Aunque el episodio en el que resultó herido un perro en una manifestación de empleados municipales reavivó el reclamo, la diputada provincial Beatriz Varela (UCR) ya venía trabajando desde hace seis meses en la redacción de un proyecto de ley para prohibir la pirotecnia. Consultada por Unidiversidad, la legisladora manifestó que la motivó “la cantidad de personas que se accidentan con la pirotecnia, las personas adultas con Alzheimer o demencia senil a las que los estruendos les hacen mal; también los niños autistas, los niños con problemas psiquiátricos y los animales”.

"Más allá de lo que le pasó al perro, que todos lo lamentamos y lo sufrimos, si le hubiera pasado a una persona que iba caminando, si hubiera pasado un periodista, estaríamos hablando de otra cosa mucho más grave", opinó.

El proyecto ya estaba armado cerca de las fiestas de fin de año, momento del calendario de mayor consumo de estos productos, pero decidieron estirarlo para “no perjudicar a nadie” y porque “faltaba reunirnos con las distintas instituciones y hacer las diferentes consultas para ver qué grado de acuerdo había sobre el proyecto”, según declaró la diputada. Varela contó con la colaboración del secretario de Ambiente, Humberto Mingorance, con quien establecerá los montos de las multas que se les aplicarán a los infractores. Adelantó que “para los comerciantes primero habrá una multa y, la segunda vez, la clausura del negocio. Para los padres que les proporcionen a los niños pirotecnia también habrá sanción”.

La diputado confirmó que fueron consultadas protectoras de animales, algunas instituciones de niños autistas, médicos gerontólogos, psicólogos y psiquiatras.
 

Excepciones

La ley, en el caso de ser aprobada, también contará con excepciones: podrán utilizar los fuegos artificiales fríos los municipios, las fiestas regionales y la Fiesta Nacional de la Vendimia. El proyecto considera que en estas ocasiones la manipulación de los fuegos artificiales por parte de especialistas dará la seguridad que no está garantizada cuando son operados por particulares.  

Varela usó el historial de campañas de concientización sobre la pirotecnia en la provincia como base para la legislación, aunque estas no hayan tenido “mayores resultados”. “Hay años que es mayor, hay años que es menor la incidencia de la pirotecnia. Pero en general se atribuye la mayor o menor compra a lo económico, no a lo cultural”, argumentó. Esta es la reflexión a la que la diputada le atribuye el origen del proyecto y espera que, a partir de su aplicación, el motivo de la disminución de los explosivos sea porque los ciudadanos sean conscientes del daño que les causa a personas y animales.

En cuanto al posible florecimiento de un mercado negro alrededor de la prohibición, la diputada desestima que sea posible: “Hay dos o tres familias conocidas en Mendoza que se dedican a la pirotecnia. Si no los venden ellos, ¿quién se los va a vender?”, razonó.

Se espera que en 15 días el proyecto final sea presentado y que, por la mayoría oficialista en las cámaras, no haya mayores inconvenientes para que sea aprobado.