El secretario de Seguridad de la provincia de San Juan, Gustavo Fariña, señaló el lunes 28 que ya trabajan con los datos aportados por un testigo que asegura haber visto en una esquina céntrica de la capital sanjuanina a los tres fugados (Martín y Cristian Lanatta y Víctor Schillaci) del penal de máxima seguridad de General Alvear, provincia de Buenos Aires. El lunes al mediodía, los prófugos le preguntaron a un técnico en telecomunicaciones por un lugar para ir a comer. Según sus dichos, el testigo reveló que interactuó con ellos en la esquina de Rawson y 25 de Mayo, que los fugitivos se movilizaban en una camioneta Volkswagen Amarok de color blanco y que también le pidieron instrucciones para tomar la ruta hacia Jáchal.

Una vez que terminó el casual encuentro, el testigo acudió inmediatamente a la Policía para realizar la denuncia. La fuerza maneja la hipótesis de que los tres individuos pararon para comer en el microcentro y de ahí pasaron por la cuidad de Jáchal para irse a La Rioja.

En consecuencia, se reforzaron los controles dentro y fuera de la provincia. El ministro de Gobierno de San Juan, Emilio Baistrocchi, dijo que la Policía ya verifica las cámaras de seguridad y que, justamente en la esquina del encuentro, no hay instalados este tipo de dispositivos. De todos modos, los sabuesos investigan lo captado por las cámaras del patio de comidas del lugar donde el testigo les recomendó que fueran a almorzar. Para Baistrocchi es llamativo que los sujetos hayan atravesado el país y que ningún control policial los haya registrado. “Hasta el momento no hemos podido confirmar ni descartar absolutamente nada”, señaló el Ministro.
 

Los prófugos

Los hermanos Martín y Cristian Lanatta y Víctor Schillaci están condenados a cadena perpetua por el triple crimen de General Rodríguez, por su participación en las muertes de Sebastián Forza y sus dos socios, Leopoldo Bina y Damián Ferrón, ocurridas en 2008 en la provincia de Buenos Aires. Sin embargo, el domingo 27, cerca de las 2 de la madrugada, se fugaron del penal, luego de maniatar y amenazar a dos guardias.