El ciclo radial Música de acá, que se emite cada jueves a las 20.30 por Radio Universidad (96.5 FM) tuvo a bordo una "Skandalosa Tripulación" en el aire libre.

La embarcación zarpó en 2005 con el Capitán Joe y tomó rumbo firme en el 2011, cuando la necesidad de parir un disco los encontró pensando lo colectivo. Hoy, el navío va persiguiendo el río y se sostiene a base de alegría, camaradería y buena vibra. Su artillería es pesada: guitarras, bata y percusión, saxofón, trombones, trompetas, bajos y unas gargantas con ganas de girar.

Para describir a La Skandalosa Tripulación hay que ver las miradas cómplices de sus integrantes arriba del escenario y escuchar lo que dicen esas miradas  “Somos un grupo de amigos. Fuera de la banda, estamos todo el día juntos. Una tripulación es un grupo de gente que tira para el mismo lado para lograr algo, treinta ñatos que vienen remando para llegar a un lugar, y nosotros somos eso: un grupo de amigos que rema para lograr un sueño, lo que nos gusta, que es vivir de la música. Y La Skandalosa es porque somos un grupo divertido y bardero” asegura Bruno, su batero y  manager o, como le gusta que le digan, su “mányiner”.

La vara conservadora, esa a la que le gustan las estadísticas de saco y corbata, la del ceño fruncido que criminaliza a nuestra juventud, no tardaría en vociferar: “No saben qué hacer de sus vidas y encima son artistas”; conveniente idea del adolescente incapaz, al ver a esta tripulación desgarbada, probablemente aseguraría que es parte de esa capitalista clasificación mal llamada “generación NI-NI”.

A esos señores, Martín (guitarra) les contesta: “Creemos que tenemos una responsabilidad como banda, porque ya sea ante diez o cinco mil personas, tenés la palabra y, realmente, si algo te está molestando y tenés la posibilidad de decirlo, tenés hasta la responsabilidad de cantarlo”.

“Somos un grupo que le canta a lo que le hace bien y a lo que le hace mal, a lo que nos gusta y a lo que no, por eso en el disco Que Gire vas a encontrar canciones contra la megaminería contaminante, pero también letras que hablan de una noche que salimos a algún lado, de una juntada, de un viaje o cualquier otra cosa. No somos de bajar línea, no decimos: “Esto es así”. ¿Le cantamos a lo que nos molesta? Sí. Después, si vos pensás que esta canción le habla al amor o a la amistad, lo dejamos a tu criterio”, aclara Bruno.

“Pa volar hay que soñar bien alto”

Ska, rock,  reggae, algo de punk y, si querés, un poco de salsa también. La tripulación invita a los ritmos más variados para desembarcar en su identidad. La fusión llega a buen puerto y la escandalosa convicción los lleva viento en popa: “Las cosas van evolucionando de a poco

Entonces me pongo a hacer memoria y me acuerdo de cuando empezamos, de todas las metas a las que hemos llegado. Cuando éramos chicos y decíamos: 'Che, mi sueño es tocar en un Mendorock',  y de repente tocamos en  un Mendorock; 'Mi sueño es tocar en el Independencia”, y tocamos; 'Tocar con Ska-p en un estadio de fútbol”  y tocamos con Ska-p en un estadio, tocar en una plaza y tocamos. Nuestro sueño era subirnos a un micro y salir de gira, y lo hicimos. Y todo eso lo hemos logrado con trabajo y perseverancia, sin dejar de ser nosotros”. Esas palabras retumban en las paredes de la música de acá, que espera a que llegue julio (el mes, que quede claro) con el eco del segundo disco de La Skandalosa Tripulación.