indignante” el caso y pidió “no dejarlo pasar como un hecho normal, pues sería una forma de aceptar el ejercicio imperial pasivamente en países que derramaron mucha sangre para lograr su independencia”. En esta línea, el organismo se convoca a una reunión para concertar los pasos a seguir por parte de las naciones latinoamericanas y caribeñas.

Entre los movimientos sociales que también manifestaron el rechazo hacia las naciones europeas por su actitud antidemocrática contra Morales, se destaca el comunicado de la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo (CLOC Vía Campesina). Allí se señala que “la actitud de estos gobiernos imperialistas demuestra su ideología colonial e imperial, así como la ausencia de ética y moral”.

“Evo, campesino, indígena, dirigente de movimientos sociales y sindicales, hoy presidente de Bolivia en un proceso de transformación, momento histórico luego de cientos de años de luchas de liberación, descolonización y construcción de la igualdad, proceso que alumbra la región con esperanza para los pueblos de América Latina, para los campesinos, indígenas y trabajadores”, sostiene.

Hacia el final, el notificado de CLOC Vía Campesina insta a los gobiernos del continente, a la CELAC y a la Unasur a repudiar estos hechos y tomar urgentes medidas: “Llamamos a nuestras organizaciones a expresar su solidaridad y continuar en la lucha y la movilización, la decadencia moral del imperio es cada vez más evidente.”