Los presidentes de Estados Unidos, Donald Trump, y de Rusia, Vladimir Putin, se verán las caras el próximo 16 de julio en Helsinki, tal como había sido anunciado días atrás. Sería la primera cumbre bilateral que celebren ambos mandatarios.

Se espera que la reunión sea en horas del mediodía, cuando tendrán una reunión privada, un almuerzo de trabajo y una conferencia de prensa, según manifestó Yuri Ushakov, asesor de política exterior de Putin, en una reunión junto a John Bolton, asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos. El funcionario ruso añadió que “es una reunión que se viene planificando desde hace tiempo y tiene una importancia enorme para todo el marco internacional. Creo que va a ser el principal acontecimiento internacional de este verano”. El lugar elegido para dicho encuentro era una de las opciones más probables junto con Viena (Austria), con la intención de que el punto de reunión sea neutro.

Según informa el diario El País, los temas que se tratarán en la reunión bilateral son la anexión de Crimea a Rusia, motivo por el cual este país fue expulsado del G8 en 2014; la política de Rusia de apoyo al secesionismo en Ucrania, que actualmente es de baja intensidad; así como también la investigación de la catástrofe del Boeing de Malasia (caído en territorio controlado por separatistas de Ucrania el 17 de julio de 2014) y la situación de Siria.

Para Pilar Bonet, corresponsal de El País en Moscú, esta cumbre es una oportunidad para Putin de poder volver a las relaciones que mantenía con Occidente antes de la crisis de 2014 y de poder proyectar una imagen de poder internacional ante sus conciudadanos.

Finlandia, el sitio elegido para la cumbre, no pertenece a la OTAN y es una democracia occidental que tiene desde el final de la Segunda Guerra Mundial una buena relación con Moscú. Este país estuvo más de un siglo anexado a Rusia, hasta que se independizó en 1917.