Cierre de la AFIP: ¿qué cambia y qué pasará con el monotributo?
Análisis económico de la actualidad argentina junto a la economista Carina Farah.
24 DE OCTUBRE DE 2024
El periodista involucrado en la causa de extorsión y asociación ilícita, junto al fiscal Carlos Stornelli y el espía Marcelo D'Alessio, habló en exclusiva con el director del diario "Perfil". Entre el "mea culpa" por errores y la insistencia en su inocencia.
Foto: Diario Perfil
En un extenso reportaje con el CEO de Perfil Network, Jorge Fontevecchia, el periodista de Clarín, Daniel Santoro, admitió errores, pero reafirmó su honestidad, y contó cómo fue su vínculo con Marcelo D'Alessio. En ese tramo de la entrevista hecha por el diario Perfil, que pudo verse completa este domingo en Periodismo Puro por Net TV, el periodista habla sobre las acusaciones en su contra que apuntan a que es "agente de la KGB".
Cuando te dicen que vos eras agente de la KGB, ¿podría ser que parte de la conexión con eso es que el padre de tu señora estaba relacionado con la misma? Si podés explicar mejor cómo conociste a tu esposa, quién era el padre...
Mi esposa vino junto con una gran cantidad de inmigrantes rusos y bielorrusos, yo la conocí en 2004. ¿Decir que mi suegro era jefe de la KGB? Mi suegro era medio sordo y no hablaba español. Si los rusos lo mandaron acá, de esto los muchachos saben.
A mí me consta que tienen la mejor dirección de español de todos los Estados del mundo.
¿Te puedo robar 5 minutos?
Sí.
Yo no soy marxista-leninista, mi personaje favorito es Trosky. Siempre lo fue, desde el colegio y luego en la facultad. Mi suegro es un sobreviviente de Leningrado, mi suegro es hijo de un militante del partido comunista francés. En el año 17 mandan un tren con voluntarios, llega la Revolución con todos sus artistas; los apoyan, viene la Guerra Civil, período del terror, y el padre de mi suegro, francés, era leninista; los estanlinistas lo fusilan. La madre de mi suegro desapareció. Los cuatro hermanos que dejó el francés eran el enemigo del pueblo, entonces un leninista que estaba con ellos se los llevó a Siberia. Vivieron junto con otros rescatados en una cueva por dos años. En el año 41 se estabiliza, le cambian los nombres, y el ruso que les daba de comer les dice: "Bueno, los llevo a Leningrado de vuelta", y los deja en un orfanato. A los dos meses, los nazis bloquean el Leningrado. Comen 100 gramos de pan por día, sacan las bombas del techo (se le quiebra la voz y humedecen los ojos). Mi suegro terminó con el Síndrome de Leningrado, no podían parar de comer.
Fue el más largo ese bloqueo, creo que dos años duró.
Fue todo el bloqueo, pero hubo 6 meses que no entró nada. Murieron, de 6 millones de habitantes, 1 millón, de hambre y de frio. El hermano mayor los obligó a estudiar, porque de ahí salían o ladrones o militares (se le vuelve a quebrar la voz y directamente continúa llorando). Todos estudiaron, todos son profesionales. Mi suegro fue militante comunista toda su vida y lo decía con orgullo. Como mi papá, que fue peronista y yo, militante de la Juventud Peronista también. Para mí fue un orgullo haber sido militante en la época de la transición a la democracia. Por eso, la bajeza de decir que fui un espía me duele en el alma.
Y asumiste el error de haber dejado entrar a D'Alessio a tu ámbito familiar. ¿Cómo fue tu relación con las fuentes en tu extensa carrera? Me gustaría entrar en aciertos y errores para transmitirlo a los nuevos periodistas.
Acá lo que está en juego, primero, es la resolución del juez Ramos Padilla donde dice que la coordinación de una entrevista puede ser un plan criminal, Jorge, o el intercambio de datos. Dejame decirlo, el off the record es lo que más me ha dado información en mi vida.
Mi pregunta va directo a si tuviste una relación similar a la que tuviste con D'Alessio.
Fue algo fuera de lo normal, a mí 2 o 3 veces por semana vienen a verme locos, gente que te pasa datos, anónimos, documentos, y es mi trabajo recibirlos a todos. De esas, son muchas vías de poder.
¿Debe un periodista de investigación crear un vínculo amistoso con una fuente?
Con personajes como D'Alessio no se debe hacer, yo eso lo leí en Los Angeles Times. Ellos propusieron sacar el off the record, que sería genial, luego el Washington Post contó que Sadam Hussein tenía armas de destrucción masiva y dijieron que el editor debe saber quién es la fuente del periodista que va a ser publicado.
Yo recuerdo que Jack Anderson comentaba explícitamente que se debía mantener distancia con las fuentes, inclusive para estar alerta ante posibles engaños.
Yo viví el caso de que me pincharan el GPS, los emails, me amenzaron de muerte, son cosas que te duelen. Estamos solos, hay momentos de la vida en los que estás solo con una persona y te da miedo. No hay que dejar que la fuente conozca nuestro perfil psicológico.
Sé que es un momento difícil, así que valoro enormemente que estés acá con nosotros. Empecemos tratando de entender quién es Marcelo D’Alessio para vos.
Marcelo D’Alessio es un extorsionador que parece salido de un cuento de Fiodor Dostoievski. Por un lado, te habla de la amistad, de la familia, con una verborragia, con una rapidez, casi con incontinencia verbal. Por otro lado, usó mi nombre sin mi conocimiento ni mi autorización para extorsionar gente. Se necesita una mentalidad realmente muy compleja, con dos caras, para poder haber hecho una cosa de ese tipo.
¿Cómo era el D’Alessio que vos conocías cuando todavía no habías descubierto que era esto que decís que es?
A D’Alessio lo conocí a fines de 2016. Me lo presentó un periodista de Policiales de Clarín. D’Alessio conoce a más de veinte periodistas. No los voy a nombrar, porque hoy es como la mancha venenosa. Esta entrevista va por un abismo muy difícil: el lugar hasta donde se puede romper el secreto profesional, el límite de lo que se puede contar. Por eso no los voy a nombrar. Pero como no tengo nada que ocultar, intento contarle a tu audiencia qué es lo que pasó. D’Alessio es una de las más de cien fuentes de información de Tribunales –y no exagero cuando digo esto–. Lo conocí durante dos años. Pero hay periodistas que lo conocen desde antes de ese lapso. Me lo presentaron para hablar cuestiones de narcotráfico relacionadas con el Triple Crimen. En ese momento, había escrito el libro La ruta de la efedrina y realmente sabe de narcotráfico. Sé que decir esto es políticamente incorrecto, ya me han criticado diciendo “Santoro habla con admiración de D’Alessio”. Pero no lo digo con admiración; digamos, hablo de los hechos. Para mí también sería fácil decir ahora que es la peor cosa, todo lo malo. Pero no nos acercaríamos a la verdad. El tipo sabe de narcotráfico, lo he visto en fotos de entrevistas con familiares de Los Monos...
Podés leer la entrevista completa en el siguiente enlace:
Entrevista a Daniel Santoro: 'Jamás di datos para hacer inteligencia'
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