Santiago Barbuy: diseño por el sendero del sol
Vinculado a los artistas de vanguardia que brillaron en la Mendoza de los años 50, Santiago Barbuy potenció todo tipo de herramientas pedagógicas, de invención y de creatividad a la largo de múltiples experiencias en el Perú. El diseñador, curador y presidente de la Fundación del Interior, Wustavo Quiroga le siguió el rastro a esta suerte de hombre renacentista en suelo latinoamericano y rescató por primera vez su legado en este artículo publicado en el último número de la Revista 90+10.
Santiago Barbuy: Foto Gentileza Fundación del Interior
Recorrer la trayectoria de este maestro del diseño latinoamericano solo resulta posible con la ayuda de Leonardo, su hijo, quien nos propone comenzar en Córdoba, atravesar Mendoza y subir por Chile hasta Perú para conocer los hallazgos y aportes que realizó un artista integral como su padre.
Leonardo lo recuerda multifacético: “Probablemente el perfil más cercano que conozca de un hombre ‘renacentista’. Inventor, interesado en temas de física, biología, ergonomía, antropometría, sociología, filosofía, pedagogía, poesía, pintura, escultura, diseño industrial, arquitectura, entre muchos otros. Hábil y creativo en todos esos campos”.
Comienzos iniciáticos
Santiago nace en Córdoba en 1926. Este hijo de inmigrantes italianos crece rodeado de naturaleza mientras interactúa con su padre agricultor y ganadero, creador por oficio de máquinas, herramientas e inventos.
En los años 50 se traslada a Mendoza para estudiar y trabajar en la Universidad Nacional de Cuyo, circunstancia que lo vincula al profesor César Jannello como también a colegas vanguardistas como Leonor Rigau, Filomena Moyano, Marcelo Santángelo, José González y, quien será su esposa por varios años, Julia Salo.
De joven se involucra en la pedagogía y participa de la fundación del “Taller infantil de estética” para el que crea diseños de mobiliario, juguetes, material didáctico y decoraciones. De forma independiente, produce una variada cantidad de muebles como sillas, sillones, estanterías, mesas. En 1952 realiza para la UNCuyo la obra “Los Magos, fiesta y adoración”, en la que proyecta diseño gráfico, escenografía y experimenta con el teatro no convencional, al mejor estilo Bauhaus. Diseña afiches y programas para el “Ciclo de Música Contemporánea”, donde al igual que en la implementación de la Feria de América, se destaca por una elevada síntesis formal y calidad comunicativa.
Cruzar la cordillera, ampliar los límites
Cuentan en el pueblo que “René (N.de la R. es su segundo nombre) estaba en cosas raras, que trataba de ampliar su campo espiritual”. Barbuy conoce a Santiago Bovisio, italiano iniciador del movimiento espiritual Caballeros Americanos del Fuego Hes (CAFH). “Mi padre se hace discípulo suyo, convirtiéndose luego en un representante importante del movimiento emergente junto con Jorge Waxemberg. A mediados de los años cincuenta viaja a Chile para fundar la sede del CAFH y luego a Perú, ya a finales de los sesenta, con el mismo objetivo”, explica Leonardo. Tiempo después, Barbuy se retira de la orden para seguir su propio camino.
Es evidente que las búsquedas de Santiago escapan a los entendimientos tradicionales de ese momento (y tal vez actuales). La consideración espiritual como componente del diseño, la reflexión activa como herramienta de planificación y la enseñanza abierta, solidaria e inclusiva como base creadora, son algunos de los tópicos que se enuncian a la largo de su vida.
El trabajo infantil es para la pareja Salo-Barbuy uno de sus principales intereses y el arte, su herramienta. Sus inquietudes pedagógicas se expanden hasta Perú, donde deciden asentarse y profundizar en el “taller inicial” o la “escuela callejera”. Difunden valores como “descubrir lo mágico, valorar la naturaleza, experimentar la forma y el color, vivir con intensidad y manifestar la creatividad.”
Perú, biodiversidad y sociedad viva
En Lima funda la “Oficina de Diseño Industrial” (ODI), un espacio para proyectos de tablero y taller. La producción que realiza en esta Oficina resulta un capítulo fundacional en la historia proyectual del Perú. El cúmulo de creaciones materializadas y bocetadas, más los múltiples ensayos teóricos publicados o editados personalmente, constituyen un patrimonio que debe conservarse y difundirse, con el fin de otorgarle a Barbuy la debida importancia en la historia del diseño latinoamericano.
