Siri y ChatGPT al poder: los cambios culturales y económicos que impone la revolución de la IA
El desarrollo de la tecnología se acelera y modifica nuestro entorno. Cuáles son sus derivaciones y cómo asimilan las sociedades el nuevo contexto. Ventajas, amenazas y riesgos. La opinión de especialistas a Unidiversidad.
La inteligencia artificial redefine los vínculos sociales y los sistemas económicos.
¿Puede el horno de la cocina llegar a hablarnos y guiarnos para una mejor cocción de una tarta? ¿Puede un auto sin conductor llevar a una niña sola a un cumpleaños porque sus padres no pueden? ¿Podrá alguien entablar un vínculo emocional con una máquina que todas las mañanas ofrece el aroma y la música preferida para amanecer cada día? Todas estas situaciones son tan posibles como probables. El veloz desarrollo de la tecnología permite creerlo. La instalación de la inteligencia artifcial (IA) prácticamente lo confirma.
La ciencia ficción lo plantó en el imaginario hace tiempo. La frontera de lo posible siempre puede correrse un poco más de la mano del avance de la ciencia que hoy entroniza a los algoritmos y la inteligencia artificial. Vivimos una época que rinde homenaje cada día a la famosa frase del escritor Arthur Clarke: "Cualquier tecnología suficientemente avanzada es indistinguible de la magia".
Siri, Alexa, Chatbot, ChatGPT son nombres que ya se volvieron habituales entre nosotros y que designan diferentes aplicaciones cotidianas de la inteligencia artificial. Por ejemplo, Siri y Alexa son los asistentes virtuales de los altavoces de Apple y Amazon para el hogar inteligente. Los chatbots son usados por las empresas en sus canales de recepción al público. ChatGPT es sin duda la estrella del momento. Esta IA generada por la compañía OpenAI es un modelo de lenguaje sincrónico que toma toda la información que circula en la red y puede responder a las personas. Un verdadero hallazgo.
Las IAs nos rodean cada vez más y se presentan en diferentes caras y formatos. Puede ser un humanoide amable, o simplemente un sistema mecatrónico que nos ayuda a optimizar el uso de energía de nuestra casa, o los pagos digitales y electrónicos en cada comercio. Es el presente, ya no el futuro. Es la revolución de la inteligencia artificial que trae y traerá varios impactos tanto sociales como económicos. Pero, ¿cuáles son estos efectos?
Una nueva revolución industrial
En el ámbito económico son varias las hipótesis que se lanzan sobre el avance de los algoritmos y las IAs en el mundo laboral. La principal creencia extendida es que la robotización reemplazará al humano. Pero hay quienes ponen esta afirmación en suspenso y piden un poco de perspectiva para ver todo con más claridad.
Facundo Bromberg es profesor titular de la Universidad Tecnológica Nacional e investigador adjunto del CONICET. Sostiene a Unidiversidad que lo que hoy estamos viviendo lo pronosticó Raymond Kurzweil en su libro "La era de las máquinas espirituales". "Habla de una época en donde el 100% de las habilidades creativas y generativas vienen de la inspiración y que las capacidades productivas de las máquinas son equivalentes a las humanas, pero con una capacidad de producir mayor por la velocidad. Vivimos el auge de la vida generativa desde hace cinco u ocho años, hoy tenemos a ChaptGPT, MidJourney, Aladdin, que generan cosas y le ganan a la vida productiva en cuanto a ideas, cuando esto sucede hay una revolución no solamente a nivel trabajo, sino un cambio de paradigmas en términos de sistemas productivos".
Sobre las predicciones que ubican al desarrollo de las máquinas y los programas automatizados como un riesgo para el empleo de las personas, Bromberg pone algunos reparos ante la demonización de la tecnología y lanza ciertas advertencias sobre el accionar ya de gobernantes y no tanto de las máquinas. Dice que cuando se consoliden las IAs ocurrirá algo parecido a la revolución industrial que lo que produjo fue que el 98% de la masa laboral que estaba en el campo migró a las ciudades. "El riesgo real y preocupante es que las legislaciones y los estados no vayan a la velocidad de estos fenómenos. Si vamos a un proceso en el que produciremos más cosas que le quitan trabajo a la gente y se acelera el daño del medioambiente, vamos derecho a una revolución violenta y catastrófica, pero no necesariamente tiene que pasar esto".
