Sergio Salgado, exintendente del departamento de Santa Rosa, será juzgado en los Tribunales del Este el próximo 7 de mayo por la causa que investiga el destino del dinero recaudado en la playa de estacionamiento de la megaferia La Salada. Esta fue la primera causa de varias que llevaron al exfuncionario a la renuncia como mandatario de la comuna, su procesamiento y la posterior prisión.

En particular, en este expediente se pretende llegar a la conclusión acerca de si el destino de ese dinero fue a parar al bolsillo de Salgado o al de las entidades sociales que debían ser beneficiarias. El juicio será en los tribunales de San Martín entre el 7 y el 11 de mayo próximos. El exintendente estuvo en la cárcel de San Felipe durante ocho meses en 2016. En noviembre de ese año, la Suprema Corte de Justicia revocó la prisión preventiva, por lo que al momento se encuentra en libertad, aunque aún está imputado.

El caso

El periodista Enrique Pfaab detalló en una nota publicada en Diario UNO que en 2012, Jorge Castillo -"el rey de La Salada"- comenzó a intentar desembarcar en Mendoza. No tuvo éxito en Guaymallén y Salgado le dio todas las facilidades para que pudiese instalarse en Santa Rosa. Una de esas comodidades fue la suscripción de un acuerdo entre ambas partes y no cobrarle a la megaferia el impuesto municipal, en tanto que la Comuna se hizo cargo de la administración de la playa de estacionamiento, ubicada dentro del mismo predio. El dinero recaudado allí sería donado, en teoría, a alguna organización social.

Sin embargo, el control de cuánto se recaudaba y qué se hacía exactamente con ese dinero era casi inexistente o, al menos, difuso. Salgado y Castillo terminaron enfrentados cuando el primero fue acusado de irregularidades en el Municipio. El segundo se sumó a las acusaciones cuando el exintendente le reclamó el pago de tasas nunca acordadas formalmente.

El delito del que se acusa a Salgado es el de concusión, es decir, se lo señala por haber inducido a la víctima mediante mentiras a obtener un provecho económico indebido tanto para sí mismo como para un tercero. Esa manipulación sobre la víctima es siempre de carácter moral, aunque algunos autores entienden que la concusión puede ser de carácter violento o fraudulento.

Este delito tiene una pena de hasta tres años de prisión, pero cabe recordar que el fiscal Santiago Garay ha abierto otros expedientes en los que también se acusa a Salgado por otros delitos. Además, ya fue condenado a prisión por seis meses, en 2017, por violencia de género contra su expareja, Bárbara Dorcemaine, quien es testigo de la causa de La Salada al declarar que el dinero recaudado en la playa de estacionamiento llegaba "todos los fines de semana, dentro de una caja de zapatos".