El último viernes el auditorio Juan Draghi Lucero de la radio pública se vio repleto de chicos de entre 13 y 15 años que ansiosos proyectaron sus cortos de ficción basados en casos de misterio. De esta manera, música de suspenso e imágenes terroríficas montadas por los mismos estudiantes crearon en la sala un verdadero clima de pavor durante las casi tres horas que llevó la proyección.

Los chicos de 8 y 9 año de las escuelas Normal Tomás Godoy Cruz, ISEP y Nuestra Señora de la Consolata, fueron los  pequeños cineastas que comenzaron a trabajar en sus proyectos audiovisuales a mediados de agosto. Filmadoras caseras y cámaras de celulares fueron los recursos por excelencia. Pero tampoco faltaron para dar los detalles finales - tales como el sonido y la edición -  las computadoras otorgadas por el gobierno Nacional a través del Plan Conectar Igualdad.

La referente de ANdeNES Mendoza y gestora de la inciativa, Karen Minasi, contó a NU Digital que la idea fue poner en práctica las posibilidades que abre la nueva ley de medios, y hacer visible la utilización de las neetbooks que han recibido de parte del Estado los chicos  a lo largo del año.

“Muchos profes se planteaban qué utilidad darle a las computadoras siempre al servicio del aprendizaje. En respuesta se me ocurrió armar este festival de cortos de misterio y demostrar que los chicos dan uso productivo a la tecnología; ya que siempre se los cuestiona en este sentido”, explicó.

Las docentes Mariana Mora y Carolina Ríos estuvieron a cargo de la parte técnica y se encargaron de proveer a los chicos de los conocimientos básicos de filmación, guión y edición. Junto a ellas, Karen elaboró un cuadernillo con una metodología de enseñanza de cómo hacer un producto audiovisual que fue presentado a los alumnos en agosto y que finalmente en viernes pasado presentó públicamente sus frutos.

En total se expusieron 17 cortos “de miedo”, como prefirieron calificarlos los chicos.  Apariciones espectrales y asesinos seriales fueron las representaciones más utilizadas por los creativos. “Los chicos se dividieron en grupos de entres 5 y 6 integrantes y hacia el inetrerior de cada equipo se distribuyeron los roles de directores de filmación, sonidistas, actores, guionistas y editores”, contó la profesora Minasi.

“A partir de allí ellos fueron buscando qué utilidad darle a sus recursos más cotidianos para lograr los efectos que buscaban. Para eso tuvieron que poner en juego toda su creatividad y hacer de una filmación a través de un celular un corto digno de exhibirse en pantalla grande”, aseguró. Agregó que “muchos sacaron a la luz también sus dotes actorales", que sin dudas fue lo que más contagió de algarabía la sala durante la proyección.

Hombres sin cabeza, sangre por doquier, luces incandescentes que desaparecen repentinamente, fueron las imágenes más recurrentes para promover en los espectadores la sensación de miedo. “Justamente elegimos que fueran cortos de misterio porque es el enganche para los chicos de esta edad. Y que sean cortos y no largometrajes para que pudieran participar la mayor cantidad posible de alumnos”, explicó Karen.

Además, destacó la participación de las familias de los propios chicos en los proyectos y hasta de los vecinos – ya que muchas historias fueron grabadas en plazas barriales y en alrededores de las casa de los alumnos- . “Esto es lo que hace a la verdadera comunicación comunitaria, el involucramiento de todos en el proyecto. Por eso nos sentimos orgullosas de que todo haya resultado como esperabamos y más”, expresó.

El festival culminó con la premiación de los cortos, aunque todos recibieron menciones. El jurado estuvo compuesto por la directora de cine y directora del Centro Cultural y Político Juan Draghi Lucero de Radio Nacional Mendoza, Valeria Roig;  el encargado del Cine Móvil,  Ariel Blasco;  y el responsable de La Vaca Producciones, Mario Ávila.

Finalmente, la referente señaló que tienen previsto reeditar el proyecto cada año para dar posibilidad de participación a todas las escuelas de la provincias.

Las experiencias

Agustina y Florencia de noveno año del colegio ISEP estuvieron a cargo de los cortos “El misterio de la ruta 60”y “El viaje inesperado”, respectivamente.

El primer audiovisual  “trata de una mujer a la que le informan que sus dos hijos han sido decapitados y a partir de allí empieza a averiguar hasta que las pistas la llevan hacia el Futre”, contó Agustina.

“Lo hicimos entre 5 compañeras y nos juntamos en la casa de una de ellas para grabar”. Si bien la alumna expresó que se divirtieron un montón en el proceso de realización, reconoció que tuvieron momentos de preocupación en los que necesitaron la ayuda de las profesoras.

“Nuestra profe nos fue dando ideas porque nunca habíamos hecho un trabajo así. Gracias a ella aprendimos que la cámara tiene que estar quieta, a hacer voz en off y que resulte clara. Para eso entendimos que era mejor grabar por separado todo, a través de un micrófono en la compu”, dijo Agustina.

Para Florencia lo más dificultoso fue la edición, mientras que lo más novedoso fue aprender a manejar el tema de la luz y del color. “Tuvimos que aprender a balancear los blancos para que no se quemara tanto la imagen con la luz del sol”, detalló.

Consultada sobre la historia que cuenta “Un viaje inesperado” dijo que se “trata de un grupo de amigas que hacen un viaje por el interior de la provincia y empiezan a suceder cosas raras, entre esas la aparición del Futre”. Este personaje se convirtió en el común denominador de muchos de los relatos audiovisuales que formaron parte del festival.