Pero, ¿realmente este proceso dejará a grupos de personas sin trabajo? El investigador de la UTN ofrece una mirada menos dramática en este caso: "Las empresas que incorporan IA como Google y Microsoft no echan personas por eso, las ponen a hacer otra cosa, esas personas siguen siendo valiosas y capaces de producir valor, no se vuelven inútiles, sino que se concentran en otra cosa. Por ejemplo la aparición del Excel no le quitó trabajo a los contadores, sino que tuvieron que empezar a hacer más análisis en las presentaciones. Siempre la tecnología trae este miedo pero terminamos acomodándonos".
El impacto social, riesgos y ventajas
Fredi Vivas es un tecnólogo autor del libro "¿Cómo piensan las máquinas?". Con un recorrido en el estudio de la inteligencia artificial, este ingeniero y CEO de RockingData, una empresa argentina que crea algoritmos, dice a Unidiversidad que hoy estamos viviendo dos procesos en paralelo que "van de la mano": el crecimiento acelerado, que se experimenta desde hace unos cinco o seis años, y la democratización, que es una novedad reciente. "Digo que van de la mano porque uno no se entiende sin el otro. Durante los últimos cinco años se estuvieron desarrollando tecnologías ultra disruptivas. Mucho de lo que vemos hoy con el ChatGPT ya lo podíamos hacer en 2020 con GPT-3, de hecho ese año lo usé para generar el prólogo de mi libro “¿Cómo piensan las máquinas?”. La diferencia es que hoy ese conocimiento está ofrecido de forma masiva y accesible para cualquier persona, y no solo para los expertos en inteligencia artificial. Creo que la etapa que sigue (si vivimos la de crecimiento y la de democratización) es la de expansión del mercado. Vamos a ver un boom de aplicaciones que usen IA, no solamente generativa como la de GPT o Dall-e, sino de todo tipo".
Para este especialista, una de las principales ventajas que puede ofrecer el desarrollo masivo de la IA es la democratización del conocimiento. "Internet ha sido en los últimos años una gran herramienta para democratizar el conocimiento. Hace cuarenta años, si queríamos saber algo sobre la Revolución de Mayo teníamos que tomarnos el tiempo de ir a una biblioteca y buscar un libro que hable sobre el tema. Y quizás ni siquiera nos decía lo que queríamos saber. Hoy, una persona con un teléfono celular, sin siquiera pagar una conexión a internet, puede saberlo conectándose a un WiFi público. Claro que esto trae asociado otros riesgos: mucha información no es la más fiable. Por eso, tenemos que desarrollar mejores capacidades de pensamiento crítico y discernimiento. Pero la información sin dudas está mucho más democratizada".
Sobre los riesgos de las IAs, el investigador Carlos Catania, jefe del Laboratorio de Sistemas Inteligentes y profesor titular de Inteligencia Artificial I de la Licenciatura en Ciencias de la Computación de la Facultad de Ingeniería de la UNCUYO asevera a Unidiversidad: "La denominada inteligencia artificial no es más que la evolución natural de la algoritmia para resolver problemas a través de la computadora. Si nos preguntamos si el desarrollo masivo de la inteligencia artificial puede traer algún riesgo, la respuesta sería equivalente a si hace 50 años nos hubiéramos preguntado si utilizar la computadora para llevar el control de los procesos bancarios podía tener un riesgo. Creo que si le hubiéramos preguntado a alguien de la década del '70 si consideraba riesgosa la utilización de algoritmos para llevar el control de la actividad económica de una empresa, sin duda hubiera tenido dudas al respecto. Pero claramente hoy, nadie pondría en duda la seguridad y los beneficios de dicho control".
