Ser de Bolivia en Mendoza

Cerca, Bolivia siempre estuvo cerca de Mendoza por la constante llegada de personas de ese país a nuestra provincia, para trabajar de manera temporal o para quedarse a vivir. Las historias de migrantes de Bolivia son múltiples y, en general, bastante cuesta arriba: indocumentación, trabajos informales, discriminación. Edición UNCUYO recogió testimonios de personas bolivianas para saber cómo es hoy la vida de quienes residen en la provincia y vienen de la Bolivia de Evo Morales y Álvaro García Linera, quien el lunes recibió el Honoris Causa de la Universidad Nacional de Cuyo.  

Ser de Bolivia en Mendoza

Sociedad

Unidiversidad

Laura Fiochetta - Fotos: Axel Lloret

Publicado el 02 DE JUNIO DE 2014

“No sabemos exactamente cuántos somos”, dice Juan Carlos Gutiérrez, presidente de la Comunidad Boliviana de Luján de Cuyo a Edición UNCUYO. Con esa frase refleja una situación que se repite desde hace años en la comunidad: una gran mayoría viene a la provincia a hacer trabajos temporarios, vinculados a la cosecha vitivinícola, y se va. “Nosotros en Luján calculamos que debemos ser 12 mil, si tenemos en cuenta Ugarteche, Carrizal, Nueva Colonia, Agrelo y Vistalba que son los lugares donde hay más bolivianos/as”, cuenta. 


“Desde los años 60 venimos migrando a la provincia. En esa época se dio una gran migración de gente de la comunidad de Potosí. Se pagaba mejor y se tomaba en cuenta al migrante boliviano porque era muy trabajador, hacía un trabajo más agrícola que vitivinícola. Eso ha cambiado”, comenta Gutiérrez.


La gran mayoría de las personas que vienen de Bolivia a trabajar lo hace por un tiempo limitado. “Muy pocos se quedan, calculamos el 30 por ciento. Quienes lo hacen es para trabajar tierras en Nueva Colonia, en los últimos años también en San Carlos y el Cordón del Plata, donde hay tierras agrícolas. Un lugar donde solo viven personas de Bolivia y ya no vienen a trabajar de manera temporal es Ugarteche”, explica. Claro, el límite del tiempo es el fin de la cosecha.


¿Cuál es la formalidad del trabajo de las personas que vienen de Bolivia en un país, como Argentina, que ha levantado en los últimos años las banderas del registro y la formalidad laboral?Gutiérrez sostiene: “Sigue siendo en negro. Con nosotros se ha avanzado poco. Muchos empresarios toman treinta personas y tienen tres en blanco. O se da también que te pagan un mes de aportes y esos mismos aportes después se lo trasladan a otra persona que te reemplaza en el trabajo”.


Otro de los inconvenientes que sufren quienes vienen de Bolivia es el pago. “La nueva corriente golondrina prefiere trabajar al tanto. Te pagan en negro entre 600 y 800 pesos, y eso se prefiere a 150 pesos de manera estable”, describe Gutiérrez.

  

Otro de los problemas históricos es la indocumentación. “El Consulado está avanzando con eso, especialmente porque en agosto hay elecciones”.


Dalmiro Condory llegó a Mendoza en 2009 y se quedó. “Desde siempre somos valorados en Mendoza por ser muy trabajadores, por la manera de trabajar”, avisa. “Hasta el año pasado, éramos 350 mil en la provincia”, cuenta.


Respecto de la situación de la comunidad, Condory destaca “las luchas en la calle que incluyeron cortes de ruta”, que les han permitido tener mejores condiciones. “Tenemos más acceso a documentos, pero lamentablemente salen con errores muchas veces, lo que hace que todo sea más lento”, comenta.


Condory pide más protección por parte del consulado. “Ha mejorado, pero no siento que defienda a la comunidad boliviana. Nosotros muchas veces sufrimos abusos por parte de la policía y el consulado poco hace”, denuncia. También cuestiona a las colectividadades: “Son generalmente grupos que son hijos de bolivianos, gente que ha estudiado y que no representa a quienes venimos de allá”. 

El Gobierno de Evo Morales es destacado por Condory. “Apoyo totalmente al Gobierno de Evo por todo lo que está haciendo por el pueblo boliviano”, termina.


La experiencia de las mujeres

La socióloga de la Universidad Nacional de Cuyo María Victoria Martinez Espinoza, en su tesis de grado de 2010 analizó “La experiencia migratoria de mujeres bolivianas residentes en Mendoza”. Entre las conclusiones de la tesis, a la que accedió Edición UNCUYO, se encuentra la importancia que tienen los factores de género en la comunidad y su peso determinante en el modo de vida.

 

Martínez Espinoza dice en su tesina: “De manera privilegiada, en nuestro trabajo, los factores de género que influyeron de manera decisiva en la migración de las mujeres están dados por las rupturas en las relaciones de pareja, como resultado de vivencias negativas de las que las mujeres han querido alejarse. Es decir, podemos interpretar que las relaciones de pareja han constituido un elemento represivo para las mujeres en sus lugares de origen. A partir de esas rupturas, varias de las mujeres entrevistadas decidieron migrar a Argentina. La densidad de los relatos analizados deja entrever que la migración es una experiencia vital de gran impacto en las subjetividades de las mujeres. En el caso particular de este estudio, pudimos captar, aunque sea fragmentariamente, la complejidad de la experiencia migratoria a través de las emociones que las entrevistadas manifestaron con sus palabras, sus gestos y algunas lágrimas por momentos”.


Respecto de las experiencias, en la tesina se resalta: “Una de las más importantes en este sentido ha sido la vivencia de la mayoría de las entrevistadas de emprender la migración con sus hijos y sin los cónyuges. Este hecho ha significado que el establecimiento en Mendoza fue una etapa dificultosa, marcada por el intenso trabajo en condiciones precarias y por la ayuda recibida de los familiares más cercanos (padres o hermanas y hermanos), asentados en la provincia en años anteriores”.


Sobre el futuro en la provincia de Mendoza, la tesis arrojó como conclusión: “Un último aspecto que queremos poner de relieve es que las mujeres entrevistadas han protagonizado el fenómeno estudiado en tanto agentes activas con proyectos de mejorar sus condiciones de vida, de modo que han dirigido todos sus esfuerzos a perseguir objetivos de superación para sus vidas y las de sus hijos e hijas, fundamentalmente. Con esta afirmación queremos tener presente, junto con los aspectos macrosociales, la agencia migrante de las 148 mujeres, es decir, su capacidad de proyectar distintas situaciones para sus biografías personales y llevar a cabo todas las acciones posibles para lograr sus objetivos”.


Al trabajo completo se puede tener acceso a través de la web de la biblioteca virtual de la Universidad Nacional de Cuyo: http://bdigital.uncu.edu.ar/objetos_digitales/4469/tesismartinezespinola-experienciasmigratorias.pdf

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