Leonardo nos comenta sobre el desarrollo de algunos diseños: “Creó instrumentales técnicos para dibujo, entre ellos la invención patentada de las denominadas ‘reglas paralelas’ y otras variantes para el diseño en escritorio. […] Su fábrica estaba equipada con maquinarias ideadas por él. Creó un ‘sistema de componentes en miniatura’ con el que se podían armar máquinas a escala según las necesidades del cliente para luego ser realizadas a tamaño real. […]
"Continuó con el desarrollo de mobiliario, proyectando asientos para diversos fines. La ergonomía fue un aspecto considerado en todas sus creaciones de tal relevancia que investigó y publicó ‘Manual Antropométrico del Hombre Peruano’, única publicación sobre esta temática en Perú. […]
"Diseñó la ‘Vivienda Viva’: un sistema de vivienda modular para ser edificada según las necesidades de cada familia con posibilidad de ser transformada rápidamente.” “También planificó espacios esféricos donde ubicaba puestos de trabajo o creaba un entorno para el aislamiento y la concentración, necesarios en el proceso de génesis. Estos proyectos se ven acompañados de escritos, algunos bellamente ilustrados como ‘arquitectura del futuro’, donde indaga en diversas tipologías de hábitats para el ser humano. […]
"En diseño gráfico siguió su desempeño. Efectuó la promoción tanto de sus inventos como de cursos pedagógicos y diseñó piezas editoriales a cargo de las cubiertas, interiores e ilustraciones”. […] Además, diseñó material didáctico bajo fines diversos para la educación inicial. Realizó diversos diseños que no fueron ejecutados: desde un parque recreacional con atisbos 'futuristas' hasta una 'Escuela de la convivencia' con distintos pabellones. Publicó junto a Julia Salo 'Tierra, Agua, Aire, Fuego' sobre las experiencias del Taller Inicial”.
Nacer con el sol, morir con la luna
En 1984 fallece Julia; al año siguiente conoce a Ana María La Torre, con quien dan vida a Leonardo.
El comienzo de un nuevo período junto a su hijo e hijos del espíritu (como Barbuy denominaba a los niños que pasaban por sus experiencias formativas) se intensifica por su aporte en jóvenes universitarios. Leonardo recuerda: “En ese momento se dedica a la enseñanza del Diseño Industrial, haciéndose cargo de la especialidad y dándole forma y vida sin precedentes en la Pontificia Universidad Católica del Perú. Además, enseña temas de diseño en distintos institutos y academias”.
A principios de los años 90, lo aquejan problemas de salud. Debido a ello, ODI, el Taller Inicial y la fábrica dejan de funcionar. Su cuerpo se ve afectado por una parálisis parcial que le quita sensibilidad. Como consecuencia, inicia un camino ascético que tiene un punto de quiebre en el 2003, año en que se “auto-exilia” dimitiendo a toda actividad pública. Lleva a cabo su ruta ascética renunciando a los bienes materiales bajo el lema de “Un día una vida: nacer con el sol, morir con la luna”.
En el 2010 fallece, siendo para muchos un ejemplo de vida espiritual dedicada a los diferentes intereses de la vida humana, además del diseño.
Leonardo lo recuerda multifacético: “Probablemente el perfil más cercano que conozca de un hombre ‘renacentista’. Inventor, interesado en temas de física, biología, ergonomía, antropometría, sociología, filosofía, pedagogía, poesía, pintura, escultura, diseño industrial, arquitectura, entre muchos otros. Hábil y creativo en todos esos campos”.
Comienzos iniciáticos
Santiago nace en Córdoba en 1926. Este hijo de inmigrantes italianos crece rodeado de naturaleza mientras interactúa con su padre agricultor y ganadero, creador por oficio de máquinas, herramientas e inventos.
En los años 50 se traslada a Mendoza para estudiar y trabajar en la Universidad Nacional de Cuyo, circunstancia que lo vincula al profesor César Jannello como también a colegas vanguardistas como Leonor Rigau, Filomena Moyano, Marcelo Santángelo, José González y, quien será su esposa por varios años, Julia Salo.
De joven se involucra en la pedagogía y participa de la fundación del “Taller infantil de estética” para el que crea diseños de mobiliario, juguetes, material didáctico y decoraciones. De forma independiente, produce una variada cantidad de muebles como sillas, sillones, estanterías, mesas. En 1952 realiza para la UNCuyo la obra “Los Magos, fiesta y adoración”, en la que proyecta diseño gráfico, escenografía y experimenta con el teatro no convencional, al mejor estilo Bauhaus. Diseña afiches y programas para el “Ciclo de Música Contemporánea”, donde al igual que en la implementación de la Feria de América, se destaca por una elevada síntesis formal y calidad comunicativa.
Cruzar la cordillera, ampliar los límites
Cuentan en el pueblo que “René (N.de la R. es su segundo nombre) estaba en cosas raras, que trataba de ampliar su campo espiritual”. Barbuy conoce a Santiago Bovisio, italiano iniciador del movimiento espiritual Caballeros Americanos del Fuego Hes (CAFH). “Mi padre se hace discípulo suyo, convirtiéndose luego en un representante importante del movimiento emergente junto con Jorge Waxemberg. A mediados de los años cincuenta viaja a Chile para fundar la sede del CAFH y luego a Perú, ya a finales de los sesenta, con el mismo objetivo”, explica Leonardo. Tiempo después, Barbuy se retira de la orden para seguir su propio camino.