El investigador Carlos Catania
De todos modos Catania aclara que "como en el uso de toda tecnología existen consideraciones éticas. Y en el caso de los algoritmos de inteligencia artificial, la comunidad se viene preocupando hace tiempo en los aspectos éticos asociados a esta tecnología. Nosotros en la materia de Inteligencia Artificial I que dictamos en la Carrera de Ciencias de la computación de la UNCUYO dedicamos un par de clases a analizar estos aspectos. La realidad es que el área de desarrollo de algoritmos de inteligencia artificial viene preocupándose de esto hace ya un largo tiempo. Muchas grandes empresas, como Google o Meta, tienen un área exclusivamente dedicada a estas consideraciones. Algo que no sé si ocurre en otras áreas que personalmente considero más riesgosas, como la ingeniería genética por ejemplo".
La clave está en el uso
Fredi Vivas pone el foco en el uso que las personas le demos a la tecnología. Ante el miedo social que supone el avance y la influencia de las máquinas en los entornos sociales y laborales, Vivas sostiene que todo "depende de cómo los humanos usemos la tecnología. El desarrollo y la utilización responsable de este tipo de tecnologías es primordial para los próximos años, y es un tema que no está tan presente en la agenda. Todavía". En este sentido, apunta que una buena aplicación de las IAs es que sean estrictamente complementarias de las necesidades humanas y explica que todo esto se puede planificar de un modo preciso para que siempre queden disponibles a las instrucciones de sus creadores. Habla de diseñar una obediencia absoluta.
Vivas coincide con Bromberg en desactivar las predicciones alarmistas sobre la pérdida de empleos que sobrevendrá. "En todas las revoluciones industriales hubo reemplazo de trabajos y la tendencia nos indica que siempre se crearon más empleos de los que se destruyeron. Las empresas con las que trabajo, incorporan inteligencia artificial y no solo no despiden gente, sino que contratan más. Porque su negocio crece y se convierten en líderes en base a su capacidad de innovación", sostiene Vivas para luego ampliar: "Es clave que los humanos estemos preparados para este mundo laboral cambiante y tengamos la capacidad de adaptarnos. Si pretendemos trabajar en treinta años haciendo lo mismo que hoy, la vamos a tener difícil".
Por su parte, Catania observa que "los algoritmos de inteligencia artificial han traído cambios y lo seguirán haciendo. Nuestro consumo diario es guiado por algoritmos de recomendación que no son otra cosa que algoritmos de inteligencia artificial. Netflix, Spotify, Facebook, Instagram, etc. son apenas algunas de las aplicaciones que utilizan estos algoritmos para tratar de mantenernos la mayor cantidad de tiempo absortos en el contenido que estas generan. Parte del miedo que ha traído el reciente impacto de herramientas como chat GPT o DALL-E se debe a la posible pérdida de empleos que estos algoritmos pueden ocasionar. La realidad es que estos algoritmos y sus futuras aplicaciones van a traer consecuencias en el ámbito laboral y seguramente habrá puestos de trabajo que van a desaparecer. Pero esto último no es algo precisamente nuevo en este mundo. Los cambios tecnológicos siempre han provocado cambios en la forma de trabajar. Aquellos que no acepten su uso, tarde o temprano van a quedar desplazados".
Y este investigador completa: "Para mí, herramientas como chatGPT o GitHub Copilot son asistentes, que aunque lejos de ser perfectos, me permiten ser mucho más productivo en mis tareas de investigación en el laboratorio. No usarlas hoy sería el equivalente a no querer usar Google en 2010. Como docente, yo hoy asumo que mis estudiantes van a hacer uso de esta tecnología, como lo hacían con Wikipedia hace apenas unos años atrás. No asumirlo sería como pretender que no usen el teléfono celular en clases".
