Salud sexual y diversidad, un tema pendiente
¿Cuáles son
las necesidades en materia de salud sexual de los y las integrantes del
colectivo de Lesbianas, gays, travestis, transexuales y transgéneros?...El gran
silencio que se suele obtener por respuesta a esta pregunta motivó recientemente
una interesante capacitación en nuestra provincia. El espacio de intercambio y
formación estuvo organizado por el Programa Provincial de Salud Reproductiva
y los formadores pertenecen al Programa
Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable.
Además de
los conceptos brindados por especialistas, la riqueza de la formación surgió de
los aportes tanto de profesionales relacionados/as con la prestación de
servicios de salud, como por parte de integrantes de agrupaciones que nuclean
la diversidad sexual en nuestra provincia. En el intercambio de opiniones surgieron
situaciones que a diario viven unos/as y otros/as en la interrelación cargada
de prejuicios, conceptos erróneos, temores, certezas, etcétera.
Así a
través de talleres y exposiciones grupales fue posible ir desentrañando las
dificultades que tanto profesionales de la salud como usuarios/as del sistema y
a la vez pertenecientes a una identidad sexual distinta de la “tradicionalmente”
aceptada, léase femenina o masculina se van encontrando cada vez que buscan
asistencia.
En
definitiva, quedó claro que hay preocupación del Estado por garantizar y
brindar el mejor servicio de salud sexual para todos y todas los y las
habitantes del país de una manera inclusiva. Sin embargo, queda mucho por
dialogar y por explicitar para lograr ese objetivo ya que muchas veces, por su
formación tradicional, los y las profesionales de la salud no cuentan con las
herramientas teóricas y prácticas para hacer frente a estas situaciones
novedosas.
Quizás la
respuesta más adecuada surja, no a modo de receta, sino de orientación, de la
investigación que se está llevando adelante desde el Programa Nacional de Salud
con la activa participación de las distintas identidades. En este trabajo, tal
como explicó la capacitadora Carlota Ramírez, quedarán plasmadas las
necesidades específicas de salud y las recomendaciones para gays, lesbianas,
transexuales, travestis y transgénero. El documento podrá ser consultados por
los y las profesionales de la salud que realmente estén interesados/as en
prestar servicios de calidad a quienes tienen una identidad y orientación
sexual distintas de la que tradicionalmente están acostumbrados a asistir.
Por lo pronto,
queda el desafío de la inclusión como estrategia humanitaria de atención en el
sistema de salud, donde lo prioritario sea escuchar a la otra y al otro con el
firme propósito de ayudar y no de querer imponer la propia visión de la realidad. Esto, sin
duda está relacionado con evitar la presuposición de la heterosexualidad,
frente a quien consulta y asistir la demanda de salud, sin juzgar.