Es evidente que las búsquedas de Santiago escapan a los entendimientos tradicionales de ese momento (y tal vez actuales). La consideración espiritual como componente del diseño, la reflexión activa como herramienta de planificación y la enseñanza abierta, solidaria e inclusiva como base creadora, son algunos de los tópicos que se enuncian a la largo de su vida.
El trabajo infantil es para la pareja Salo-Barbuy uno de sus principales intereses y el arte, su herramienta. Sus inquietudes pedagógicas se expanden hasta Perú, donde deciden asentarse y profundizar en el “taller inicial” o la “escuela callejera”. Difunden valores como “descubrir lo mágico, valorar la naturaleza, experimentar la forma y el color, vivir con intensidad y manifestar la creatividad.”
Perú, biodiversidad y sociedad viva
En Lima funda la “Oficina de Diseño Industrial” (ODI), un espacio para proyectos de tablero y taller. La producción que realiza en esta Oficina resulta un capítulo fundacional en la historia proyectual del Perú. El cúmulo de creaciones materializadas y bocetadas, más los múltiples ensayos teóricos publicados o editados personalmente, constituyen un patrimonio que debe conservarse y difundirse, con el fin de otorgarle a Barbuy la debida importancia en la historia del diseño latinoamericano.
Leonardo nos comenta sobre el desarrollo de algunos diseños: “Creó instrumentales técnicos para dibujo, entre ellos la invención patentada de las denominadas ‘reglas paralelas’ y otras variantes para el diseño en escritorio. […] Su fábrica estaba equipada con maquinarias ideadas por él. Creó un ‘sistema de componentes en miniatura’ con el que se podían armar máquinas a escala según las necesidades del cliente para luego ser realizadas a tamaño real. […]
"Continuó con el desarrollo de mobiliario, proyectando asientos para diversos fines. La ergonomía fue un aspecto considerado en todas sus creaciones de tal relevancia que investigó y publicó ‘Manual Antropométrico del Hombre Peruano’, única publicación sobre esta temática en Perú. […]
"Diseñó la ‘Vivienda Viva’: un sistema de vivienda modular para ser edificada según las necesidades de cada familia con posibilidad de ser transformada rápidamente.” “También planificó espacios esféricos donde ubicaba puestos de trabajo o creaba un entorno para el aislamiento y la concentración, necesarios en el proceso de génesis. Estos proyectos se ven acompañados de escritos, algunos bellamente ilustrados como ‘arquitectura del futuro’, donde indaga en diversas tipologías de hábitats para el ser humano. […]
"En diseño gráfico siguió su desempeño. Efectuó la promoción tanto de sus inventos como de cursos pedagógicos y diseñó piezas editoriales a cargo de las cubiertas, interiores e ilustraciones”. […] Además, diseñó material didáctico bajo fines diversos para la educación inicial. Realizó diversos diseños que no fueron ejecutados: desde un parque recreacional con atisbos 'futuristas' hasta una 'Escuela de la convivencia' con distintos pabellones. Publicó junto a Julia Salo 'Tierra, Agua, Aire, Fuego' sobre las experiencias del Taller Inicial”.
Nacer con el sol, morir con la luna
En 1984 fallece Julia; al año siguiente conoce a Ana María La Torre, con quien dan vida a Leonardo.
El comienzo de un nuevo período junto a su hijo e hijos del espíritu (como Barbuy denominaba a los niños que pasaban por sus experiencias formativas) se intensifica por su aporte en jóvenes universitarios. Leonardo recuerda: “En ese momento se dedica a la enseñanza del Diseño Industrial, haciéndose cargo de la especialidad y dándole forma y vida sin precedentes en la Pontificia Universidad Católica del Perú. Además, enseña temas de diseño en distintos institutos y academias”.
A principios de los años 90, lo aquejan problemas de salud. Debido a ello, ODI, el Taller Inicial y la fábrica dejan de funcionar. Su cuerpo se ve afectado por una parálisis parcial que le quita sensibilidad. Como consecuencia, inicia un camino ascético que tiene un punto de quiebre en el 2003, año en que se “auto-exilia” dimitiendo a toda actividad pública. Lleva a cabo su ruta ascética renunciando a los bienes materiales bajo el lema de “Un día una vida: nacer con el sol, morir con la luna”.
En el 2010 fallece, siendo para muchos un ejemplo de vida espiritual dedicada a los diferentes intereses de la vida humana, además del diseño.
diseño, vanguardia, pedagogía, clásico contemporáneo,