Los dos principales sindicatos de España realizan movilizaciones en varias ciudades de ese país europeo este miércoles, como parte de la presentación del cronograma de acciones de protesta que llevarán a cabo para rechazar la propuesta de reforma constitucional que se adelanta para reducir el déficit de la nación. Tanto la UGT como la CO  han comenzado las protestas que se extenderán hasta el 6 de septiembre, justo un día antes de que se vote la reforma en el Senado. 
Ayer España abrió paso a una reforma de un artículo de la Constitución pactada en tiempo record por el Partido Socialista (PSOE) de José Luis Rodríguez Zapatero y el Partido Popular (PP) de Mariano Rajoy para limitar el déficit público y enviar un mensaje de tranquilidad a los mercados. La iniciativa recibió 318 votos a favor, 16 en contra y 2 abstenciones. De ese modo, el Congreso de los Diputados inició el trámite de discusión de un texto que rechazan la izquierda y los nacionalistas en el Parlamento, los sindicatos y el movimiento de “indignados”. Se espera que la reforma sea respaldada por la Cámara baja el viernes y la próxima semana reciba la aprobación definitiva del Senado.
La reforma express que Zapatero propuso el martes de la semana pasada y el viernes obtuvo el acuerdo de socialistas y conservadores incluirá en la Constitución española el cumplimiento de un déficit estructural máximo. Desde sectores de izquierda se rechaza la modificación porque considera que incluirá en la Carta Magna un principio neoliberal que condiciona las políticas sociales de los próximos gobiernos. “El (poder) constituyente tras esta reforma son los mercados y la especulación”, dijo el diputado de Izquierda Unida (IU), Gaspar Llamazares.
Toxo y Méndez, líderes de la CO y la UGT respectivamente,  acompañan las movilizaciones con una carta dirigida a los portavoces parlamentarios. “La propuesta es sumamente inconveniente pues anula o limita gravemente la capacidad de actuación de los Gobiernos”, escriben los máximos responsables sindicales. Para Méndez, la propuesta pactada por socialistas y populares “supone una ruptura del equilibrio constitucional, han enviado al desván la foto de los padres constitucionales”.
Para ambos, supone la claudicación ideológica de los socialistas, ya que asumen así una de las teorías ortodoxas económicas impulsadas desde los mercados, el Banco Central Europeo y gobiernos conservadores como el alemán, de Angela Merkel, y el francés, de Nicolas Sarkozy.
Ayer los "indignados" salieron a la calle nuevamente a manifestar su disconformidad. Más de un millar de personas reunidas en la Plaza del Sol decidieron convocar una marcha para mañana bajo el lema “Contra esta reforma de la Constitución: ¡Referéndum vinculante!