El boom de ChatGPT, los nuevos vínculos y su asimilación
La irrupción de ChatGPT, que ha generado un verdadero boom en estos tiempos, terminó de instalar y darle más fuerza a los debates sobre la forma de vincularnos con las máquinas. En este sentido, Bromberg sostiene que "el vínculo se va a redefinir naturalmente, vamos a empezar a conversar con las máquinas, a la cafetera le pediremos que prepare un café, a la heladera que suba el frío para las cervezas y cuando respondan, y lo van a hacer inevitablemente, haremos una transferencia emocional con las máquinas. Entonces, tendremos una relación un poco más humana, hasta de cariño, pero todo esto es ficticio, ya que suena absurdo que uno pueda encariñarse con una máquina. Habrá quienes se confundan y este caso lo plantea muy bien la película Her, en donde el protagonista se enamora de su máquina y la máquina también, supuestamente, pero luego se entera que tiene conversaciones con otros humanos. Estas son cosas raras que van a pasar, son proyecciones falsas de nuestra emocionalidad".
Históricamente los procesos y los cambios culturales suelen llevar más tiempo. Generalmente ocurren en determinados centros y luego de un modo progresivo van cubriendo áreas cada vez más grandes. Pero con la tecnología todo se acelera, y los cambios se suceden frenéticamente y llegan de un modo casi instantáneo a cualquier punto. Alguien en Mayfair, la zona más elegante de Londres, puede tener acceso a los mismos consumos tecnológicos que un habitante de un suburbio en Delhi. La inteligencia artificial acerca a desarrolladores, gamers, compositores, productores, guionistas, amantes.
Bromberg sostiene que estas nuevas tecnologías estimularán la creatividad humana. "Se generarán otras posibilidades de contenidos, ya se vio con la electrónica, lo que pasó con la música permitió que más personas tuvieran la capacidad de producir música y de exponerla al mundo. Otro tanto ocurrió con Youtube. Esto dará chance de producir contenidos más ricos y complejos, la creatividad humana se podrá expresar y veremos cosas muy bellas, aunque también veremos cosas muy malas, sin creatividad profunda, pero bueno la tecnología permitirá todo esta expresión. Podremos escuchar y ver historias desde cualquier lugar".
Catania agrega: "La realidad es que hay que aceptar estos cambios. En el fondo tampoco tenemos muchas opciones. Podemos llorar y patalear al respecto, pero tarde o temprano los cambios nos pasan por encima. Pasó con la forma de compartir música a finales de los '90 con la creación de Napster. No importa cuánto quisieran impedirlo, la forma de acceder a la música cambió y las compañías necesitaron varios años para adaptarse y encontrarle una vuelta para seguir generando ingresos. Hoy pasa lo mismo con los algoritmos de inteligencia artificial. Estos algoritmos llegaron para quedarse. Algunos se opondrán a su uso y promoverán su desactivación bajo la excusa de pérdida de derechos de autor. Como es el caso de algunos artistas visuales que se quejan porque su trabajo fue utilizado para alimentar estos algoritmos y ahora se generan imágenes siguiendo el mismo estilo personal. La realidad es que tienen mucha razón y considero que su reclamo es justo. Lamentablemente, no hay mucho que se pueda hacer al respecto".
En tanto Vivas advierte sobre el problema de los "sesgos" en cuanto a la información que vierten desarrollos como el de ChatGPT. "Un riesgo concreto son los sesgos en la información. Si observamos, por ejemplo, herramientas de inteligencia artificial generativa, como Chat GPT, hace unos días su creador, Sam Altman, prometió públicamente corregir algunos de los sesgos que tiene la herramienta. Es normal que un modelo utilizado por tanta gente y alimentado por tanta información contenga ciertos sesgos, que en realidad son humanos y que tienen que ver con su entrenamiento. En estos volúmenes es muy difícil trabajar en corregir los sesgos. Usualmente los casos que se usan para explicar este tema son mucho más evidentes como la IA de reclutamiento que tenía un sesgo a favor de los hombres para puestos directivos. Pero en estos casos, es mucho más complejo que eso".
Mitos sobre la robotización
Un lugar común ubica a la robotización como máximo exponente de la tecnología. Pelotones de androides que nos sustituirán en diversos órdenes, que harán todo por nosotros, y que hasta incluso pueden llegar a exterminarnos, según la trama de la mítica Terminator. Pero esto no sería tan así.
