“Sin control, no estamos preparados”

Para Carlos Llopiz, director del Imeris de la UNCUYO, el último terremoto grave ocurrido en Mendoza fue en 1861. Entre esa fecha y hoy no se ha producido un evento similar que ponga a prueba las construcciones. La irresponsabilidad de la falta de inspección.

"Sin control, no estamos preparados"

Carlos Llopiz, director del Imeris

Sociedad

#11 - Sismopreparados

Edición U

Milagros Martín Varela

Publicado el 29 DE MAYO DE 2016

Carlos Llopiz es ingeniero y dirige el Instituto de Mecánica Estructural y Riesgo Sísmico (Imeris), inaugurado en 2006, de la Facultad de Ingeniería de la UNCUYO. Este espacio está abocado, entre otras cosas, a investigar y analizar estructuras edilicias con respecto al riesgo que pueden sufrir en situación de temblor o terremoto.

En este sentido, el especialista distinguió entre peligro y riesgo sísmico. El primer concepto hace referencia a determinada zona dentro de un territorio. En Argentina existe una escala que va del 1 al 4. Se considera que en la zona Este el peligro sísmico es reducido (número 1); que es moderado (número 2), por ejemplo, en Catamarca y San Luis; elevado (número 3) para una parte de La Rioja, de San Juan y de Mendoza y, finalmente, la zona más peligrosa (muy elevada, número 4 en la escala) es la del sur de San Juan y el norte de Mendoza.

Por otro lado, el riesgo tiene que ver con la vulnerabilidad de las construcciones. Es, según Llopiz, “la suma de peligro más vulnerabilidad”. Hay otros dos conceptos que deben ser distinguidos: la magnitud y la intensidad. La magnitud es la cantidad de energía liberada durante un terremoto y es independiente –es decir, que no mide– los daños que provoque. Esto permite que en distintos lugares del mundo se registre la misma magnitud al medir un mismo movimiento, de manera tal que si un terremoto se produjo en Chile y se mide en Argentina o en Japón, la magnitud coincidirá. En cambio, la intensidad se refiere al daño que un movimiento provoca en una determinada zona, y aquí se hace con una escala del 1 al 12.

Llopiz explicó que no se puede asegurar que Mendoza esté, en su aspecto edilicio, preparada o no para un terremoto, porque el último que causó daños graves fue en 1861. En consecuencia, las construcciones que se hicieron desde esa época no han sido testeadas. El especialista considera que puede haber muchos problemas desde el punto de vista constructivo, ya que es lo que se ha producido en distintos lugares en el mundo cuando ha pasado mucho tiempo entre dos terremotos de magnitud e intensidad altas.

En este sentido, hizo hincapié en que hay mucha incertidumbre e irresponsabilidad, ya que no se están haciendo los controles que corresponden a nivel nacional, provincial, ni municipal. Asimismo, dijo que los funcionarios y los profesionales también cargan con esa irresponsabilidad y que, sin control, no estamos preparados.

Acerca del Imeris

El Instituto de Mecánica Estructural y Riesgo Sísmico (Imeris) se divide en siete áreas, que abarcan la geología, el estudio de suelos, los modelos estructurales, los modelos analíticos, la dinámica experimental y los materiales, entre otros. El objetivo de su creación fue, y es aún, tratar la temática del riesgo sísmico para lograr minimizar los efectos de los terremotos. Además, dictan cursos de capacitación para profesionales.

Uno de los últimos trabajos, y de mayor impacto, que hizo el Imeris fue un proyecto de diseño de refuerzo para el edificio del Poder Judicial. Se hicieron estudios, ensayos sobre algunas partes del edificio y la tercera etapa fue la presentación de proyecto.