Matt, Jack y Andrew conforman el equipo neoyorquino que dio vida a  una aplicación falsa, Rumblr, “el Tinder de las peleas callejeras”, para lanzar su agencia creativa, Von Hughes. En un solo fin de semana, más de 200 sitios de noticias hablaron sobre el contenido del  proyecto, millones de personas fueron expuestas a la marca y cientos de miles visitaron el sitio web.

La idea de los tres creativos fue hacer  algo lo suficientemente interesante como para destacar en el mar de las empresas de la ciudad de Nueva York ya que, según explicaron, para sobrevivir las nuevas agencias tienen que diferenciarse fuertemente con voces únicas. “Nos pareció una idea divertida”, se jacta el equipo estadounidense.

En una nota publicada en primera persona, Matt, Jack y Andrew compartieron su experiencia dando vida a la falsa aplicación, concluyendo  que “una buena marca es muy importante para ganar la confianza de la gente, no importa lo que se venda”.

El trabajo, cuentan los creativos, se basó en presentar una marca fuerte y consistente. Después de establecerse con un nombre pegadizo, diseñaron un sencillo logotipo y el lenguaje que pudiera extenderse a través de todos los elementos de marca. Finalmente, presentaron imágenes realistas de la aplicación para iOS de ficción, asegurándose de que todo parecía muy pulido y creíble.

Con el producto principal listo, armaron el sitio web, cuentas de redes sociales y los activos de marketing en la preparación para el gran lanzamiento. Para garantizar la máxima credibilidad, se aseguraron  de impulsar no sólo Rumblr como producto, sino Rumblr la puesta en marcha (de ficción).

Aunque la primera norma de la falsa app era “no hables de Rumblr”, muchos usuarios hicieron caso omiso y publicaron sobre la novedad. Otros, en cambio, dudaron de su veracidad e, incluso, su legalidad. “En Nueva York, la lucha callejera puede ser penalizada por alterar el orden público, entre otros potenciales cargos”, destacó un periodista neoyorquino.
 

Lo que prometía Rumblr      

Tinder se ha popularizado como la supuesta solución a la soledad de las personas. La app ficticia, irónicamente, permitía a los usuarios encontrar a otros valientes con quienes descargar su estrés y frustraciones, creando citas para enfrentarse en una pelea callejera.

Gracias al uso de las herramientas de geolocalización, la aplicación ubicaba a los rivales, ya fuera por la cercanía, con una tabla estadística de los encuentros anteriores o por su destreza en algún arte marcial. Para organizar un encuentro con algún rival bastaba con seleccionarlo; si el contrincante aceptaba, se iniciaba un chat en donde agendaban el lugar y hora de la pelea, y hasta emplear los insultos o burlas como intimidación.

Además, Rumblr ofrecía la posibilidad de ser un espectador de peleas callejeras marcando las que estaban cerca de la ubicación del usuario. 

Simulación de un chat para arreglar una pelea y la geolocalización de los encuentros.