"Fue un error de la ciencia ficción creer que los robots nos iban a quitar las cosas, todo fue demasiado andronogizado y hoy las máquinas pueden hacer el trabajo sin ser robots, no necesitan moverse como un humano, imitar a un humano, manipular como un humano, en muchos casos las máquinas actúan en el mundo real sin ser robots. Se trata de un proceso de mecatronización. La mecatrónica es mucho más acorde al gran impacto que va haber, la robótica es más acotada porque es humanoide, la mecatrónica estará, por ejemplo, en un horno cualquiera guiándonos para hacer mejor la comida. Tendrás esa conversación con el mismo horno de siempre", dice Bromberg.
Para terminar de desmontar este tipo de creencias y sus posibles impactos, Vivas pone el acento en el modo en que las empresas incorporen estas nuevas tecnologías para reinventar sus procesos productivos: "Es cierto que hay un riesgo en las empresas que están inmaduras en términos de entendimiento de cómo ejecutar correctamente los procesos de adopción de estas tecnologías. La diferencia entre una implementación apropiada que pueda generar valor y una que no, va a ser la existencia de un equipo con mirada ética sobre el impacto de este tipo de sistemas. Lo que esperaría es ver un aumento significativo del output productivo, muchas tareas lentas y difíciles se van a acelerar y simplificar. Esto lo veo hace mucho tiempo en las empresas con las que trabajamos".
¿Se está preparando a las nuevas generaciones en IA?
La educación en el uso de las nuevas tecnologías y su dimensión ética es un punto clave en la evolución de estos desarrollos. Existe un consenso entre especialistas en sistemas pedagógicos sobre la necesidad urgente de incorporar con un abordaje apropiado en las currículas la enseñanza y el uso de las IAs. De hecho en la UNCUYO, como planteó Catania, ya se trabaja en estos aprendizajes a través de carreras y materias afines que tratan tanto su implementación como una aplicación que no ponga en riesgo el bienestar social.
Entre los objetivos pedagógicos, Catania sostiene que "se les pide a los estudiantes que analicen distintos casos y ejemplos de aplicación y elaboren las posibles consecuencias en la comunidad desde distintos aspectos éticos. La realidad es que el área de desarrollo de algoritmos de inteligencia artificial viene preocupándose de esto hace ya un largo tiempo". Por su parte, Vivas cree que aún no se les da a las IAs la atención que se merecen desde la perspectiva educacional: "Esto es muy nuevo y los cambios no se dan tan rápido en el mundo de la educación. Trabajo en tecnología desde el año 2000 y desde aquella época veo necesidades insatisfechas de formación de estudiantes, por ejemplo, en temas de pensamiento computacional, conceptos clave para que puedan desarrollar las generaciones que están creando hoy tecnología y por supuesto que son usuarios muy activos".
La era del dominio de los algoritmos, ¿nos hará más libres o más esclavos?
Para el investigador Facundo Bromberg "ser esclavos significa que del otro lado hay una entidad que nos coerciona y nos limita, y en realidad esto nos va a dar más libertades y herramientas". De todos modos, admite, que puede que existan errores, pero aclara que "son errores que no dejan de ser temas de ingeniería, es un error que se puede corregir y a esa máquina que no funcione, se le cambiarán electrónicamente los circuitos. Puede pasar, pero las máquinas siempre responden a nosotros, no preveo un futuro en el que las máquinas se autoprogramen y no respondan a nosotros".
En tanto Vivas sostiene que "todo depende de nosotros. Lo mismo podríamos reflexionar sobre la televisión, yo crecí con la televisión liderando todo y conocí mucha gente que consumía todo el día cualquier contenido que ese medio difundiera. Creo que es muy importante entender cómo funciona la tecnología detrás de los algoritmos, que sepamos qué damos y qué nos da cada una de las aplicaciones que usamos para que trabajen a nuestro favor y no al contrario". Catania es más concluyente: "Estamos viviendo un maravilloso momento de avance en el área de las ciencias de la computación. En el corto plazo podremos disfrutar de muchos de sus beneficios de forma masiva y si bien existen algunos riesgos inherentes a todo cambio tecnológico, hay que adoptar el cambio tecnológico o pasar al olvido. No hay que tenerle miedo a la IA, hay que adoptarla masivamente".
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